Donald Trump firmó este miércoles la orden ejecutiva para la construcción de un muro de concreto en la frontera entre Estados Unidos y México, como una medida para frenar la inmigración ilegal a territorio estadounidense, pero concretar una obra de esas dimensiones no es algo que se logre de la noche a la mañana.
[contextly_sidebar id=”GIClem3ARYYVIx37iUcaXlna8v34DVwC”]Existen dudas respecto a cómo lograría Trump financiarlo, ya que el Congreso estadounidense tendría que aprobarle recursos, y México se niega a pagar esa obra, como quiere el republicano. Además, una construcción de ese tipo implica un gran reto técnico, e incluso tendría repercusiones ambientales.
A continuación te presentamos puntos clave para entender el caso del muro:
El ahora presidente de Estados Unidos prometió desde su etapa de candidato la construcción del muro. En sus mitines era común escuchar el grito “build the wall!”, coreado por sus simpatizantes.
Con esa construcción, Trump quiere frenar la entrada de migrantes indocumentados, al señalarlos como un grupo que puede afectar a Estados Unidos, en cuanto a crimen y empleo para los estadounidenses.
Alguna vez el magnate dijo que el vecino del sur, México, no envía a Estados Unidos a sus mejores personas, sino también criminales, e incluso violadores, una declaración que para nada le cayó bien a los mexicanos.
La frontera entre México y Estados Unidos tiene una extensión de 3,152 kilómetros.
Y sí, en parte de ella ya existen muros, cercas, vallas y otras barreras (algunas naturales), que impiden el paso de personas y vehículos que puedan trasladarlas.
De acuerdo con el diario USA Today, actualmente se tienen ese tipo de construcciones en unos 1,049 kilómetros de la frontera.
Esas barreras contaron con el respaldo de una ley denominada “valla segura” (Secure Fence Act), firmada en 2006 por el presidente George W. Bush, y que ahora Trump podría usar a favor para su idea del muro.
La mayor parte de las cercas en Texas, Nuevo México, Arizona y California fueron construidas antes de que Bush dejara el cargo. Las últimas partes fueron completadas después de que el presidente Barack Obama asumiera el puesto, en 2009, apunta AP.
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Trump dijo primero que construir el muro a lo largo de la frontera tendría un costo de unos 8 mil millones de dólares, aunque luego mencionó que podrían ser 10 mil.
Sin embargo, un estudio del grupo de investigación Bernstein, citado por el diario USA Today, estimó que los costos totales estarían entre 15 y 25 mil millones de dólares, tomando en cuenta el pago de materiales y personal.
Durante su campaña Trump aseguró que obligaría a México a pagar la construcción del muro.
Después, el 11 de enero pasado, dijo que empezaría la construcción utilizando recursos públicos de los estadounidenses, y que después México lo pagaría o haría un reembolso, incluso con algún impuesto (México teme que haya alguna retención a las remesas que envían los trabajadores en Estados Unidos a su familia).
Este miércoles, Trump insistió con la idea del reembolso. Dijo que el muro comenzará a construirse en “unos meses”, y que eso sería bueno tanto para México como para Estados Unidos.
President Trump tells @ABC News: Mexico will “absolutely” reimburse U.S. for border wall. https://t.co/MgcLG1hJH0 https://t.co/NlxLs4N6SF
— ABC News (@ABC) January 25, 2017
Sin embargo en el Congreso estadounidense, con mayoría republicana, no se ha confirmado que vayan a darle a Trump los recursos que necesita para la construcción del muro.
La legisladora demócrata Nancy Pelosi, de California, dijo que incluso los republicanos podrían negarse a que se dé el gasto de unos 14 mil millones de dólares, que según sus cálculos podría costar el muro, de acuerdo con el New York Times.
Big day planned on NATIONAL SECURITY tomorrow. Among many other things, we will build the wall!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 25, 2017
En su estudio, el grupo de investigación Bernstein señala que construir un muro como el que ha planteado Trump enfrentaría grandes retos topográficos, ya que tendría que pasar por el desierto de Arizona, montañas escarpadas en Nuevo México y ríos, y para la obra sería necesario incluso construir caminos para acceder a ciertas zonas.
La región fronteriza también incluye refugios protegidos de vida silvestre, territorios indígenas y ranchos cuyos propietarios no aceptarían vender sus tierras al gobierno federal estadounidense, para que se haga el muro, lo que representaría dificultades y costos adicionales.
El Pew Research Center indicó este mes que solo 39% de los estadounidenses considera que la construcción del muro es una meta importante como política en cuanto a la inmigración.
Sin embargo, al encuestarse a ciudadanos que son republicanos, un 67% dijo que era importante la construcción del muro. En el caso de las demócratas, esa cifra es de apenas 16%.
Carlos de la Parra, investigador en la Centro de Estudios Fronterizos de la Frontera Norte, dijo a BBC Mundo que el muro afectaría la migración de las especies de animales en la zona, al cortar sus accesos.
Las barreras humanas, apuntó un reporte de BBC, también pueden perturbar las cuencas hidrográficas y las vías fluviales, incluso provocando inundaciones.
La frontera divide a los estados de California, Arizona, Nuevo México y Texas de seis entidades mexicanas: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, dijo que los muros y cercas que actualmente ya están en la frontera afectan la migración y los movimientos de más de 800 especies de vertebrados, principalmente mamíferos, reptiles y anfibios.
Esa situación, dijo, empeoraría si Trump logra el muro que quiere.
El presidente Enrique Peña Nieto ha expresado su rechazo al muro. Dijo que los mexicanos no pagarán esa construcción, y que no aceptará que Estados Unidos confisque parte de las remesas que los trabajadores envían a sus familias, para que Trump pueda costear esa construcción.
“No son negociables principios básicos como nuestra soberanía, el interés nacional y la protección de nuestros connacionales”, expresó.
https://www.youtube.com/watch?v=n3hbvG8tVJk
En 2014, de acuerdo con el Pew Research Center, se tenía un estimado de 5 millones 850 mil inmigrantes indocumentados de origen mexicano en Estados Unidos.
En total, en aquel entonces, se tenía un estimado de un total de 11.1 millones de personas indocumentadas viviendo en Estados Unidos.
El gobierno mexicano indicó en noviembre pasado que apoyaría a esa población mexicana de inmigrantes indocumentados, para evitar que sufrieran abusos ante la amenaza de deportaciones masivas durante el gobierno de Trump.
Un reporte del Pew Research Center, de noviembre de 2015, indicó que de 2009 a 2014 un millón de mexicanos y sus familias dejaron Estados Unidos para regresar a México.
En el mismo periodo, se estima que 870,000 mexicanos dejaron México para irse a Estados Unidos.
Es decir, fueron más los regresos que la migración a territorio estadounidense.
En aquel entonces se indicó que una de las causas de este cambio en la tendencia era que el mercado de empleo en Estados Unidos se había deteriorado.