Nota del editor: Los siguientes #SemáforosEconómicos de México, ¿Cómo Vamos? estarán dedicados al análisis de los perfiles económicos de los estados donde se instalarán las primeras Zonas Económicas Especiales. Se analizarán los indicadores que se buscan mejorar con la implementación del Programa. Esta semana es el turno de Oaxaca.
Durante los últimos 10 años, Oaxaca ha sido uno de los focos rojos del país en términos económicos. Al analizar los indicadores del #SemáforoEconómico, de México, ¿Cómo Vamos?, se observa que la suma de los esfuerzos que se han realizado para que el estado se desarrolle han sido insuficientes.
[contextly_sidebar id=”Lvm7c7mwiUjhN74JKEolf0qH4ZDyuh7O”]Uno de los factores que explican el bajo desempeño de la economía oaxaqueña en crecimiento, informalidad laboral y pobreza es el fracaso en la implementación de políticas que incrementen la productividad laboral en el estado.
Entre 2006 y 2015, Oaxaca creció en promedio 2% anual, mientras que el país lo hizo a un ritmo de 2.4%, posicionándose como el quinto estado con la menor tasa de crecimiento durante ese periodo. La producción en Oaxaca ha estado caracterizada por amplias variaciones en sus tasas de crecimiento, alcanzando un máximo de 5.9% durante el cuarto trimestre de 2011 y un mínimo de -4.5% durante el segundo trimestre de 2009.
En 2006, Oaxaca era el estado con el mayor porcentaje de población ocupada trabajando en la informalidad: 70.4% de los trabajadores, es decir, 7 de cada 10, eran informales. Diez años después la situación empeoró y la tasa de informalidad laboral aumentó a 74.6% de la población ocupada, son 369 mil 233 personas más en esta condición.
Asimismo, la pobreza laboral en Oaxaca se incrementó durante los últimos 10 años y se ha mantenido como el segundo estado con el más bajo desempeño en este indicador. El porcentaje de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral pasó de ser 59.7% de la población del estado en 2006 a 63.2% en 2016. Hoy existen casi 446 mil personas más en pobreza laboral que las que había hace 10 años.
La estrategia para que Oaxaca logre mejorar sus indicadores económicos debe tener como base el impulso a la productividad laboral. Actualmente, un trabajador en Oaxaca produce el equivalente a $70 pesos por hora trabajada, mientras a nivel nacional cada hora trabajada genera un valor de $133 pesos. Es necesario definir claramente el enfoque que debe tener el impulso en productividad en cada estado para que se traduzca en beneficios de largo plazo.
De acuerdo con un estudio realizado por estudiantes de la Universidad de Harvard (Lopes Teixeira et al, 2014, Enhancing Productivity Growth in Southern Mexico: the Cases of Oaxaca and Veracruz), el problema de la productividad laboral en Oaxaca debe enfrentarse a partir de distintos enfoques.
De acuerdo con este estudio, la baja productividad laboral es, por un lado, un fenómeno que se presenta en todas las industrias del estado. De las 88 industrias enlistadas en el Censo Económico del INEGI (excluyendo las relacionadas con la industria del petróleo y gas), únicamente 5 cuentan con una productividad laboral superior a la de las mismas industrias a nivel nacional. Para mejorar la productividad se debe invertir en mejoras estructurales, desde capital físico y humano, hasta combate a la corrupción.
Oaxaca es el segundo estado con menor grado de escolaridad promedio; 7.52 años mientras el promedio nacional alcanza los 9.16 años de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015. En términos de infraestructura física, únicamente 21.1% de las manzanas en Oaxaca cuentan con todas las vialidades pavimentadas, mientras el promedio nacional es de 42.9% de acuerdo con los últimos datos disponibles del INEGI. Adicionalmente, Oaxaca ocupa el lugar 29 de 32 entidades en el Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno 2010 de Transparencia Mexicana, donde la entidad número 32 tiene los mayores niveles de corrupción.
La baja productividad en Oaxaca también proviene de la concentración de la actividad económica en industrias que son poco productivas en sí. Para mejorar la productividad desde este flanco, se deben identificar las industrias altamente productivas con potencial para ser desarrolladas en Oaxaca.
Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) parten de la promesa del sexenio de incrementar la productividad y son una oportunidad para elevar la productividad laboral en Oaxaca desde ambos ámbitos. Las ZEE tienen el acierto de enfocarse en eliminar la brecha de crecimiento y productividad que divide al norte y sur del país, pero la debilidad de ser una política que, al momento, pretende utilizar la misma fórmula para impulsar a todos los estados donde será aplicada. La principal tarea del gobierno durante los próximos meses será definir la estrategia de implementación que cada estado en específico requiere para incrementar su productividad laboral, en lugar de asumir que el mismo diseño funcionará con todos por igual.
Los siguientes #SemáforosEconómicos de México, ¿Cómo Vamos? estarán dedicados al análisis de los perfiles económicos de los estados donde se instalarán las primeras Zonas Económicas Especiales. Se analizarán los indicadores que se buscan mejorar con la implementación del Programa.