[contextly_sidebar id=”XG1aWMWFFhIXuTTdxAoq0DgouA2ldbgl”]No es la primera vez que ocurre una tragedia con la aplicación de las vacunas en el IMSS/Prospera –antes IMSS/Oportunidades– como la que ocurrió el fin de semana en Chiapas.
En la localidad de San Nicolás Obispo, Michoacán, un bebé de 6 meses de edad murió en 2011 cuando, en vez de la vacuna contra Hepatitis B que debían aplicarle, recibió insulina. La auxiliar médica responsable del puesto de vacunación de la localidad confundió los frascos. Una niña de cinco meses quedó ciega y sorda, otro bebé de 6 meses presentó daño cerebral que le obligaría toda su vida a recibir atención médica y rehabilitación y una mujer de 44 años sufrió daños en su salud, aunque sin consecuencias.
Ante su gravedad, el bebé fallecido permaneció 24 días en cuidados intensivos en dos diferentes hospitales, en el Hospital Infantil Eva Sámano de López Mateos en Morelia y posteriormente en el Centro Médico de Occidente del IMSS, donde murió.
El delegado del IMSS en esos momentos en Michoacán tardó más de 10 días en reconocer que la afectación a la salud de los menores se debió a un error humano.
Los familiares de los afectados presentaron una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quien en la Recomendación 57/2011 acreditó violaciones al derecho a la protección de la salud de los sobrevivientes y del derecho a la vida del menor fallecido.
La CNDH presentó diferentes pruebas que acreditaron que la reacción de los menores no se relacionó con el contenido de las vacunas, pues en todos se detectó la presencia de insulina en el tubo cefalorraquídeo, incluso el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE) emitó un reporte en donde señalaba que a ninguno de los niños se les aplicó la vacuna antihepatitis B.
El 26 de octubre de 2011, la CNDH emitió una recomendación al IMSS en donde lo llamó a tomar medidas de reparación del daño a los familiares del menor fallecido, a reparar los daños físicos y psicológicos del resto de las víctimas, y a que se capacitara en materia de salud y de derechos humanos a todo el personal del IMSS y especialmente al de la Unidad Médica Rural del Instituto en San Nicolás Obispo.
Después de esos hechos, el IMSS emprendió una intensa campaña de capacitación a todo el personal relacionado con la vacunación para evitar que los hechos volvieran a ocurrir y despidió a la auxiliar médico de la localidad mencionada, pero hasta 2012 no había seguido la recomendación de la CNDH de reparación del daño, pues no había pagado las indemnizaciones a los familiares de las víctimas.