Javier Valdez fue presionado por los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán para que no fuera publicada en Ríodoce una entrevista realizada a un enviado del narcotraficante Dámaso López, indicó en una columna uno de los fundadores del medio donde trabajó el periodista asesinado en Culiacán, Sinaloa.
[contextly_sidebar id=”nTvaiGxtERUtZPjuwCw4Rq4GCUC573rr”]”Los hijos del Chapo se enteraron que habíamos entrevistado a Dámaso y presionaron a Javier para que el trabajo no se publicara. Pero les negamos la petición. Luego le hablaron porque querían comprar toda la edición, pero tampoco se les concedió. Y entonces optaron por seguir —en Culiacán y Mazatlán— al personal que entrega los ejemplares en las tiendas y en cuanto los dejaban contra recibo, ellos los compraban. Eso fue el 19 de febrero. No usaron la violencia, pero sí la intimidación”, indicó el periodista Ismael Bojórquez, en Ríodoce.
“Fue a partir de estos hechos que sentimos inseguridad, sobre todo por Javier. Ya de por sí la emboscada del 30 de septiembre, donde murieron cinco militares, había enrarecido el ambiente. Acordamos que debería irse un tiempo de la ciudad. Él mismo planteó el asunto con organismos internacionales que le propusieron enviarlo un tiempo fuera del país, pero le costaba trabajo separarse de la familia”, agregó.
El pasado 17 de mayo, Animal Político publicó que entre el 20 y 22 de febrero del presente año, un grupo armado hizo una compra masiva de dos semanarios en Culiacán, Sinaloa, entre ellos Ríodoce.
Esto después de que publicaran una entrevista realizada a un enviado del narcotraficante Dámaso López, quien dijo que los hijos de Joaquín “Chapo” Guzmán Loera eran los que estaban provocando a su grupo.
“Fue una forma de mandar un mensaje de que no querían que se siguiéramos publicando ciertas cosas”, dijo un periodista sinaloense consultado por Animal Político.
Defensores de los derechos humanos confirmaron que Valdez les reportó actos de intimidación, como la compra de 4,500 ejemplares del semanario Ríodoce, tras la publicación de una entrevista realizada a un enviado del narcotraficante Dámaso López.
Hace unos días, tras el asesinato de Valdez, el periódico La Jornada informó que el periodista -era su corresponsal en Sinaloa- “había recibido amenazas de muerte anónimas desde hace tres meses (febrero)”.
“La detención de Dámaso López Núñez cargaría los dados hacia un lado y era de sentido común esperar una paxnarca. Lo comentamos el mismo lunes por la mañana antes de que lo mataran. Pero estábamos equivocados”, apuntó en su columna Ismael Bojórquez.
“Como nos equivocamos también al entrevistar a Dámaso, porque de esa forma nos metimos a una guerra mediática que no era nuestra, provocando el disgusto —sin que fuera nuestra intención—de la otra parte. Por eso el decomiso de los ejemplares del domingo 19”, agregó.