[contextly_sidebar id=”lcg8jNTeITnW6bvM812vByjI01jDNL5F”]El Juzgado Segundo de Distrito en el Estado de Quintana Roo pospuso la audiencia agendada para este martes 26 de enero, en el que resolvería si daba o no una suspensión definitiva de la obra en el Manglar Tajamar o que se sobresee el juicio.
Araceli Domínguez, integrante de las organizaciones Grupo Ecologista del Mayab (GEMA) y de Salvemos Manglar Tajamar, confirmó a Animal Político que no se realizó la audiencia incidental y que aún no se tiene una nueva fecha para realizarla.
Domínguez dijo que la suspensión provisional para evitar que siga el desmonte del manglar está vigente, por lo que grupos de ambientalistas y ciudadanos se mantienen bloqueando las entradas a la zona.
“Las tres entradas están bloqueadas con los coches de los ciudadanos, quien llega tienen que entrar caminando”, dice la titular de GEMA.
En la audiencia suspendida este martes, tanto los ambientalistas, como Fonatur deberían presentar sus pruebas ante el juez. La suspensión se daría siempre y cuando los quejosos demuestren que la destrucción del manglar daña el ambiente y que no hubo un rescate de la flora y la fauna como lo marca la ley.
Ahora los ambientalistas esperan una nueva fecha para la audiencia y que el juez falle a su favor. “Nosotros deseamos que sea favorable (la sentencia) a la ciudanía. Fonatur nos lo debe, ya nos robó todas las playas públicas”, dice Domínguez.
El jueves 18 de febrero se celebrará la audiencia constitucional. En esta, el juez debe estudiar a fondo la controversia y dar una sentencia definitiva.
Este martes cerca de las 8:30 horas, una veintena de inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) entraron caminando al manglar para inspeccionar el daño.
“Fueron a hacer el trabajo que debieron haber hecho desde el día 16 de enero, y darse cuenta que no se cumplieron con las condiciones” de rescate de la flora y fauna que debió realizar la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Domínguez explicó que por el momento los animales que quedan en el manglar no pueden moverse ni reubicarse, pues se requieren permisos especiales.
Los activistas hacen un llamado a los ciudadanos para que presenten una “lluvia de amparos” y así tener más oportunidades para evitar la destrucción del manglar.