El gobierno de Donald Trump, a través de guías o circulares publicadas por el Departamento de Seguridad Interna, detalló cuál será su estrategia para facilitar o reforzar los procesos de detenciones y deportaciones de inmigrantes indocumentados, que desde la perspectiva de su administración representan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
[contextly_sidebar id=”7D8XiHrR5fsDUgJ0jlc3iVT5427iCl4u”]Estas directrices buscarán guiar a diferentes agencias para implementar las ordenes ejecutivas de Trump respecto a la migración y la seguridad fronteriza, dando pie a que sean más expeditos los procesos de deportación.
Los documentos firmados por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, John Kelly, señalan que la prioridad será remover o sacar de Estados Unidos a inmigrantes que hayan tenido cargos por cualquier delito, o que hayan abusado de cualquier programa para recibir beneficios públicos.
En ese sentido, el diario The New York Times recordó que durante la administración de Barack Obama solo eran prioridad de deportación aquellos inmigrantes indocumentados condenados por delitos graves.
También se señala que serán deportadas las personas que tengan antecedentes por haber estado involucradas en algún tipo de fraude, en conexión con cualquier asunto oficial ante agencias del gobierno de Estados Unidos.
El diario The Wall Street Journal apuntó que con las guías del Departamento de Seguridad Interior casi cualquier inmigrante indocumentado es sujeto u objetivo de deportación.
Por otro lado, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que las medidas no van encaminadas a lograr deportaciones masivas, aunque también señaló que aquellos que están ilegalmente en el país son sujetos de deportación en cualquier momento.
"Remember, everyone who is here illegally is subject to removal at any time," @PressSec says at briefing: https://t.co/Okz2bwUl4f pic.twitter.com/oacJxxlJOq
— CBS News (@CBSNews) February 21, 2017
The Washington Post citó a dos funcionarios del Departamento, que pidieron anonimato.
Ellos coincidieron en que las medidas no buscan activar redadas ni lograr deportaciones masivas, por lo que no deberían generar pánico. Además, mencionaron, las directrices no se aplicarían de inmediato, por cuestiones de tiempo y personal.
La Casa Blanca, agregó el medio, dio el visto bueno a las guías después de que abogados revisaran los documentos el fin de semana pasado.
Se calcula que en Estados Unidos hay unos 11 millones de inmigrantes indocumentados (unos 5 millones de ellos, mexicanos).
En los memorandos también se señala que serán prioridad de deportación aquellos que a juicio de las autoridades de inmigración representen un riesgo para la seguridad nacional, especialmente aquellos vinculados con pandillas o tráfico de drogas.
“Los extranjeros criminales” son prioridad para ser deportados,se lee en uno de los documentos. El personal del Departamento, se agrega, tiene plena autoridad para arrestar o aprehender a un extranjero que un oficial de inmigración crea que puede estar violando las leyes de inmigración.
Otro de los puntos en los documentos es que serán contratados 10,000 agentes más del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y 5,000 para la Patrulla Fronteriza, a fin de reforzar el sistema de vigilancia sobre los inmigrantes.
Por el momento el gobierno de Trump no parece dispuesto a modificar el programa “Acción Diferida para los Llegados en la Infancia” (DACA, en inglés), que protege de la deportación a jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran niños, y al que también prometió poner fin durante su campaña.
El pasado 23 de enero, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, había dicho que la prioridad del gobierno eran inmigrantes con antecedentes criminales.
“Personas que pueden hacer daño o han hecho daño y tienen antecedentes criminales son el centro de la atención”, dijo Spicer, para quien “en la actualidad la prioridad está en las personas que han hecho daño a nuestro país”.
Con información de AFP