Las recientes contingencias ambientales en Ciudad de México revivieron una pregunta que suele causar polémica:
¿La gasolina importada que se vende en país contamina más que en otros países?
La duda surge tras la decisión de las autoridades de la capital mexicana desuspender hasta por dos días la circulación de millones de automóviles.
Con esa estrategia se pretende reducir el nivel de contaminación en la atmósfera de la región.
La Comisión Ambiental de la Megalópolis, responsable de vigilar el nivel de contaminantes en la capital y su zona conurbada, afirma que los autos emiten el87% de los precursores que generan ozono.
Pero algunos especialistas afirman que el problema no son los automóviles, sino el combustible que utilizan, algo que niega la petrolera estatal Pemex.
Y al menos el 52% del hidrocarburo que se comercializa en México se fabrica en el extranjero.
Uno de quienes tienen esa duda es Héctor Riveros, investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En conversación con BBC Mundo afirma que no está claro si la gasolina que se vende en México es tan limpia como la de otros países, como Estados Unidos.
Estándares internacionales, como los aplicados en Estados Unidos y Europa, establecen que cada litro de este hidrocarburo debe contener 30 partes de azufre por cada millón de partículas.
El resultado debería ser una menor emisión de contaminantes pero no ha sido así, afirma Riveros.
“Me tomé molestia de graficar del 2006 a 2016 los datos de la contaminación mensual promedio”, señala Riveros.
“Y en Ciudad de México no veo que haya bajado la contaminación en lo que debería ocurrir si se usara combustible con 30 partes por millón” de azufre.
¿Petróleos Mexicanos (Pemex) distribuye gasolina con alta cantidad de azufre?
“Mi respuesta para esa pregunta es tajante: no“, le dice a BBC Mundo José Manuel Carrera Panizzo, director de Alianzas y Nuevos Negocios de la petrolera.
En los días de la contingencia algunos afirman que la empresa importa gasolina de China y por eso, dicen algunos expertos, es que los niveles de contaminación no bajan.
Pero eso no es verdad, asegura el funcionario. “Ni importamos de China ni tampoco importamos gasolina de mala calidad“, insiste Carrera Panizzo.
“La gasolina es de la misma calidad que se usa en otras grandes urbes en el mundo”.
Más de la mitad de los 420.000 barriles de gasolina que se utilizan diariamente en México son importados.
El 75% de ese combustible proviene de Estados Unidos, dice el funcionario. Otro 20% se compra en Europa –sobre todo en Holanda- y el resto se adquiere en Corea del Sur y Singapur.
La gasolina importada se distribuye prioritariamente en la capital mexicana, así como en las otras dos ciudades más grandes del país, Guadalajara y Monterrey.
El resto de las localidades reciben parte del combustible extranjero y el que produce Pemex en sus refinerías con los mismos estándares internacionales.
Carrera Panizzo afirma que son “pocos lugares” en el país donde el hidrocarburo rebasa las normas.
Si la gasolina que se consume es la misma que en Estados Unidos y en Europa, ¿por qué en ese país no hay problemas de contaminación como ocurre en Ciudad de México?
“Mucha de la confusión que ha generado el tema es que todo mundo se pregunta cuál es la fuente de estas contingencias”, dice el funcionario.
Pero la respuesta no está en el combustible de los vehículos, añade.
“El elemento diferenciador entre las grandes urbes con muchos automóviles no es la calidad de la gasolina, tienen que ser otros factores”.
El problema, responden organizaciones civiles, es que los automovilistas no pueden saber si la gasolina de sus vehículos cumple con las reglas de baja contaminación, dicen organizaciones civiles.
Hasta ahora no se conocen datos concretos sobre el componente del hidrocarburo que se vende en las gasolineras.
Lo que existe es la afirmación de funcionarios de Pemex, nada más, le dice a BBC Mundo Gisselle García Maning, analista del Centro Mexicano de Derecho Ambiental.
“Para decir que cumple con los estándares Pemex tienen que mostrar los resultados con sus análisis“, señala.
“La prueba documental donde se establezca en qué estaciones de servicio se hizo el análisis de sus gasolinas y sus resultados, que no sea sólo de palabra”.
Algo de lo que la petrolera no ha informado abiertamente ni en el caso de los combustibles importados como los producidos en el país, insiste la analista.
“Una cosa es la que puede salir de la refinería de Pemex y otra la que está llegando a los coches“, añade.
Carrera Panizzo, de Pemex, dice que el combustible importado se revisa dos veces de manera independiente.
Antes de salir del puerto de origen, un laboratorio ajeno a la petrolera analiza los elementos de la gasolina enviada a México.
Y al llegar a su destino se repite el procedimiento.
“Tengo doble control, así garantizo que cada barril que llega cumple con las especificaciones que nosotros pedimos”, asegura el funcionario.
Luego el combustible se distribuye a las estaciones de servicio en todo el país.
“Yo no sé si las gasolineras tengan sus propios mecanismos de verificación, perotodo lo que entrega Pemex está certificado“.
Algo difícil de saber, insiste Gisselle García, del Cemda, quien aclara que realizar una muestra representativa sobre los componentes de la gasolina que se vende en las calles de México es muy caro.
De hecho, los únicos en el país con capacidad para financiarla son Pemex y el Instituto Mexicano del Petróleo (IMPI), quienes seguramente lo han hecho, dice la activista.
Pero los datos no se conocen, aunque los reglamentos sobre la producción y venta del hidrocarburo dicen que deben ser publicados.
Un procedimiento que suele ser caprichoso, dice la investigadora del Cemda.
“Las normas dicen que estos resultados deben ser públicos, pero estos reportes de verificación son arbitrarios, está a voluntad de quienes hacen las verificaciones que se conozcan”.