Los líderes de organizaciones de campesinos que encabezaron este lunes una marcha en la Ciudad de México lanzaron críticas en contra del gobierno y gritaron “¡Ya basta!”, pero también aplaudieron y llamaron amigo al secretario federal de Agricultura, José Calzada, e incluso lo elogiaron. Lo mismo sucedió con el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, quien incluso recibió un sombrero de parte de los manifestantes.
Cerca de la 1:00 pm, tras marchar desde diferentes puntos de la ciudad, los dirigentes del Frente Auténtico del Campo (FAC) dieron un posicionamiento ante miles de campesinos que llenaron el Zócalo.
En él señalaron que las políticas neoliberales implementadas desde el gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari hasta el de Enrique Peña Nieto han aumentado la pobreza y la desigualdad.
También que se han establecido programas agrarios excluyentes que sólo benefician a los grandes productores, y que México ha perdido soberanía alimentaria.
Después dijeron que el país vive uno de sus peores momentos, con un crecimiento económico mediocre y una disminución en los ingresos de la mayoría de los mexicanos. Ante ello, pidieron recursos para apoyar a los productores del campo y plantearon una propuesta de 15 puntos.
Por último, dijeron que respaldan “totalmente” la lucha de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en contra de la “mal llamada” reforma educativa. En el acto incluso participaron líderes de ese movimiento como Enrique Enríquez y Víctor Manuel Zavala.
Tras esas críticas, acudió al Zócalo y al templete el secretario federal de Agricultura, José Calzada. Cuando lo observaron algunos campesinos le silbaron tímidamente. Entonces los líderes de la FAC -que integra a diversas organizaciones-, pidieron a la gente evitar esas expresiones para sus “invitados” y elogiaron la apertura de Calzada para el diálogo. Los silbidos se convirtieron en aplausos para el funcionario federal.
Calzada tomó el micrófono y dijo que reconoce la deuda histórica que se tiene con el campo mexicano. Y aunque señaló que el gobierno responderá a las demandas de los agricultores, no precisó cómo ni cuándo.
A la mitad de los discursos apareció el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.
Como en el caso de Calzada, algunas personas en el Zócalo lanzaron gritos de desaprobación: “Fuera, corrupto, represor de maestros”.
Los líderes del FAC pidieron, nuevamente, que no le gritaran porque el jefe de Gobierno no solo era su invitado, sino también su “amigo”. Dijeron que Mancera les había abierto las puertas de la ciudad, lo cual les permitió que se manifestaran en el Zócalo, e incluso apoyando la logística. La presentadora además lo elogió diciendo que era “un gran hombre”, con “grandes ideales”.
Incluso le regalaron un sombrero que el mandatario se puso. Mancera tomó el micrófono y dijo que entendía que no todos estuvieran de acuerdo con él, ya que hay libertad de expresión. Luego habló de la construcción de una “gran alianza” con los que menos tienen, incluyendo, claro, a los campesinos.
En la marcha, que duró más de tres horas sin tener incidentes mayores, participaron campesinos de varios estados del país. Algunos, cuando se les preguntó por qué habían acudido, mencionaron que no lo sabían, que los habían invitado.
Otros, en cambio, sí se empeñaron en señalar que es necesario que se asignen más recursos para el campo, describieron las condiciones paupérrimas en las que viven, y criticaron al gobierno de Peña Nieto.
Dirigentes de las organizaciones campesinas mencionaron que tras su evento en el Zócalo acudirían a instalaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob), para plantear sus demandas, y que permanecerían en plantón ahí hasta que haya una respuesta satisfactoria.