MEDELLIN, Colombia (AP) — Un avión chárter con 81 personas a bordo, entre las que había jugadores de un equipo brasileño de primera división que viajaba a Colombia para la final de la Copa Sudamericana, se estrelló cerca de Medellín causando al menos 75 muertes, dijeron este martes funcionarios colombianos.
[contextly_sidebar id=”bJp5M23qahuIiWjdKqOmAir1b43YDFhd”]Seis personas sobrevivieron.
Un portavoz del club brasileño Chapecoense confirmó la muerte de uno de sus arqueros, Danilo, que había sido rescatado con vida y estaba siendo atendido en un hospital.
Aeronáutica Civil de Colombia reportó que 22 periodistas murieron.
Aerocivil publica el listado de pasajeros del vuelo de Lamia CP 2933 que transportaba delegación deportiva https://t.co/kHymbYbYai pic.twitter.com/3kXwEvV0B0
— Aeronáutica Civil de Colombia (@AerocivilCol) November 29, 2016
La cadena Fox Sports lamentó el fallecimiento de integrantes de su equipo.
En FOX Sports Latin America expresamos nuestro más profundo pesar por el accidente aéreo ocurrido hoy en Medellín. pic.twitter.com/UnheDF5KLL
— FOX Impacto NFL (@FOXImpactoNFL) November 29, 2016
El avión, un British Aerospace 146 para trayectos cortos operado por la aerolínea boliviana LaMia, declaró una emergencia a las 22:00 horas del lunes (tiempo local) por una falla eléctrico, dijeron autoridades de aviación.
La aeronave, que partió desde Santa Cruz, en Bolivia, trasladaba al Chapecoense al aeropuerto internacional José María Córdova, en Medellín.
El equipo, originario del sur de Brasil y que había iniciado su viaje en Sao Paulo, iba a jugar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional el miércoles en la ciudad colombiana.
En un comunicado, el Atlético Nacional pidió a la Conmebol que declare campeón de la Copa Sudamericana al Chapecoense, “como laurel honorífico a su gran pérdida y en homenaje póstumo a las víctimas”.
Atlético Nacional solicita a Conmebol que el título de la Sudamericana sea entregado a Chapecoense. https://t.co/VuDoExk0JX pic.twitter.com/HAY8yT1tEt
— Atlético Nacional (@nacionaloficial) November 29, 2016
https://twitter.com/FutCapitanes/status/803588797204078592
“Lo que iba ser una fiesta terminó siendo una tragedia”, dijo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, desde el centro de mando de la operación de búsqueda y rescate.
En un breve comunicado publicado en su página de Facebook, el club dijo: “Que Dios esté con nuestros atletas, dirigentes, periodistas y demás invitados que están con la delegación”.
La CONMEBOL, la confederación sudamericana de fútbol, ofreció sus condolencias a toda la comunidad de Chapeco y dijo que su presidente, Alejandro Domínguez, estaba viajando a Medellín. Todas las actividades relacionadas con el deporte fueron suspendidas hasta nuevo aviso, agregó.
El snapchat de uno de los jugadores de #Chapecoense antes de partir. Sin palabras… pic.twitter.com/TSnCUWmF7c
— Andrés Muñoz Araneda (@andresmunoza) November 29, 2016
Docenas de rescatistas se animaron al principio de la noche tras sacar a tres pasajeros con vida de entre los escombros.
Pero a medida que pasaban las horas, y las fuertes lluvias y la escasa visibilidad dejaban helicópteros en tierra y complicaban los esfuerzos para llegar a la zona, el ambiente se enfrió hasta el punto de que las autoridades suspendieron los trabajos hasta el amanecer reconociendo que se trata ya solo de una operación para recuperar cuerpos.
La televisora local emitió imágenes de ambulancias que trasladaron a tres hombres a un hospital en camillas, cubiertos con mantas y con un gotero intravenoso.
Entre los sobrevivientes está el defensa del Chapecoense, Alan Ruschel, quien según los doctores sufre lesiones medulares. El arquero Jackson Follmann, un miembro de la delegación del equipo y una azafata de vuelo boliviana sobrevivieron al choque.
A bordo de la aeronave viajaban 72 pasajeros y 9 miembros de la tripulación.
La radio local dijo que el mismo avión trasladó a la selección de Argentina a Brasil para un juego este mes y antes llevó a la de Venezuela.
British Aerospace, que ahora opera con el nombre BAE Systems, dijo que el primer 146 despegó en 1981.
Según la empresa, hasta noviembre de 2013 se construyeron menos de 400 ejemplares —incluyendo su predecesor Avro RJ — en Gran Bretaña. Alrededor de 220 siguen en activo con diversas funciones, incluyendo lucha contra incendios y servicios nocturnos de mercancías, agregó.
Alfredo Bocanegra, jefe de la agencia de aviación civil de Colombia, explicó que los reportes iniciales sugieren que el avión sufría problemas eléctricos, aunque los investigadores tendrán que estudiar el testimonio de uno de los sobrevivientes que dijo que se quedaron sin combustible a unos cinco minutos de aterrizar en el aeropuerto José María Córdova, en las afueras de Medellín.
Un video publicado en la página de Facebook del Chapecoense mostraba al equipo preparándose para tomar el vuelo el lunes en el aeropuerto internacional Guarulhos de Sao Paulo.
No estuvo claro de inmediato si el plantel cambió de avión en Bolivia o hizo una escala en la misma aeronave.
El club de la pequeña ciudad brasileña de Chapeco ascendió a la primera división del futbol brasileño en 2014 por primera vez desde la década de 1970. La semana pasada se clasificó para la final de la Copa Sudamericana — el equivalente a la Liga Europa de la UEFA— tras derrotar en el camino al San Lorenzo y a Independiente, ambos argentinos, y al Junior de Barranquilla, en Colombia.
“Esta mañana me despedí de ellos y me dijeron que íbamos a por el sueño, a convertir ese sueño en realidad”, dijo un miembro de la directiva del Chapecoense a la televisora brasileña TV Globo. “El sueño se terminó a primera hora de la madrugada”.
El equipo es tan humilde que su estadio, con capacidad para 22,000 personas, fue descartado por los organizadores del torneo por ser demasiado pequeño para la final.
“Esto es increíble, estoy caminando sobre el pasto del estadio y siento que estoy flotando”, dijo Andrei Copetti, vocero del equipo, a The Associated Press.
“Nadie entiende como una historia que eran tan increíble pudo sufrir un revés tan devastador. Para mucha gente aquí todavía no es una realidad”.