La violencia sexual en México es un delito que va en ascenso. En 2016 se denunciaron casi 30 mil casos nuevos de posibles delitos sexuales en todo el país, cifra superior en tres mil casos a la registrada apenas un año antes, en 2015, cuando se reportaron 27 mil denuncias.
[contextly_sidebar id=”BQ1Pf4UI3qKWNsY0nC2cP1W8SjlwOxtX”]Y en el primer bimestre de 2017 estos delitos continúan en incremento, con un alza ya del ocho por ciento.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública evidencian que en 2016 se registraron en números exactos 29 mil 725 averiguaciones y carpetas de investigación por delitos sexuales. De estos casos, doce mil 889 corresponden específicamente a denuncias por violaciones, mientras que 16 mil 836 son otros delitos como abuso sexual, pederastia, hostigamiento, etcétera.
Esto significa que en promedio en el 2016 cada 24 horas se denunciaron al menos 81 nuevos casos de violencia sexual en el país, o lo que es lo mismo, entre 3 y 4 violaciones o abusos sexuales por hora.
El número de casos denunciados de violencia sexual en 2016 representa un incremento del nueve por ciento respecto a 2015, cuando se reportaron 27 mil 186 casos en las procuradurías y fiscalías de los estados.
Si separamos los delitos, en el caso específico de las violaciones estas tienen un repunte del cinco por ciento en el último año, mientras que el grupo de los otros delitos sexuales concentra un alza concentras un alza del 13 por ciento.
Este repunte en los casos de violencia sexual se mantiene en el arranque del 2017. Los datos oficiales indican que en el primer bimestre de este año se registraron cuatro mil 395 casos de violencia sexual que equivalen a un incremento del 8.2 por ciento respecto a los cuatro mil 62 casos del primer bimestre de 2016.
Los anteriores datos corresponden únicamente a los casos que se denuncian en las agencias del Ministerio Público. De acuerdo con estimaciones del INEGI, cerca del 95 por ciento de los delitos sexuales ni siquiera se denuncian, sino que se quedan en la llamada “cifra negra”.
La violencia sexual en México dejó en 2016 una tasa de 24.31 casos denunciados por cada cien mil habitantes. Las mismas cifras evidencian que 16 de estos estados se encuentran arriba de este promedio.
El caso más grave es el de Baja California, donde la tasa de delitos sexuales alcanza más de 60 casos por cada cien mil habitantes, es decir, casi tres veces el promedio nacional. Hay otras dos entidades que le siguen con niveles similares: Chihuahua con una tasa de 57 denuncias por cada cien mil habitantes, y Baja California Sur con un promedio de 55 a 56 casos.
La cuarta entidad con la mayor incidencia de casos de violencia sexual es Morelos con una tasa de 43 casos por cada cien mil habitantes – cerca del doble del promedio nacional – y en quinto sitio se encuentra Durango con casi 38 casos en promedio,
El estado que en 2016 cumuló el mayor número de averiguaciones por delitos sexuales fue el estado de México con tres mil 715 casos, que representan el 13 por ciento de todos los casos registrados a nivel nacional. Pero dado que esta entidad tiene una población superior a los 17 millones de habitantes, su tasa de es de casi 22 casos, por debajo del promedio nacional.
Por el contrario la Ciudad de México es de las entidades donde la violencia sexual si está por encima de la media nacional. La capital del país registró en 2016 un total de dos mil 265 denuncias que representan una tasa de casi 30 casos por cada cien mil habitantes. La ciudad ocupa el puesto 11 a nivel nacional con la mayor incidencia en estos delitos.
Por otro están los estados con la menor incidencia de delitos sexuales en cuanto a casos denunciados se refiere. Según los datos oficiales Veracruz es la entidad con la tasa más baja con 6.5 casos denunciados por cada cien mil habitantes. Después se encuentra Sinaloa con un promedio de casi siete casos y Jalisco con once,
La lista de los cinco estados con la menor incidencia de delitos de violencia sexual denunciados la completan Nayarit con una tasa de 12 casos por cien mil habitantes y Guerrero con casi 14 casos.
Las agresiones sexuales son delitos que en la mayoría de los casos quedan impunes e nuestro país incluso cuando se denuncian.
Un diagnóstico sobre la violencia sexual elaborado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), cuyos resultados fueron publicados por Animal Político en 2016, muestra que en promedio de cada cien casos de agresiones sexuales que se cometen en el país, solo seis llegan a ser denunciadas y de esas apenas la tercera parte son consignadas ante un juez.
El análisis realizado por la Comisión a partir de los datos proporcionados por quince estados que proporcionaron datos, es que entre 2010 y 2015 se iniciaron 83 mil 463 averiguaciones previas por delitos sexuales, de las cuales 29 mil 349 fueron consignadas. Esto significa que apenas el 35 por ciento de los casos llegó a manos de un juez.
Otro problema evidenciado por el estudio de la CEAV es el desorden que predomina en el país en cuanto a cómo se califican y castigan los casos de violencia sexual dado que no hay criterios homologados en los códigos penales vigentes.
Como ejemplo, en el caso del hostigamiento sexual los códigos penales de Zacatecas y Tamaulipas establecen como condición que haya un daño y perjuicio comprobable lo que según el análisis debería ser irrelevante, pues aunque el hostigamiento no deriva en consecuencias no significa que no exista.
O por ejemplo hay estados donde la violación impropia (utilizar un objeto para penetrar a la víctima) en estados como Aguascalientes, Nayarit, Oaxaca y Sinaloa se considera un delito más grave que la violación propia (copular con la víctima contra su voluntad), mientras que en otros estados como Durango, Hidalgo, Tabasco y Zacatecas, se le considera menos grave.
El estudio de la Comisión de Víctimas también reveló que existe un desorden generalizado en el registro de los casos de violencia sexual. Cada dependencia, ya sea de justicia, de salud, de atención social o de derechos humanos, registra arbitrariamente la información sobre las víctimas, las características del evento ocurrido y los servicios brindados.
Esta semana dos jueces federales, en distintos casos, ordenaron liberar sin que se desarrollara un juicio a personas que habían sido procesadas por agresiones sexuales en Veracruz. Uno de estos jueces, el del caso de Daphne, fue suspendido ya por el Consejo de la Judicatura Federal, mientras que el próximo miércoles se prevé el análisis del segundo caso.
La abogada experta en temas de género y derechos humanos, Karla Michelle Salas, dijo que si los casos de estos dos jueces son “atípicos” dado que se metieron a analizar el fondo de los casos y absolvieron a los detenidos, lo cierto es que sí hay muchos jueces que frenan procesos o los dificultan debido a las condiciones que se ponen a las víctimas.
“Lo que existe en muchos de estos razonamientos es una actuación misógina, discriminatoria e ignorante del marco constitucional en materia de derechos humanos de las mujeres, particularmente de lo establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (…) existe un estereotipo de que por ejemplo, si las mujeres abusadas no se defienden es que lo consienten y eso es un error”, dijo en entrevista.
Michelle Salas enfatizó que uno de los problemas fundamentales en los delitos sexuales es que las víctimas se convierten casi siempre en “las sospechosas”, lo que contribuye a que los casos ni siquiera sean denunciados.