Nota del editor: esta entrada fue publicada originalmente en ClickNecesario.com, el 11 de noviembre de 2016.
Imagínense dando un paseo por las hermosas calles del centro de la Ciudad de México. Todo es felicidad mientras caminan tomando fotografías de los viejos y hermosos edificios. Entre ambulantes van comprando una que otra cosa, tratan de no asustarse con el hombre pintado de plata que no se mueve y disfrutan del hermoso paisaje de la blanca nieve cayendo sobre el zócalo… Sí, nieve, justo así sucedió hace 49 años, cuando nevó por última vez en el ya casi extinto Distrito Federal.
Cuenta la leyenda que la última vez que nevó no fue en la primavera de Paulina Rubio (chequen sus referentes de la Chica Dorada para entender este chiste), sino el 11 de enero de 1967. Por increíble que parezca, ese año hubo una gran helada en todo el país y los consecuencias llegaron hasta las calles de la Ciudad de México, donde hubo nieve de sobra (y no precisamente de limón).
Las nevadas comenzaron el 9 de enero al norte del país y para la madrugada del 11 ya habían llegado al centro de la capital. Esa mañana la gente fue sorprendida por una helada sorpresa: cinco centímetros de espesor cubrían el suelo de nieve, no sólo en los bosques donde llegaba a ser normal, sino también en San Ángel, Chapultepec, la Avenida Reforma e incluso el Zócalo de la ciudad de México. Todo era blanco y brillante.
Pero a pesar de que despertar en una ciudad llena de nieve puede sonar a pura diversión (y guerritas de bolas de nieve), para algunos no lo fue tanto. Monterrey sufrió uno de sus peores días, los vuelos se suspendieron y muchas personas quedaron incomunicadas. En el DF también nos fue mal: en algunas localidades del Ajusco como La Cima y Parres, la nieve alcanzó los 60 centímetros de altura.
Aquel día también se desbordó el Río de los Remedios causando inundaciones en varias colonias de la delegación Gustavo A. Madero. La carretera a Cuernavaca estuvo cerrada por más de 12 horas y el presidente Gustavo Díaz Ordaz tuvo que implementar un programa de emergencia con ayuda del ejército. Además se calcula que ese día murieron entre 15 y 25 personas debido a la hipotermia. La ciudad simplemente no estaba preparada para una nevada (y eso que ya había habido una peor el 11 de febrero de 1907, cuando casi llegamos a -4 grados).
Todas estas nevadas han quedado en la historia y no sabemos con certeza si próximamente tendremos nieve de vuelta en las calles (no vale la artificial de Mancera). Mientras yo ya empecé a preparame comprando varias chamarras en los puestos del centro y guardando uno que otro par de calorías en las reservas de mi cuerpo.