En realidad no es azul. Es una luna llena, como cualquier otra, del color que se ven la mayoría de las lunas llenas: entre gris pálido, blanco lechoso o plateado.
Lo que hace raro a este fenómeno, que el folclor bautizó como “luna azul”, es que es la segunda luna llena en un mes, en este caso el de julio.
Ya hubo una luna llena el 2 de julio y este viernes aparecerá la segunda. Así, cuando hay dos lunas llenas en un solo mes calendario, la segunda se describe como “azul”.
El fenómeno ocurre debido a una diferencia entre los meses calendarios -aquéllos de entre 28 y 31 días- y los meses lunares -el tiempo que pasa entre dos lunas llenas– que son siempre de 29,53 días.
¿Por qué azul?
Tal como explica la NASA en su sitio web, la definición de luna azul surgió en los 1940.
“En esa época el Maine Farmer’s Almanac (la fuente más confiada de todo lo relacionado con el clima desde hace casi 200 años) ofrecía una definición de la Luna Azul tan enrevesada que muchos astrónomos luchaban por entenderla”.
“Para poder explicar las lunas azules en lenguaje llano, (la revista) Sky & Telescope publicó un artículo en 1946 titulado ‘Una vez cada Luna Azul’. El autor, James Hugh Pruett (1886-1955) citó al almanaque de Maine de 1937 y opinó: ‘La segunda (luna llena) en un mes, tal como yo la interpreto, se llama Luna Azul'”.
“Esto no era correcto -asegura la NASA- pero por lo menos pudo entenderse. Yasí nació la Luna Azul moderna“.
Raro
Lo cierto es que el fenómeno es raro. La última “luna azul” ocurrió el 31 de agosto de 2012 y no volverá a haber otra hasta el 31 de enero de 2018.
Sin embargo, aunque la de este viernes no será una verdadera luna azul, sí existen las lunas de este color. Pero sólo pueden verse azules después de una erupción volcánica.
En 1883, después del terremoto del volcán Krakatoa en Indonesia, la gente dijo que casi cada noche se podían ver lunas azules.
Con la fuerza de la erupción, similar a una bomba nuclear de 100 megatones, se elevaron hacia lo más alto de la atmósfera terrestre nubes de ceniza cuyas partículas hicieron que la luna se viera azul.
También hubo informes de lunas azules en México en 1983, tras la erupción del volcán El Chichón, y en el estado de Washington en 1980, tras la erupción del Monte Santa Helena.
De manera que aunque la luna sí puede volverse azul, no debemos esperar que la de este viernes se una verdadera luna azul.