[contextly_sidebar id=”PAGZkQSpFX0106leyA9uBiDiN4A8RmrI”]Más de la mitad de la población mexicana, el 58%, apoya el impuesto al refresco para que la gente lo consuma menos y se pueda reducir el problema de obesidad y diabetes en el país, esto a pesar de que siete de cada diez dijo consumirlo, de acuerdo con la reciente encuesta de Parametría.
El porcentaje que se manifestó en contra de la medida se redujo de 2013 a 2015, pues pasó de 50 a 35% en sólo dos años, mientras que el 6 % no estuvo ni a favor ni en contra.
Esta medida se implementó desde 2013 en nuestro país, sin mebargo para el paquete fiscal 2016, los diputados de la actual legislatura avalaron reducir en 50% el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), a las bebidas que no tengan más de cinco gramos de azúcar por cada 100 mililitros. Posteriormente el Senado revirtió la decisión, y el proyecto fue regresado a la cámara para su discusión.
La encuestadora señala que pese a una reducción del consumo de los encuestados, del 8%, de los que aceptaron consumir refresco, el 30 % asegura beberlo diariamente; 6 % dijo que lo tomaba 5 o 6 veces por semana; 23 % mencionó que lo consumía 3 a 4 días por semana y 33 % uno o dos días. Sólo el 8 % mencionó que tomaba refresco muy esporádicamente.
Incluso, el 93% de los encuestados afirma que el consumo de refrescos incrementa el riesgo de desarrollar obesidad y diabetes, pero siguen consumiendo estas bebidas.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública y la Universidad de Carolina del Norte, para conocer el impacto del impuesto de 1 peso aplicado a bebidas azucaradas, reveló que el consumo de dichos productos disminuyó hasta 12% en 2014, año en que el gravamen entró en vigor.
La reducción en compras se observó en todos los grupos socioeconómicos pero fue mayor en el nivel más bajo, donde hubo una reducción promedio de 9% y llegó hasta 17% en diciembre pasado.