[contextly_sidebar id=”vsUBgDvvmFX1UhvqmKe4KB4ogbr4ARQ9″]Más de 60 organizaciones agrupadas en Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y una centena de intelectuales suscribieron un pronunciamiento y crearon cuatro propuestas para exigir a los diputados una distribución eficaz del presupuesto federal, capaz de enfrentar a fondo la desigualdad y la pobreza.
Advirtieron que el aumento en el gasto social de 35% entre 2011 y 2014 no ha repercutido en una disminución de la pobreza, pues mientras en 2012 había 53.3 millones de personas en dicha situación, para 2014 pasó a 55.3 millones de personas.
Durante el “Foro Plural Frente a la Desigualdad y la Pobreza”, los expertos advirtieron que se requieren cambios en la política económica, fiscal, salarias, productiva, laboral y social, que los diputados deben atender mientras se discute el presupuesto para 2016.
El grupo de expertos solicitó una reunión con la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la Junta de Coordinación Política o la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados para que sus cuatro propuestas sean consideradas en la discusión del paquete económico, informó Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Estas son las propuestas:
El académico y expresidente del entonces Instituto Federal Electoral (IFE, ahora Instituto Nacional Electoral, INE), José Woldenberg, aseguró que es momento de robustecer el salario, la inversión pública de infraestructura y la política redistributiva, “ya no sólo por razones éticas que a muchos conmueve, sino por cálculo racional, para lograr tasas de crecimiento económicos acordes con el incremento de la población”.
Una mayor recaudación fiscal tampoco será eficiente si existe una mala planeación del gasto y opacidad en su operación, advirtió Edna Jaime, directora de México Evalúa.
“No es cuestión de gastar más, es cómo ordenamos el gasto público para que realmente pueda incidir, porque ahora no lo hace. El ejercicio del gasto está atrofiado, tiene vicios”, insistió.
Un ejemplo de ello es que en 2013, en la partida “programas regionales” del Ramo 23 tenía un presupuesto aprobado por el Legislativo de 3 mil millones de pesos, pero el Ejecutivo hizo adecuaciones hasta llegar a 33 mil millones de pesos, sin que este rubro tuviera lineamientos ni evaluación.
Otra irregularidad es que 70% del gasto programable no está cumpliendo con su objetivo, es decir, 7 de cada 10 pesos no está llegando a lo que fue previsto. Por eso es que 77% de la población que debió haber sido beneficiada con algún programa social no lo fue, explicó el director de la Red por la Rendición de Cuentas, Mauricio Merino.
El mejor instrumento de política pública que tiene el Estado Mexicano es la “combinación entre una buena regulación y un buen diseño presupuestal” para actuar frente a un problema social como la pobreza y desigualdad, dijo Merino.
El salario mínimo es otra cuenta pendiente, pues éste es el más bajo de América Latina y el único país de América que no ha comenzado una política de recuperación salarial en el siglo XXI, explicó el presidente del Instituto de Estudios para la Transición Democrática, Ricardo Becerra.
La flexibilidad del mercado laboral ha dejado en desventaja al trabajador, por lo que “de los poquísimos instrumentos que puede ayudar a nivelar en los contratos, es el salario mínimo; pero en nombre de la productividad, se ha rechazado discutir una política de recuperación”, dijo.