Las grandes empresas son más ricas que muchos países. Actualmente las 10 mayores compañías del mundo tienen ganancias superiores a los ingresos públicos de 180 países en conjunto.
[contextly_sidebar id=”G9izw17V2EP1CP6XMGaXgswUSreVu1V2″]Entre las compañías más ricas se encuentran Wal-Mart, Shell y Apple, cuya facturación es mayor que la riqueza sumada de países como Irlanda, Indonesia, Israel, Colombia, Grecia, Sudáfrica, Irak y Vietnam, señala Oxfam en su estudio “Una economía para el 99%”, presentado este lunes.
Las 10 empresas más rentables de Estados Unidos generaron en 2015 unos beneficios conjuntos de 226,000 millones de dólares, lo que supondría 30 dólares por cada persona que habita en este planeta, explica el estudio.
Estas empresas son un elemento vital para el mercado y para generar beneficios para la población y sociedades más prósperas, explica Oxfam, sin embargo, las grandes compañías “no comparten la riqueza que generan, sino que su funcionamiento está cada vez más al servicio de los más ricos”.
Las metas actuales de las empresas, según el estudio, es reducir costos para generar beneficios solamente para las compañía y sus socios y no para sus trabajadores ni el lugar donde se asientan.
Para generar más ganancias las compañías minimizan el costo de los insumos como el de la mano de obra, lo que se traduce en bajos salarios pero duras jornadas de trabajo.
“La presión a la baja sobre los salarios provoca desigualdad, además de tener un elevado coste humano”, señala el informe.
Un ejemplo que cita Oxfam es Apple, en donde trabajadores agotados en China hacen turnos de 13 horas en condiciones inhumanas para fabricar iPhones y iPads.
“Los salarios de los trabajadores de bajos ingresos de todo el mundo siguen reduciéndose, especialmente en aquellas cadenas de suministro globales en las que los proveedores compiten para ofrecer a los consumidores los precios más bajos”, señala Oxfam, y en esa cadena las mujeres son las más afectadas, pues consiguen empleos precarios y mal remunerados.
Oxfam señala que algunas de las compañías más rentables del Reino Unido pagan salarios de miseria a sus trabajadores en Malaui, Vietnam y Kenia.
Otra forma en la que las grandes empresas podrían ayudar a las sociedades es a través de la recaudación fiscal.
Ésta permite a los gobiernos financiar servicios como mejor infraestructura y educación.
Sin embargo, las grandes empresas tratan de tributar lo menos posible, evadiendo sus obligaciones fiscales de dos maneras: utilizando paraísos fiscales y vacíos en las legislaciones, o aprovechando exenciones fiscales que les ofrecen distintos países.
En la lucha por atraer más inversiones, los gobiernos han incrementado los beneficios fiscales que dan a las empresas. Un ejemplo es Indonesia, que en 2014 ofreció una exención en el impuesto de sociedades durante 10 años a Samsung para que se estableciera en su territorio. Vietnam hizo la misma oferta para 15 años.
Otra estrategia fue la que quiso utilizar una compañía en Uganda, donde trató de evadir el pago de 400 millones de dólares en impuestos a través de empresas fantasmas en paraísos fiscales.
De acuerdo con Oxfam, esta cifra era superior al presupuesto anual para sanidad en Uganda. En este caso el gobierno pudo evitar el desvío.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) estima que los países en desarrollo pierden al menos 100 mil millones de dólares anuales gracias a una recaudación ineficiente, esta cantidad sería suficiente para dar educación a los 124 millones de niños y niñas que están actualmente sin escolarizar, detalla el estudio.
La brecha entre los súper ricos y la mitad más pobre de la población mundial es más extrema de lo que se pensaba, y tan sólo ocho hombres, de Bill Gates y Michael Bloomberg al magnate mexicano Carlos Slim Helú, tienen una riqueza equivalente a lo que poseen 3,600 millones de personas, según un análisis de Oxfam publicado el lunes.
Durante los próximos 20 años, 500 personas legarán 2,1 billones de dólares a sus herederos, una suma que supera el PIB de la India, un país con una población de 1.300 millones de personas.
Los ingresos del 10% más pobre de la población mundial han aumentado menos de 3 dólares al año entre 1988 y 2011, mientras que los del 1% más rico se han incrementado 182 veces más, señala el estudio.
Otro ejemplo es Vietnam, donde el hombre más rico del país gana en un día más que la persona más pobre en 10 años.
El malestar público contra este tipo de inequidad seguirá creciendo y conducirá a cambios políticos más sísmicos, semejantes a la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y al voto del Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea.
“Es obsceno que tanta riqueza esté en las manos de tan pocos cuando una de cada 10 personas sobrevive con menos de dos dólares al día”, lamentó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam International, quien asistirá a la reunión en Davos. “La inequidad está atrapando a cientos de millones en la pobreza; está fracturando nuestras sociedades y socavando la democracia”.