A pesar de que las autoridades mexicanas han negado que exista evidencia de presuntos vínculos entre el Ejército y el grupo delictivo Guerreros Unidos, –al que las autoridades atribuyen el rapto y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa–, la Procuraduría General de la República (PGR) tiene varias denuncias sobre la presencia de un militar en la cúpula que dirige este cártel, que fueron recibidas semanas después del ataque contra los estudiantes en Iguala, Guerrero.
En el tomo 64 de la averiguación previa federal, iniciada tras la desaparición de los 43 normalistas, se señala que entre los días 12 y 29 de octubre de 2014, la PGR recibió al menos cinco denuncias anónimas en las que se identifica a José Alfredo Casarrubias Salgado, capitán segundo de Infantería del Ejército Mexicano, como parte del grupo que dirige al cártel Guerreros Unidos.
Según estos reportes, también formaban parte del cártel el papá de José Alfredo, Rafael Casarrubias, y sus hermanos Mario, Ángel, Adán, Rafael y Sidronio.
La misma averiguación previa de la PGR revela que, tras recibir estas denuncias anónimas –de las cuales Animal Político posee una copia no censada–, se imputó y capturó a Sidronio y Adán Casarrubias Salgado, por el ataque contra los jóvenes estudiantes; mientras que Rafael y Ángel fueron considerados prófugos; el hermano Mario Casarrubias había sido detenido meses antes.
En el caso del capital de Infantería, José Alfredo Casarrubias Salgado, no solo se omitió investigar sus presuntos nexos con el grupo criminal, sino que, en enero de 2015, el entonces procurador Jesús Murillo Karam declaró que no existía !una sola evidencia de que haya intervenido el Ejército” en las actividades de Guerreros Unidos, ni en el ataque contra los normalistas.
En mayo de 2017, el Ejército y el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública clasificaron el expediente del capitán José Alfredo Casarrubias como “confidencial”, es decir, que quedará en secreto a perpetuidad.
En abril de 2014, cinco meses antes del ataque contra los normalistas de Ayotzinapa, las autoridades mexicanas capturaron en el Estado de México a Mario Casarrubias Salgado, a quien identificaban, ya desde entonces, como líder del cártel Guerreros Unidos.
Según una de las denuncias recibidas en octubre de 2014, pocos días antes de que Mario Casarrubias fuera capturado, toda la cúpula directiva de Guerreros Unidos se reunió en Teloloapan, para definir quién sería el próximo presidente municipal de dicho ayuntamiento.
La denuncia recabada por la PGR señala que en esa reunión participó el capitán José Alfredo Casarrubias, al que identifica con el alias de “El Militar”, junto con el resto de sus hermanos.
“Unos días antes de que detuvieran a Mario Casarrubias Salgado –señala una de las denuncias anónimas–, éste, junto con Ángel Casarrubias, Adán Casarrubias, Rafael Casarrubias padre y Rafael hijo, también El Militar, José Alfredo Casarrubias Salgado, y toda la plana mayor de Guerreros Unidos, bajaron a Los Sauces, municipio de Teloloapan, Guerrero (…) ahí fueron a hacer los amarres, para poner de presidente a Pablo Segura Valladares, para cuando termina(ra) Ignacio de Jesús Valladares”.
Otra de las denuncias, enviada a través de correo electrónico a la PGR, e integrada a la averiguación previa por la desaparición de los normalistas, señala que en la dirección de Guerreros Unidos “anda bien metido El Chuky, Sidronio Casarrubias Salgado, con Mario Casarrubias Salgado, con su padre de éstos, Rafael Casarrubias, y también anda bien metido el capitán José Alfredo Casarrubias Salgado, (y) Adán Casarrubias Salgado”, a los cuales, la denuncia atribuye “matazón de personas, no de ahora, sino desde hace como tres años, en diferentes áreas (de Guerrero), como son San Miguelito, Cerro Gordo, Teloloapan, Ahuahuepan, Cocula, etcétera”.
En el tomo 65 de la averiguación previa integrada por la PGR, a casi un mes del ataque contra los normalistas, el día 22 de octubre de 2014 el agente del Ministerio Público Federal, César Iván Pilares Viloria, solicitó formalmente a la Policía Federal Ministerial de la PGR, que designara agentes “a fin de que se avoquen a la investigación de los hechos”, en los que se acusa al capitán José Alfredo Casarrubias de ser parte de Guerreros Unidos.
Sin embargo, la investigación realizada no incluyó ninguna indagatoria formal, de ningún tipo, tal como revela el reporte elaborado por el agente investigador asignado al caso.
En este reporte, el agente informó solo la siguiente acción: “Me apersoné a la localidad de Teloloapan, Guerrero, con la finalidad de indagar en relación a Mario Casarrubias Salgado, Ángel, Adán, Sidronio, Rafael hijo, Rafael Casarrubias Padre y José Alfredo ‘El Militar’ (…) lográndonos entrevistar con algunas personas de esta localidad”, pero, se destaca, “la gente entrevistada ignora los hechos que se investigan”, por lo cual, el agente investigador se retiró y declaró formalmente la “investigación cumplida”.
La averiguación previa del caso Iguala señala, hasta la fecha, ese recorrido por Teloloapan (de cuya realización no existen pruebas, salvo un oficio en papel membretado) es la única acción concreta emprendida por la PGR para determinar si el capitán del Ejército José Alfredo Casarrubias forma parte, o no, del cártel Guerreros Unidos.
Animal Político consultó a la Secretaría de la Defensa Nacional si a nivel interno existía alguna investigación en contra de este militar (que permanece activo) por su presunta vinculación con el cártel Guerreros Unidos, sin embargo, el Ejército declaró esta información como “confidencial”, junto con el expediente de servicio de este uniformado.