[contextly_sidebar id=”YozWCGshD1upcGJqzg7C89tJWN9GrGaT”]La desigualdad mundial llegó a límites “inaceptables”, pues el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta, según un informe publicado por la organización Oxfam.
En el estudio, “Una economía al servicio del uno por ciento”, detalla que 62 personas posen una riqueza equivalente a los recursos con los que cuenta la mitad de la población de escasos recursos en el mundo.
“Simplemente no podemos aceptar que la mitad más pobre de la población mundial posea la misma riqueza que un puñado de personas ricas que cabrían sin problemas en un autobús”, dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.
La riqueza de este grupo de 62 ha aumentado en últimos cinco años en más de 500 mil millones de dólares, hasta alcanzar la cifra de mil 760 millones de dólares.
Lo que ha aumentado en ese mismo periodo es la población mundial, que ha crecido aproximadamente 400 millones de personas, aunque su riqueza se ha reducido 41%.
“Pese a que los líderes mundiales hablan cada vez más de la necesidad de abordar la desigualdad y en septiembre fijaron un objetivo mundial para reducirla, la realidad es que la brecha entre los más ricos y el resto de la población ha aumentado de manera drástica durante los últimos 12 meses”, asentó.
En el caso de México, el estudio señala que la suma de la riqueza de cuatro millonarios paso de representar el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2002 al 9% en 2014.
“Buena parte de las fortunas de estas cuatro personas procede de sectores que han sido privatizados o que dependen de la adjudicación de concesiones y/o la regulación del sector público”, revela Oxfam.
El informe señala que se deberían tomar medidas para evitar la evasión fiscal usado por los ricos y las grandes empresas para evitar pagar impuestos en sus países de origen.
En África, casi un tercio (30%) del patrimonio de los africanos ricos, un total de 500,000 millones de dólares, se encuentra en paraísos fiscales, lo que genera unas pérdidas fiscales de 14,000 millones de dólares al año.
Este dinero, dice el estudio, sería suficiente para cubrir la atención sanitaria que podría salvar la vida de cuatro millones de niños y niñas, pues se contaría con recursos para invertir en servicios públicos.
“No podemos seguir permitiendo que cientos de millones de personas padezcan hambre mientras que las élites económicas absorben los recursos que podrían ayudar a estas personas a salir de esa situación”, consideró Byanyima.