En pleno debate sobre la Ley de Seguridad Nacional y ante las críticas recientes sobre violaciones a derechos humanos, el Gobierno Federal ha impulsado la presencia pública del Ejército como no había ocurrido años antes.
[contextly_sidebar id=”Vs4fi09eRyzgCdBkOF15pGMx5IX7twPE”]En las últimas dos semanas, los militares han aparecido en numerosos actos públicos con el presidente Peña Nieto y con titulares de otras dependencias gubernamentales; sobre todo, desde que el pasado 13 de marzo el líder del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador, fuera increpado en un mitin en Nueva York por los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y éste les instó a que exigieran responsabilidades al Gobierno y al Ejército por la desaparición forzada de los jóvenes.
“Es injusto. El reclamo es al Estado, no a nosotros. El reclamo es al régimen, el reclamo tiene que ser a Peña Nieto, a las fuerzas armadas, a quienes intervinieron en ese crimen, no a nosotros. Es una gravísima confusión, lamentable”, dijo López Obrador.
Para promocionar su imagen, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) también contrató campañas en redes sociales como Facebook, donde a día de ayer el video promocional ‘Unidos somos la Gran Fuerza de México’ llevaba más de dos millones de reproducciones.
Incluso, el Gobierno Federal ha presumido a los soldados hasta en partidos de futbol recientes.
Por ejemplo, el pasado 24 de marzo, en un partido de clasificación para el próximo Mundial de Rusia, elementos castrenses desplegaron una bandera nacional gigante en el partido que enfrentó en el Estadio Azteca al Tri con la selección de Costa Rica.
— SEDENA México (@SEDENAmx) March 25, 2017
Mientras que el 17 de enero, militares desfilaron en el estadio del club Rayados de Monterrey, con motivo de un reconocimiento público a la Sedena antes del inicio de un partido.
El acto de apoyo público más reciente del Gobierno Federal tuvo lugar ayer martes 28 de octubre, cuando con motivo de la inauguración de una sucursal de Banjército, el presidente Peña Nieto hizo una defensa apasionada del Ejército y la Marina Armada.
“Son inadmisibles e inaceptables las expresiones que algunos de manera simple, por ignorancia o con dolo, descalifican la labor de los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas”, dijo el mandatario en el Campo Militar número 1, en la Ciudad de México, para a continuación concluir que “quienes denigran la labor de nuestras Fuerzas Armadas, denigran a México”.
Aunque no lo dijo explícitamente, Peña Nieto, quien también estuvo acompañado por el secretario de Hacienda y excanciller, José Antonio Meade, se refería a las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador sobre el Ejército.
Apenas cuatro días antes, el 24 de marzo, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, puso de nuevo a los militares en el foco de los medios de comunicación. Durante la firma de un convenio entre Segob y Canacintra, Osorio Chong criticó a quienes “atacan” a las fuerzas armadas.
Tres días antes, el 21 de marzo, en una inusual conferencia de prensa ante medios de comunicación, fue la propia Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) la que salió a exigir pruebas a quienes los acusan de violaciones a derechos humanos.
“Recientemente han afirmado y publicado señalamientos de que integrantes de las fuerzas armadas violentan indistintamente los derechos humanos”, lo cual “genera una percepción equívoca de la realidad”, dijo el general José Carlos Beltrán.
Tampoco lo dijo abiertamente, pero el general también respondía así a las declaraciones de López Obrador.
Mientras que el 14 de marzo, el titular de la Sedena, el general Salvador Cienfuegos, concedió otra entrevista televisada en la que insistió que el Ejército seguirá patrullando las calles, y en la que argumentó a favor de que se apruebe un marco legal que les permita realizar labores de seguridad pública.
Aquí puedes checar el video de la entrevista.
Pero al margen de las respuestas al líder de Morena, los actos compartidos entre Gobierno Federal y fuerzas armadas se han intensificado desde que el pasado 10 de enero el Congreso inició la revisión de la Ley de Seguridad Interior. Una propuesta que busca dar legalidad a los despliegues de las fuerzas armadas en labores policiacas de seguridad pública, algo muy criticado por organizaciones de la sociedad civil que advierten que esta ley busca militarizar el país.
Por ejemplo, según la web de Presidencia, el 17 de enero, el presidente participó en un evento de menciones honoríficas a integrantes de las Fuerzas Armadas. El 5 de febrero, inauguró una exposición sobre las Fuerzas Armadas. El 9 de febrero, en el aniversario de la Lealtad. Un día más tarde, el 10 de febrero, en el Día de la Fuerza Aérea. El 19 de febrero, en el Día del Ejército. El 22 de febrero, en el Día del Estado Mayor Presidencial, y el 24 de febrero, en el Día de la Bandera.
Mientras que el 2 de marzo, Peña Nieto participó junto a elementos de la Marina en la inauguración del Nuevo Puerto de Tuxpan; y el 15 de marzo, en el aniversario de la Escuela Médico Militar.
Sumando el evento de ayer con marinos y soldados, en total Peña Nieto participó en 10 actos públicos con militares en algo más de dos meses.
Además, otras dependencias del Gobierno Federal que nada tienen que ver con la defensa nacional, como la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación Pública, también han arropado a las fuerzas castrenses compartiendo eventos públicos para presumir logros y acciones conjuntas.
Y otro ejemplo, el 10 de marzo pasado la Secretaria de Desarrollo Urbano, Rosario Robles, aprovechó la firma de compromisos del sector vivienda para ensalzar la labor del Ejército.
Incluso, gobiernos estatales se han sumado a la promoción de la imagen del Ejército: el 27 de marzo, hace dos días, el Estado de México presumió la entrega de la primera fase de un centro de entrenamiento a la Marina Armada, en un acto público en el que estuvo el titular de Marina y el gobernador mexiquense, el priista Eruviel Ávila.