El Papa ha dicho esta semana que quiere que el trámite de anulación de matrimonio católico sea rápido y sin costo.
En este sentido, la iglesia católica va en una dirección similar a la legislación de muchos países, que han buscado simplificar y abaratar los procedimientos para disolver las uniones matrimoniales civiles.
Un tema que toca a mucha gente, pues son varias las naciones en donde hasta la mitad de los matrimonios terminan en divorcio.
De todas maneras, además de la anulación de la iglesia, las parejas deberán acudir al divorcio civil si buscan terminar con los efectos legales del matrimonio.
Y de alguna manera el ordenamiento jurídico, tanto el civil como el eclesiástico, buscan reflejar esa realidad, en donde el final de un matrimonio ya no es un episodio tan excepcional, y en la medida de lo posible no debería causar una carga financiera tan grande a las parejas que toman ese camino.
Una industria de millones
Dicen que un divorcio es una de las situaciones más estresantes que puede afrontar una persona en la vida y ciertamente puede ser también una de las más costosas.
Terminar con los matrimonios es una verdadera industria que mueve miles de millones de dólares anuales.
Tal vez en ningún sitio tan notoriamente como en Estados Unidos.
En esta próspera sociedad, el 50% de los matrimonios termina en divorcio. Y algunos estimativos afirman que por los juzgados de familia que los tramitan pasan todos los años hasta 50 mil millones depesos.
La firma estadounidense wevorce, que ofrece asesoría en línea para trámites de divorcio, asegura en su sitio web que el típico divorcio objeto de un litigio en Estados Unidos puede costar entre US$20.000 y US$40.000 por pareja.
En el caso más simple, cuando las parejas llevan poco tiempo de casadas, no tienen hijos ni bienes, y están totalmente de acuerdo en el divorcio, podrían hacerlo por US$500, sostiene el sitio.
En América Latina
La decisión anunciada esta semana por el Papa concierne, por supuesto, al procedimiento para la anulación el matrimonio católico, algo distinto al trámite del divorcio, que pone fin al matrimonio civil.
Aunque en algunos países latinoamericanos, hasta hace pocas décadas, bajo la influencia católica las leyes civiles no contemplaban un procedimiento claro para terminar con el matrimonio y el matrimonio religioso en efecto era el que tenía efectos legales civiles.
Chile, por ejemplo, solo legalizó el diviorcio en 2004. Y en Colombia, antes de 1974, la única manera de disolver legalmente un matrimonio católico era a través de la anulación concedida por la Iglesia.
Por lo que muchas parejas que se querían volver a casar solían irse al extranjero a una ceremonia civil que no era reconocida en su propio país.
Y, como lo sugiere el Papa Francisco, la opción de obtener una declaración de nulidad expedida por el Vaticano en general requería que los solicitantes contaran con medios económicos sustanciales para un trámite largo y dispendioso.
Hoy el divorcio es una opción en todos los países de la región, y la legislación apunta a simplificar cada vez más el trámite, en especial cuando la pareja está de acuerdo en los términos.
Divorcio estándar
En Colombia, por ejemplo, se aprobó en 2005 una ley para autorizar lo que se ha denominado como el “divorcio exprés”, que de común acuerdo se puede realizar en una notaría pagando derechos que no llegan a los US$100, más lo que cobren los abogados.
“Los honorarios de abogados para un divorcio de común acuerdo, sin hijos, pueden estar alrededor de dos salarios mínimos mensuales (unos US$300)”, le dice a BBC Mundo Juan David Castro, socio de la firma especializada Castro, Peña y Cuello Abogados de Bogotá.
Sin embargo, aclara Castro, cuando hay litigio entre las partes, un divorcio relativamente “estándar” puede costar entre US$1.000 y US$2.000.
En Argentina, el sitio privado divorciosporacuerdo.com.ar ofrece servicios legales para llevar a cabo un divorcio consensual a 13.000 pesos argentinos, unos US$1.300 dolares.
Y en México, un informe en el sitio web CNN Expansión de 2014 citaba a un abogado local estimando que el proceso podría ir entre 1.500 y 20.000 pesos mexicanos (US$90 a US$1.200), nuevamente dependiendo de si hay común acuerdo.
El paso dado por el Vaticano esta semana apunta a buscar que más parejas cumplan el procedimiento religioso cuando quieran dar por terminada su relación frente a la Iglesia. Pero además deben acudir al divorcio civil si quieren dar fin a los efectos legales del matrimonio.
A lo largo de la región han ganado terreno las fórmulas que buscan hacerlo simple y no tan costoso, si el divorcio es de común acuerdo.
Aquí si que puede aplicarse lo que dice la sabiduría popular, al afirmar que es mejor un mal arreglo que un buen pleito.