[contextly_sidebar id=”HZOZZ6HtGT1kha5vHddpT0h6fgerwky8″]La muerte de candidatos, y alcaldes, entre ellos el reciente asesinato de presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota, vuelven a la política “un negocio arriesgando en México”, dice el semanario británico The Economist en su edición de esta semana.
La publicación cita los ataques a 70 candidatos y la muerte de siete en las pasadas elecciones de 2015, además de los 40 alcaldes asesinados en los últimos ocho años, según datos de la Federación Nacional de Municipios de México (FENAMM).
Entre los asesinatos destaca el de Gisela Mota, asesinada en su domicilio horas después de tomar posesión del cargo, por presuntos integrantes del grupo delincuencial Los Rojos, que opera en Morelos.
La versión del gobierno sobre el asesinato fue que Mota apoyaba la implementación del Mando Único Policial, modelo con el que el presidente Enrique Peña Nieto busca combatir el crimen y la corrupción en los mandos policíacos.
The Economist destaca que muchos los críticos a este modelo señalan que las corporaciones no son inmunes a la corrupción.
Muchos alcaldes del norte de México temen trabajar en sus comunidades, dice el analista Bernardo Gómez de Misiones Regionales de Seguridad. La implementación del Mando Único dará a los alcaldes menos protección que si contarán con guardaespaldas.
Alejandro Hope, analista de seguridad, dice que cuando un alcalde es asesinado no se debe buscar solo a los culpables, sino también a sus jefes.