Un alto ejecutivo de Odebrecht denunció que en noviembre de 2014 recibió la petición de pagar ilegalmente cinco millones de dólares al entonces director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, como contraprestación por beneficios indebidos otorgados a la constructora brasileña.
[contextly_sidebar id=”53eBCiylYstsauQWnvJvFp3vW0oBN2oi”]La acusación fue revelada por el Supremo Tribunal Federal de Brasil, aunque en el documento judicial no se aclara si el pago ilegal lo solicitó el propio Lozoya o algún otro funcionario de Pemex, y tampoco precisa si finalmente se concretó el soborno.
En respuesta, Lozoya aseguró que la acusación es una calumnia, y anunció que se reserva emprender acciones legales contra quien lo señale sin fundamentos jurídicos. Negó haber recibido pagos ilegales de Odebrecht durante su gestión como director de Pemex.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad obtuvo copia del documento del Supremo Tribunal brasileño en el que se consigna la acusación que realizó el Director de la Oficina de Operaciones Estructuradas de Odebrecht (que funcionaba como el despacho de sobornos de la constructora), Hilberto Mascarenhas Alves da Silva Filho, contra Lozoya Austin.
El documento está firmado por el relator del Tribunal, el ministro Edson Fachin, y está fechado el 4 de abril de 2017 en Brasilia.
“Según la acusación del Ministerio Público, el colaborador Hilberto Mascarenhas Alves da Silva Filho, presuntamente responsable de la Oficina de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, reportó la solicitud en noviembre de 2014 para hacer pagos ilícitos, con valor de 5 millones de dólares, a Emilio Lozoya, entonces Presidente (sic) de Pemex”, refiere el reporte del ministro Fachin.
“La solicitud habría ocurrido durante una reunión programada por Luis Weyll, exdirector superintendente de Odebrecht en México, autorizado por Luiz Mameri, líder de la empresa en América Latina”, añade el documento oficial.
De acuerdo con la acusación, los pagos al Director de Pemex “funcionarían como una contrapartida a indebidos beneficios obtenidos por Odebrecht”.
Tan sólo en 2014 –que es cuando supuestamente se solicitó el soborno para Lozoya- Pemex asignó en forma directa a Odebrecht contratos por casi 18 mil millones de pesos, distribuidos de la siguiente manera: 2 mil 946 millones de pesos en obras en las refinerías de Tula y de Salamanca, y el equivalente a 15 mil millones de pesos para construir el gasoducto Los Ramones norte, segunda etapa, que va de Nuevo León a San Luis Potosí. Al año siguiente, la constructora brasileña recibió otro contrato por 1,939 millones de pesos, para una obra complementaria en Tula, Hidalgo. Todos esos contratos se otorgaron sin licitación.
Cualquier persona puede acceder al documento de la acusación, en la siguiente liga del Tribunal brasileño: http://www.stf.jus.br/portal/autenticacao/ con el número de validación 12701615.
El sitio digital de la revista brasileña Veja publicó ayer una nota sobre la denuncia contra Lozoya, aunque no incluyó el documento del Supremo Tribunal.
En respuesta a esa publicación, Lozoya envió una carta a Veja, en la que niega haber solicitado sobornos: “Esta nota sobre el caso Odebrecht menciona mi nombre y señala tendenciosamente y falsamente que incurrí en actos ilegales como director general de Pemex”.
Aseguró que no ha solicitado ni recibido dinero ilegal de parte de Odebrecht o de alguna otra empresa.
“Cualquier señalamiento en este sentido es una calumnia y difama a mi persona y mi familia, y me reservo las acciones legales contra quien incurra en calumniarme sin fundamentos jurídicos”, advirtió el ex funcionario, quien estuvo al frente de Pemex de diciembre de 2012 a febrero de 2016, cuando Odebrecht recibió contratos directos por alrededor de 20 mil millones de pesos.
Según el funcionario, la acusación en su contra es un “chisme”, pese a que fue difundida por el Supremo Tribunal de Brasil.
“Es imprudente publicar chismes sobre chismes, o divulgar supuestas filtraciones que atentan contra la legalidad de los procesos”, concluyó Lozoya en su carta.
Hilberto Mascarenhas Alves da Silva Filho, quien aparece en el documento del Supremo Tribunal como el acusador de Lozoya, era el operador del “departamento de sobornos” de Odebrecht.
En declaraciones ministeriales, ha confesado que ese departamento repartió más de 3 mil millones de dólares entre 2006 y 2014 para financiar campañas políticas y pagar sobornos a cambio de obras en al menos diez países, incluido México.
La llamada Oficina de Operaciones Estructuradas, a cargo de Mascarenhas, fue la que pagó sobornos por 10.5 millones de dólares entre 2010 y 2014 en México, según confesaron en diciembre de 2016 ejecutivos de Odebrecht ante autoridades de Estados Unidos.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad publicó el pasado 2 de marzo, que este mismo personaje había intervenido en la negociación de otro soborno desde México con Roberto Prisco Ramos, cuando éste se desempeñaba como director de Braskem, la filial petroquímica de Odebrecht.
La Policía Federal de Brasil tuvo acceso a los correos electrónicos en los que Prisco Ramos le pedía a Hilberto Mascarenhas (a quien llama ‘Tío Bel’), la entrega de más de 50 ‘acarajés’, que es el nombre coloquial con el que llamaban a los sobornos, y que hace referencia a unos panecillos típicos de Brasil, elaborados con frijol y rellenos de distintos ingredientes.
“Tío Bel, ¿puede usted conseguirme más de 50 acarajés el día 4 (de febrero) por la tarde (alrededor de las 15 horas) en la oficina de OOG en Río?”, preguntó Prisco en un mensaje enviado el 27 de enero de 2014, a las 14:33 horas. “Estoy en México, pero vuelvo por la mañana del día cuatro”.
“OK programado. Sus acarajés llegaron calientes”, respondió el ‘Tío Bel’.
Prisco Ramos estaba de visita en México en la supervisión de la planta Etileno XXI, construida y operada por la empresa Braskem, en la que él era directivo.
A partir de los mensajes que envió desde México, la Policía Federal de Brasil inició la ‘Operación Acarajé’, enfocada a detectar el pago de sobornos.
La acusación contra Lozoya menciona que el supuesto soborno de 5 millones de dólares se solicitó en noviembre de 2014.
Y justo en ese mes, Pemex amplió un contrato a Odebrecht y le otorgó uno más.
El 15 de febrero de 2014, Pemex Refinación le había asignado directamente una obra por 1,436 millones de pesos para la reconfiguración de la refinería de Tula, y en noviembre de 2014 le amplió el contrato por otros 359 millones de pesos. Ese mismo mes, le otorgó –otra vez sin licitación- una obra en la refinería de Salamanca por 84 millones 701 mil dólares, que al tipo de cambio correspondiente equivale a 1,151 millones de pesos. En este proyecto Odebrecht se asoció con la empresa texana Fluor Enterprises Inc y la mexicana ICA Fluor Daniel.
Cuatro meses antes, el 9 de julio de 2014, Pemex había asignado –también sin licitar- el mayor contrato a Odebrecht, por 1,200 millones de dólares: la construcción del gasoducto Los Ramones Fase II-Norte.
Esta obra la ejecutó en alianza con las empresas Techint de Argentina y Arendal de México.
Para eludir la licitación y asignar directamente el contrato a Odebrecht y a sus socios, Pemex recurrió a una intrincada red de empresas filiales creadas en los paraísos fiscales de las islas Vírgenes e Islas Caimán, así como en Holanda, según mostró un reportaje de Mexicanos contra la Corrupción publicado el pasado 15 de febrero.