[contextly_sidebar id=”6Efs0vNIaHolkd78nKAsJikSKqSjcA9r”]Contrario a lo que ha sucedido en años pasados, el Tercer Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no se hará público el mismo día en que el secretario de Gobernación lo entrega al Congreso, sino hasta mañana, cuando el mandatario mexicano ofrezca un mensaje nacional.
La oficina de Comunicación Social de la Presidencia confirmó esta información a Animal Político.
El artículo 69 de la Constitución Mexicana dice que “el Presidente de la República presentará un informe por escrito en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país”. Sin embargo, nunca menciona si debe hacerse público el mismo día de la entrega al Congreso.
Esta tarde, el presidente Enrique Peña Nieto envió al Congreso su Tercer Informe de Gobierno a través del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
El encargado de recibir el informe fue el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el perredista Jesús Zambrano Grijalva, quien dijo que la sociedad y las encuestas dicen que “no hay conformidad con el rumbo del país” y que “las cosas no van bien”, por lo que “tenemos que buscar acuerdos que permitan el bienestar y una mayor calidad de vida para la gente.”
Durante su discurso, Zambrano pidió a los legisladores debatir “la conveniencia y necesidad de que el Presidente venga personalmente a entregar el Informe”, como sucede en “democracias avanzadas, donde el Presidente acude al Legislativo a discutir, a encontrarse, a deliberar, a encontrar cosas que tengan que ver con el rumbo del país. Sería muy saludable que el secretario Osorio Chong lleve este mensaje al Presidente de la República y ojalá y los grupos parlamentarios pudiéramos avanzar en coincidir en este mismo sentido”.
Previo al mensaje de Zambrano, Osorio Chong también ofreció un discurso al entregar el Tercer Informe de Gobierno, en el que destacó que “se han concretado cambios estructurales esperados por los mexicanos” y llamó a consolidar “el proyecto de nación”.
El envío del Tercer Informe de Gobierno de Peña Nieto ocurre en momentos en que el Presidente tiene sus peores niveles de popularidad tras un año en el que la economía ha ido a la baja y ha enfrentado escándalos de posible corrupción y diversos problemas de seguridad.
Tras dos primeros años en los que su gobierno fue elogiado dentro y fuera de México por la capacidad para impulsar diversas reformas, incluida una que por primera vez permite la inversión privada en el sector petrolero, el tercer informe llega tras 12 meses en los que ha tenido que enfrentar sus mayores problemas.
“Es el año donde menos tiene que entregar”, dijo a The Associated Press José Antonio Crespo, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económicas. “No tiene logros, sino puras dificultades”, añadió y consideró que si en su discurso del miércoles ofrece un mensaje demasiado optimista “no se va a creer nada”.
A mediados de 2014 el gobierno comenzó a enfrentar críticas cuando una investigación reveló que soldados habían ejecutado extrajudicialmente a algunos de 22 presuntos delincuentes fallecidos en lo que inicialmente se dijo había sido un enfrentamiento.
Pero en septiembre, las cosas fueron a peor cuando 43 estudiantes de magisterio desaparecieron tras ser detenidos ilegalmente por policías municipales de la ciudad de Iguala y que según la autoridad federal habrían sido entregados a sicarios que supuestamente los mataron y quemaron. La indagatoria oficial ha sido cuestionada por familiares y algunas organizaciones y se enfrenta a otra prueba cuando el domingo una comisión de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos presente un análisis sobre la investigación.
Para finales del año, investigaciones periodísticas revelaron que Peña Nieto, su esposa y su secretario de Hacienda habían adquirido viviendas a contratistas públicos, lo que desató señalamientos de posible conflicto de interés. Y aunque el órgano anticorrupción resolvió hace unos días que no lo hubo, las conclusiones han satisfecho a pocos en parte porque el titular de hacer la investigación es un subalterno del mandatario.
Ya en 2015, el gobierno del mandatario recibió un duro golpe en materia de seguridad cuando el líder del cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, se fugó de una prisión de máxima seguridad. Su captura, un año antes, había sido un motivo de festejo y elogio, pero el capo se evadió por segunda ocasión en poco más de una década de una cárcel de ese tipo.
Y los asesinatos, que su gobierno sostiene van a la baja, muestran un incremento. Estadísticas oficiales señalan que entre enero y julio de 2015 se registraron 9.601 homicidios dolosos, un 3% más frente a los 9.317 del mismo periodo de 2014.
Además, la economía que Peña Nieto prometió que mejoraría con las reformas enfrenta dificultades en medio un entorno internacional más complicado con la caída de las monedas frente al dólar y un precio del crudo a la baja. Apenas el martes, especialistas consultados por el banco central como parte de una encuesta mensual redujeron nuevamente sus pronósticos y estimaron que el producto interno bruto crecerá un 2,34% al cierre del 2015 (la previsión anterior era de 2,55).
Junto a eso, la popularidad ha ido a la baja hasta llegar a sus peores niveles.
Una encuesta de la empresa Buendía & Laredo divulgada el martes señaló que la aprobación del mandatario se ubicó en 35%, el peor nivel según los propios registros de la firma. La desaprobación alcanzó el 57%, también la más alta.
El sondeo se realizó a 1.000 personas entre el 14 y 19 de agosto, con un margen de error de 3,53 puntos porcentuales.
Sin embargo, hay una percepción de que el mandatario no reacciona a lo que las encuestas señalan.
“Si algo ha demostrado el presidente Peña Nieto es que no responde a las encuestas ni a las opiniones de los comentócratas”, señaló el martes en su columna del diario Milenio el escritor e intelectual Héctor Aguilar Camín.