[contextly_sidebar id=”4JOQ8J8lbEN5vAWuHrPhF8iaTk5kZ0b3″]Esta vez todas las señales dicen que es cierto: hay un planeta fuera del Sistema Solar que tiene las condiciones necesarias para la vida, o lo más parecido posible a como la conocemos.
Se trata del planeta llamado Próxima b que orbita a la estrella Próxima Centauri.
A diferencia del Alpha Centauri Bb, descubierto en 2012 como un planeta similar a la Tierra pero cuya existencia fue rebatida en 2015, los “signos de vida” de este planeta son más certeros.
Los científicos del Observatorio Espacial Austral (ESO, por sus siglas en inglés) acaban de compartir este miércoles algunas claves de este primo terrestre no tan lejano de nuestro vecindario.
Próxima b se encuentra a unos 4 años luz del Sistema Solar, que es una de las distancias relativamente más cercanas a la Tierra para un planeta similar al nuestro nunca antes detectado.
“Las primeras señales de un posible planeta se vieron en 2013, pero la detección no era convincente”, cuenta Guillem Anglada-Escudé, el científico catalán líder de la investigación.
Para confirmar su existencia, los científicos revisaron durante 60 días las señales del espectógrafo HARPS, ubicado en Chile, en conjunto con otros telescopios alrededor del mundo.
Este nuevo planeta se encuentra a 7 millones de kilómetros de su estrella, Próxima Centauri.
Eso significa que está a 5% de la distancia la distancia de la Tierra al Sol (149,6 millones de kilómetros), ¿cómo puede ser habitable entonces?
“Su estrella es mucho más débil que el Sol. Como resultado, Próxima b se encuentra dentro de la zona habitable alrededor de la estrella y tiene una temperatura superficial estimada que permitiría la presencia de agua líquida”, explica el ESO.
Los cálculos indican que podría tener una temperatura de unos 4°C, lo que genera condiciones para tener agua, el factor clave de la vida terrestre.
La masa de este planeta es 1,3 veces la de la Tierra y hasta ahora los científicos creen que puede tener un paisaje rocoso, habitable para el ser humano.
Aún es pronto para llegar a conclusiones, pero el debate científico se centra en determinar si su atmósfera se está evaporando lentamente, como ocurre con planetas similares y qué tipo de química posee.
La superficie podría estar recibiendo “llamaradas de rayos X y de radiación ultravioleta” de su estrella que serían mucho más fuertes que las que tenemos en la Tierra, un factor a considerar para la vida que conocemos.
Todavía es temprano para confirmarlo, pero los astrónomos consideran “muy probable” que la fuerza de gravedad que influye en el planeta haga que un lado esté expuesto a la luz y otro permanezca oscuro.
Los patrones que han detectado los astrónomos los llevan a concluir que este planeta gira alrededor de Próxima Centauri cada 11,2 días terrestres.
La idea de un planeta similar a la Tierra en un vecindario cercano suena bien, pero las distancias astronómicas son considerables.
Próxima Centauri se encuentra a 40 billones de kilómetros, una distancia que requeriría miles de años para alcanzarse con la tecnología que disponemos.
La misión Juno, que recorrió 3.000 millones de kilómetros para llegar a Júpiter en julio, tardó cinco años en llegar a su objetivo en un trazo calculado para interceptar al planeta.
“Por supuesto, ir allí ahora mismo es ciencia ficción, pero la gente está pensando en ello y ya no es solo un ejercicio académico imaginar que podríamos enviar una sonda allí un día”, dijo Anglada Escudé.