[contextly_sidebar id=”6r0tQxVe79DZP5NRa79prH5i0PxSfqCU”]Pese a la censura y la represión en contra de la libertad de expresión en Cuba, una nueva generación de periodistas independientes florece en la isla, liderada por mujeres.
En los últimos dos años han surgido nuevos medios en línea como 14ymedio, El Estornudo y Periodismo de Barrio y Alas Tensas, la primera revista feminista de Cuba. Todos estos proyectos periodísticos son encabezados por mujeres.
Cuba ocupa la posición 173 entre 180 países del Índice Mundial de la Libertad de Prensa, según Reporteros Sin Fronteras. Aunque el acceso a internet en la isla ha crecido tras el deshielo de las relaciones con Estados Unidos en 2013, estos cambios llegaron con un aumento en la represión del Gobierno cubano.
Una “renovada ola de represión y brutalidad se ha extendido en la isla”, declaró en marzo la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
Pese a ello, las periodistas cubanas aspiran a un nuevo protagonismo, gracias al acceso, todavía limitado, al internet en la isla. El contenido en línea disponible en Cuba ha estado bajo la mirada del Gobierno desde que se conectó por primera vez a la web, en 1996.
Antes de 2013, las y los cubanos podían entrar a internet en los hoteles que ofrecían el servicio a los extranjeros por un elevado costo, o a través de sus lugares de trabajo, universidades o en los cibercafés. Ese año, Cuba lanzó una iniciativa para aumentar el acceso público a internet, todavía bajo el control del Gobierno, que mantiene una estricta censura.
Pero, en Cuba las y los usuarios buscan maneras de esquivar la censura. Por ejemplo, el portal 14ymedio, fundado por la popular bloguera cubana Yoani Sánchez, es uno de los tres medios independientes más leídos del país, pese a que está bloqueado en la isla
El acceso a internet, incluso cuando es intermitente, caro y limitado, ha marcado una diferencia para mujeres como Regina Coyula, quien encabeza una lista de 20 comunicadores independientes a consultar en Cuba, que incluye además a otras cinco mujeres.
“Fue como un corrientazo, como si abrieran una ventana a un abismo que me atraía muchísimo y que quería conocer”, describe Coyula cuando recuerda la primera vez que se conectó a Internet.
Regina comenzó a escribir su blog en 2009.”Antes de eso, no tenía idea de lo que era un blog o internet. Las conexiones eran carísimas, teníamos que conectarnos desde los hoteles”, explica.
“Hubo una época incluso en que estaba prohibido conectarse a los cubanos. La primera vez que tuve la oportunidad de ver el blog me puse tan nerviosa que se me olvidó la contraseña,” cuenta la periodista. Su blog La Mala Letra, crítico del régimen, fue seleccionado para Voces de Cuba, el primer blog de la BBC sobre la isla, creado en 2014.
“El contexto no es el mismo y la desregularización de la prensa con respecto a internet permite un área mayor de práctica para los periodistas, en una especie de limbo alegal [sin ley],” comenta Marita Pérez Díaz, que a sus 27 años es periodista y coeditora de OnCuba Magazine.
Pérez Díaz subraya que el periodismo cubano no se produce solo desde la isla, también desde otros países donde se coordina, se edita y se organiza la cobertura, para escapar del “control [del Gobierno], lo que no es posible bajo estas condiciones”, dice.
Además, la periodista explica que los nuevos medios independientes proponen “un periodismo que aboga más por la utilidad y la belleza de los contenidos, por la calidad y el rigor. […] Se parece más a la realidad, y menos a las ideas extremas de un paraíso socialista o de una isla cárcel flotante en el mar”, apunta.
Carla Colomé es parte de la generación de jóvenes que estudió periodismo en las universidades cubanas. A sus 26 años es reportera y editora de El Estornudo, una revista digital.
“No queremos trabajar para los medios de comunicación oficiales. Internet nos permitió crear El Estornudo sin un presupuesto inicial”, asegura Colomé.
Cuba ocupa el sitio 27 entre 144 países del Global Gender Gap Report (Informe de la brecha global de género) publicado en 2016 por el Foro Económico Mundial. La fuerte presencia de las mujeres en el parlamento cubano y las altas tasas de alfabetización femenina, gracias al acceso universal a la educación en el país, elevan su lugar en el listado.
La Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) indica que las mujeres son el 49,8% de la fuerza de trabajo en los medios de comunicación del país. Un 80% de los 900 estudiantes en las universidades de periodismo cubanas son mujeres, según las cifras de la UPEC.
Sin embargo, las y los periodistas independientes y activistas de Cuba confirman que las estadísticas esconden una realidad distinta.
A finales del año pasado, Ileana Álvarez, de 50 años, creó la revista Alas Tensas, de corte feminista. Lo hizo porque existe “un vacío” en los temas sobre mujeres, que van desde la violencia de género hasta las nuevas oportunidades para las mujeres en el nuevo contexto económico y tecnológico en Cuba.
“Nunca se ve el testimonio de una sobreviviente de violencia doméstica en la prensa oficial”, explica Álvarez. “El gobierno considera que todo está bien para las mujeres en Cuba. Las estadísticas son ocultadas o no existen; no hay datos sobre la violencia doméstica que especifiquen por género”, dice.
“Es urgente que los medios publiquen más historias sobre mujeres, escritas por mujeres”, asegura. “Como la violencia de género es analizada en términos generales, pareciera que no hay feminicidios en Cuba. Las estadísticas son esenciales para generar conciencia social sobre este problema,” concluye la periodista.
Miriam Herrera Calvo, coordinadora de la Comisión de Atención a Periodistas y sus Familias, aclara que “la mayoría de las mujeres que trabajan para las agencias de noticias y medios independientes que surgieron antes del acceso a internet entraron a la profesión como esposas o familiares de los directores de esos medios”.
Considera que en raras ocasiones las periodistas ocupan posiciones de dirección o de toma de decisiones. En la sociedad cubana patriarcal, esto implica que las profesionistas asuman también las labores domésticas y la atención a sus familias.
Las periodistas cubanas enfrentan los mismos peligros que sus colegas masculinos: detenciones arbitrarias, el decomiso de su equipo de trabajo como teléfonos móviles y las computadoras, así como amenazas físicas, y además la violencia de género.
Una de cada seis detenciones de periodistas registradas en Cuba es contra una mujer, según la Asociación Pro-Libertad de Prensa (APLP), una organización no gubernamental que publica informes mensuales sobre las agresiones a periodistas en la isla. Cuarenta mujeres periodistas fueron detenidas en 2016, el primer año que la organización registró datos segregados por género.
La represión contra las periodistas tiene implicaciones de violencia de género. En octubre del año pasado 10 periodistas independientes fueron detenidos en la provincia de Guantánamo durante la cobertura de los daños causados por el huracán Matthew, tres de ellas mujeres.
Las tres periodistas fueron sometidas a una invasiva revisión física, de la que sus colegas hombres fueron dispensados, según denunció el comunicado publicado en la página de Periodismo de Barrio, sobre el caso.
“El acoso es peor cuando se está trabajando fuera de La Habana,” dice Herrera Calvo, y añade que las mujeres son más vulnerables físicamente.
La activista reconoce, no obstante, que los logros de los últimos dos años no deben ignorarse. “Hay un número creciente de medios independientes en la web que son dirigidos por mujeres. Es un modelo que debe ser repetido por todo el país”.