En el periodo 2008-2014 el ingreso mensual de los mexicanos más pobres nunca superó los dos mil pesos. Pero para 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cambió la forma de medir la pobreza y tras ignorar la tendencia de los registros históricos reportó que este sector más vulnerable del país alcanzó ingresos por hasta tres mil pesos mensuales.
[contextly_sidebar id=”OGGScoBc9wdlOvC1i8GDaKJIt5jTager”]El INEGI informó el viernes que cambió la metodología para medir con cuánto sobrevive cada hogar pobre del país y esa modificación implica que, al menos en las estadísticas, los ingresos mensuales aumenten 33.6% de un año a otro; alrededor de mil pesos.
El aumento es desproporcionado si se toma en cuenta que desde 2008 el incremento promedio de ingresos anual fue de 2%.
¿Cómo hizo INEGI para lograr este aumento? El Instituto decidió que cada vez que una encuesta de ingresos registre un hogar con “ingresos sospechosamente bajos” se aplique un nuevo cuestionario para determinar, en una segunda entrevista, si el primer resultado se justifica y repite.
La justificación del Instituto es que esto disminuye la “subestimación de los ingresos”, es decir, los datos de los hogares que declaran menos ingresos de los que tienen.
Los cambios del INEGI sólo se aplican a los hogares más pobres y la subestimación en el resto de los hogares del país continúa en los mismos términos.
“Por un lado no existe una definición técnica que explique qué son ingresos sospechosamente bajos y tampoco un documento técnico que indique que se debe dudar sólo de los ingresos bajos por sobre todos los demás, el INEGI sólo hace cambios en el 10% más pobre, ¿por qué no hizo modificaciones para evitar el subregistro en el 10% más rico o en todos los demás?”, dijo en entrevista Alberto Serdán, analista de políticas públicas de desarrollo social y colaborador de Animal Político.
Con los cambios que aplicó el INEGI se da una disminución automática de la desigualdad entre los más ricos y más pobres del país: mientras el ingreso de los más pobres crece 33.6%; el de los más ricos apenas cambia un 10%.
Sólo que entre los más ricos no se aplicó ninguna “nueva metodología” para reducir el subregistro y según investigaciones de organismos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es entre ese grupo en el que se registran las mayores subestimaciones de ingresos.
Pero hay otro problema: será imposible hacer un seguimiento sobre la evolución de la pobreza. “Es como si a partir de este 2016 iniciaran los registros sobre con cuánto sobreviven las familias más pobres del país”, explica Serdan.
El mismo INEGI reconoce que los datos que reveló el viernes pasado no se pueden comparar con años anteriores. El aumento de 33.6% en el ingreso sólo existe en el papel pero no es un incremento real, reflejo de mejores políticas públicas.
“El cambio que resulta de un ejercicio estadístico no mejora los ingresos de las personas. El único cambio es que se contó de manera distinta. Por ningún motivo se puede hablar de “mejora de los ingresos” o “reducción de la pobreza” cuando los datos no son comparables”, dijo en un posicionamiento la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Sobre los cambios en la metodología para reportar el ingreso de los hogares, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) denunció que no fue notificado pese a que, por ley, es el encargado de medir la pobreza con los datos del INEGI.
Que esta encuesta sobre ingreso en los hogares no sea consistente con las de años anteriores puede provocar que Coneval no esté en condiciones de usar la información y, por lo tanto, continuar con los reportes sobre la evolución histórica de las mediciones de pobreza que se han hecho desde 2008.
Los datos disponibles indican que durante 2014 el ingreso trimestral de los hogares más pobres fue de 5 mil 900 pesos. Tras la nueva metodología del INEGI —de la que no existen documentos públicos sobre cómo se aplicó— la cifra reportada es de 8 mil 169 pesos.