La firma de Rosa Gumataotao Ríos –su nombre de casada- aparece en casi 30 mil millones de billetes de dólar. Es, desde 2009, la tesorera del gobierno estadounidense y responsable de supervisar la Casa de la Moneda, la Oficina de Grabado e Impresión y el Fuerte Knox del Gobierno. Es también un vínculo clave con la Reserva Federal, el sistema bancario central del país. Y asegura que no existe muro que pueda dividir a ese país y México.
[contextly_sidebar id=”w1HN2RnBxIIuMlHW0u33Ajq8sblkAAT9″]Dice que, sobretodo, es latina. Mexicana. Nació en California pero su familia es de Guadalajara. Ella apoyó desde la primera elección al presidente Barack Obama buscando el voto latino en Virginia. Dice que está orgullosa de su herencia pero siente que esta es una época en la que es difícil –aún más- ser latino en Estados Unidos.
Las elecciones en ese país han creado un discurso de odio antiinmigrante que ha sido encabezado por el candidato republicano, Donald Trump, quien ha señalado que de ganar obligará a México a construir un muro a lo largo de toda la frontera entre ambos países.
Esta es una entrevista con la tesorera del gobierno estadounidense que se realizó en el marco del evento Aldea Digital.
Animal Político: ¿Cuáles serían las consecuencias para la relación entre ambos países si Donald Trump ganara la presidencia?
Rosa Ríos: Espero que lo que ha dicho sea sólo un discurso de esta temporada electoral. Lo que siempre pasa durante esta temporada es que hay divisiones entre partidos, entre candidatos, pero cuando se elige a un presidente entonces ya no son los rojos (republicanos) contra los azules (demócratas), sino todos están unidos bajo una bandera roja, azul y blanca. Espero que eso pase, que el discurso que ha hecho sea por cuestiones políticas solamente y que al final, si es que ganara, decida tomar la responsabilidad de unificar al país.
AP: ¿Y en caso de que no fuera sólo un discurso, sino una realidad?
RR: No puede salir nada bueno de eso. Nuestras economías son imposibles de separar, están unidas permanentemente. El flujo de materia prima que viene de EU a México, y después de los productos terminados que regresan, es imposible de frenar con un muro. Somos dependientes el uno del otro.
Trump está usando la frustración de la gente para atraer votos, pero la realidad es que la inmigración actual es la más baja desde 2007, así que los hechos son que el acceso del capital humano y los recursos entre ambos países no puede cambiar, o no debería de cambiar.
AP: Como latina, ¿qué sensación le causan los ataques de Trump a esta comunidad?
RR: México es mi país, al igual que Estados Unidos: mi familia está aquí, mi sangre está aquí. No puedo escoger entre ambos países, soy parte de los dos. Nací en California pero California antes era parte de México, así que la sangre es la misma. No hay muro que pueda separar eso. Deberíamos en enfocarnos en lo que tenemos en común en lugar de que sea al revés.
AP: ¿Cuál es la situación de los latinos en EU?
RR: Me pone triste ver la situación de los latinos porque no somos lo suficientemente reconocidos, ni se valora lo que hemos hecho por el país. Hay 50 millones de latinos en EU y 35 millones son de ascendencia mexicana, pero nunca hemos tenido un senador mexicano. El consumo de este sector poblacional es el que está impulsando la recuperación económica en el país.
El crecimiento demográfico del sector es el más grande de EU: ya es el 20% de la población y va a seguir creciendo. Entonces si vamos a seguir contribuyendo a la recuperación económica, tenemos que entender la importancia de nuestro voto: podemos decidir el rumbo de las elecciones y eso puede darle miedo a algunas personas, pero este no es el momento de emprender la retirada, sino el de avanzar.
Es momento de entender que cualquier latino puede aspirar a ser presidente, que no hay un límite para nosotros.
AP: ¿Cuál ha sido el mejor momento en su trabajo como tesorera de EU?
RR: Han sido ocho años complicados, pero lo volvería a hacer desde el principio. No sólo se trata de que sea una mujer en un cargo de esta importancia, sino de honrar a mi mamá y todas las mujeres que vinieron antes de mí. Y también de ser una inspiración para mi hija, a quien le digo que puede ser presidenta.
AP: ¿Y el peor?
RR: El que estamos enfrentando hoy. Estoy muy orgullosa por ser latina, mexicana, y no entiendo el odio hacia los mexicanos que existe en este momento en el ambiente político. No entiendo por qué la gente cree que ese odio es la mejor forma de avanzar. Uno de los países más poderosos del mundo debería ser un ejemplo para los demás, pero no lo está siendo. El país fue creado con principios de inclusión y puertas abiertas, y el que haya gente que crea que es mejor que los demás solo por el color de piel o su etnicidad, es uno de los principales retos que tenemos este momento.
AP: ¿El racismo y el odio han aumentado últimamente o sólo ahora es mucho más notorio?
RR: Siempre ha existido pero ahora la gente está ampliando los límites de lo que puede hacer y quedar impune por ello. Si no hay consecuencias sobre lo que la gente dice, va a continuar el racismo.
AP: La situación de Estados Unidos y el mundo es muy inestable. ¿Cómo afecta la cuestión económica a su país?
RR: Tras la crisis financiera el mundo se ha puesto de cabeza. No es sólo la crisis, sino también el uso de las redes sociales, que ha cambiado mucho la forma en que obtenemos información. Ha sido una bendición y también una maldición: hasta las elecciones se han convertido en un espectáculo de entretenimiento. La tecnología ha unido mucho a la gente pero también ha complicado que mantenga los pies en la tierra. Cuando pierdes de vista el aspecto humano de lo que haces, y la conexión con la gente, es cuando nace el miedo.
La innovación tecnológica ha traído cosas increíbles para el mundo, pero a la vez ha hecho que haya una división laboral, que se pierdan muchos trabajos en EU por este afán de eficiencia. No es que se los hayan quedado los mexicanos que viven en Estados Unidos, sino que simplemente ya no existen.
También hay muchos trabajos para los cuales se necesitan capacidades tecnológicas que la gente ahora no tiene. Y eso ha causado mucha frustración: si pierdes tu empleo, tu casa por no tener esos conocimientos, es cuando el odio entra en el juego.
Lo puedes ver en esta elección, pero también en el mundo. Ese nivel de miedo no va a traer nada bueno. Lo que deberíamos de estar haciendo es buscar lo que tenemos en común. Esa unión tiene que venir de los líderes y eso no está pasando.