Hay alguien que está muy contento porque la empresa Ford decidiera cancelar una inversión de 1,600 millones de dólares en México, y ese es Donald Trump.
[contextly_sidebar id=”UdEzU8mr7lbdwM1DGzI6ZwQqHlMZUube”]La mañana de este miércoles, el presidente electo de Estados Unidos agradeció a Ford su decisión de dar marcha atrás a un plan para construir una planta en San Luis Potosí, y llevar esa inversión a territorio estadounidense creando 700 empleos para la población de ese país.
“Esto es solo el inicio”, tuiteó Trump. “Vendrá mucho más”, agregó.
Thank you to Ford for scrapping a new plant in Mexico and creating 700 new jobs in the U.S. This is just the beginning – much more to follow
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 4, 2017
El anunció de Ford se dio tan solo unas horas después de que Donald Trump amenazara vía Twitter a General Motors con pagar “un gran impuesto fronterizo” si continúan fabricando partes de algunos de sus modelos en México.
Durante su campaña Trump acusó a México y China de “robar” empleos a Estados Unidos, por ello pondría en marcha políticas proteccionistas para recuperar esos puestos de trabajo. Estas promesas de campaña traen varios retos para la economía mexicana.
Además de Ford, la empresa de aire acondicionado Carrier anunció que mantendría mil empleos en Indiana, en lugar de transferir su producción a suelo mexicano.
Los casos de Ford y Carrier no serán los últimos con Trump, por lo que es posible que se produzca un ‘efecto dominó’ de más compañías sacando su cadena de producción de México a cambio de incentivos fiscales, tal y como prometió el magnate en campaña, señala a Animal Político José Alberto Moreno, experto en relaciones internacionales.
“Su gobierno va a intentar que más empresas salgan de México para que fabriquen en Estados Unidos, especialmente en estados deprimidos laboralmente, como Detroit o Michigan”, añade.
“Trump quiere llevar las fábricas a Estados Unidos para, de manera artificial, aumentar el número de empleos. Pero lo que va a conseguir es que sus empresas sean menos competitivas. En el caso de Ford, por ejemplo, sus coches serán más caros de producir y perderán atractivo frente a los de otras empresas que sí fabrican en México”, dice José María Sánchez de Molina, analista bursátil y asesor en estrategias de inversión.
El analista señala que México debe ver a las compañías automovilísticas de Asia y Europa que ya están muy afianzadas con fábricas en Puebla, Nuevo León o Aguascalientes.
Un reto mayor para la economía mexicana ante la llegada de Trump es la depreciación del peso frente al dólar.
Tras confirmarse el triunfo de Trump en noviembre del año pasado, el dólar alcanzó un máximo de 20.73 pesos por dólar. Y tres días después, la divisa estadounidense rompió otro récord llegándose a vender en 21.45 pesos en ventanilla bancaria. En tan solo tres días con Trump, el peso sufrió una devaluación de más del 16% respecto al dólar.
“Que el dólar suba afecta a la inflación. Esto significa que nuestro dinero rinde menos, que los precios de productos suben, y que se restringe el acceso a créditos hipotecarios y a las tarjetas de crédito”, recalca Sánchez de Molina, quien prevé un tipo de cambio para finales de este nuevo año de 23.50 pesos por dólar.
El internacionalista José Alberto Moreno apunta por su parte que el mayor riesgo para nuestra economía sería una eventual cancelación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
“La cancelación del TLC sería una tragedia para los tres países, sobre todo para México y Estados Unidos. Se perderían miles de millones al día de manera muy tonta”, señala Moreno Chávez, quien expone que el 80% del maíz que exporta Estados Unidos lo hace rumbo a México, mientras que Estados Unidos es el principal comprador de las exportaciones mexicanas, sobre todo de productos como el tomate o el aguacate.
“Además, la suspensión del TLC generaría una crisis económica inminente en las ciudades fronterizas tanto del lado mexicano como del lado estadounidense, puesto que es una zona económicamente interdependiente. Sería un golpe demoledor a la economía fronteriza”, hace hincapié Moreno Chávez.
El analista bursátil José María Sánchez de Molina sugiere que México debe empezar a fijar su mirada en otros mercados más allá de Estados Unidos estrechando lazos con Asia y Europa.
El bloqueo de las remesas que miles de migrantes envían a México, para evitar la fuga de capitales, sería muy grave para la economía mexicana, explica Sánchez de Molina.
En promedio cada año se envían a México más de 25 mil millones de dólares.
Aunque la política proteccionista de Trump es una amenaza para la economía nacional, también hay que poner atención a lo que ocurre dentro del México, recomienda Raymundo Tenorio, director de la carrera de Economía y Finanzas del Tec de Monterrey.
“Nuestra verdadera preocupación debería estar en la falta de pericia y de conocimientos de nuestras autoridades económicas y financieras”, opinó Tenorio en un contexto económico mexicano marcado por la reciente subida al precio del combustible, de la luz y del Gas.
Con información de Manu Ureste.