[contextly_sidebar id=”M8M2vzwUbmRW4hBUxODYujv290fUgXkv”]Desde el derribo de las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, se ha empezado a construir lo que para muchos es un mito: la presencia del extremismo islámico a lo largo de la frontera de 3.110 kilómetros entre México y Estados Unidos.
Esta semana lo volvió a poner sobre la mesa una organización conservadora estadounidense.
Judicial Watch aseguró que el grupo Estado Islámico, que controla partes de territorio en Irak y Siria y que ha ganado notoriedad por la decapitación de rehenes occidentales, opera dos campos en el estado fronterizo de Chihuahua.
La organización denunció que hay una célula del grupo yihadista en Anapra, un suburbio de Ciudad Juárez en la propia frontera con Estados Unidos.
Otra de ellas estaría en la municipalidad de Puerto Palomas, 160 kilómetros al oeste de Ciudad Juárez.
Judicial Watch indicó que sus fuentes incluyen un oficial del ejército mexicano y un inspector de la Policía Federal del país.
La respuesta mexicana no se hizo esperar.
“El gobierno de México desestima y niega categóricamente cada una de las afirmaciones”, aseguró en su cuenta en Twitter Sergio Alcocer, subsecretario para América del Norte de la cancillería mexicana.
“Las autoridades competentes que operan en la zona”, agregó el funcionario, “han corroborado a su vez la inexistencia de dichas actividades con sus contrapartes estadounidenses”.
Pero, ¿dónde se originan esas afirmaciones y por qué son recurrentes?
Analistas consultados por BBC Mundo creen que, por lo general, las denuncias se relacionan con cuestiones de política interna estadounidense.
Antecedentes
No es la primera vez que se vincula al extremismo islámico con el límite entre ambos países.
Pocos meses después de los atentados del 11-S, Jeffrey Davidow, entonces embajador de EU en México, alertó sobre la posibilidad de que los terroristas pudieran usar el país como punto de acceso al territorio estadounidense.
Años después emergieron reportes de una supuesta alianza entre al Qaeda y el cartel de Los Zetas.
Y en septiembre pasado, un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional de EU (DHS, por sus siglas en ingles) dijo ante un comité del Senado que miembros de EI habían discutido la posibilidad de ingresar a territorio estadounidense a través de la frontera con México.
“Ha habido intercambios en Twitter y en medios sociales entre seguidores de EI de todo el mundo hablando de eso como una posibilidad”, aseguró Francis Taylor, subsecretario de inteligencia y análisis del DHS.
“No hay inteligencia creíble que sugiera que hay un complot activo de EI para intentar cruzar la frontera sur”, aclaró posteriormente el DHS en un comunicado.
“Discuten muchas cosas pero de ahí a que eso se concrete hay un tramo”, le dice a BBC Mundo el analista en seguridad Alejandro Hope.
El consenso entre los especialistas de inteligencia es que es más probable que, de existir un ataque, se dé utilizando un avión comercial que cruzando a través del límite entre ambos países.
“Muy poco fundamento”
“A mí me parece que tiene muy poco fundamento el reporte (de Judicial Watch)”, le indica a BBC Mundo Dwight Dyer, analista senior para México y América Latina de la consultora en seguridad Control Risks.
“Consulté a fuentes especializadas y me dicen que no tiene fundamento”, añade Dyer, quien entre 2009 y 2012 trabajó en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), una agencia de inteligencia mexicana.
“Hay intereses del Partido Republicano, de corte muy conservador, que aprovecha el miedo al terrorismo, y en particular al terrorismo islámico, para llevar agua para su molino en temas de inmigración y de militarizar la frontera”, opina.
Para Alejandro Hope, “es notorio cómo han crecido este tipo de acusaciones desde que (Barack) Obama es presidente. Y realmente no hay evidencias”.
“De vez en vez salen casos y nunca hay evidencia, jamás”, añade.
Y hace hincapié en que los cárteles “no tienen el menor interés en colaborar con estos grupos porque eso sí los pone en la mira de los estadounidenses”.
Es una idea también sostenida por dos funcionarios estadounidenses que hablaron anónimamente con la agencia de noticias Bloomberg en ocasión de la declaración de Taylor.
Denuncias
La acusación opuesta ha estado en boca de políticos republicanos.
El entonces representante y ahora senador Tom Cotton señaló en septiembre pasado que “grupos como Estado Islámico colaboran con los cárteles de la droga en México”.
“Ellos podrían infiltrarse en nuestra frontera indefensa y atacarnos”, aseguró.
Un mes más tarde, el representante Duncan Hunter aseguró en la cadena conservadora Fox News, que “al menos diez combatientes de EI habían sido capturados al intentar cruzar la frontera con México.
El Departamento de Seguridad Nacional fue contundente.
“La sugerencia (…) es categóricamente falsa, y no es sostenida por ninguna inteligencia creíble ni los hechos sobre el terreno”.
Pero para Judicial Watch la historia es otra. En conversación con BBC Mundo, su presidente, Tom Fitton, dice que las autoridades estadounidenses los contactaron tras el reporte divulgado esta semana y que ahora las evidencias están en sus manos.
Como otras voces consultadas, pero con un giro, Fitton también piensa que la política se termina inmiscuyendo en el tema.
“Creo que es por política que (el gobierno estadounidense) no reconoce que (los terroristas) están ingresando a Estados Unidos a través de la frontera. La política se pone en el camino de la seguridad nacional y la protección de los estadounidenses”, le dice a BBC Mundo.
Creo que es por política que (el gobierno estadounidense) no reconoce que (los terroristas) están ingresando a Estados Unidos a través de la frontera. La política se pone en el camino de la seguridad nacional y la protección de los estadounidenses
Al defender el reporte de su organización, Fitton cuestiona que las autoridades mexicanas y “algunas personas aquí en Estados Unidos” están “más preocupadas por falsamente negar la historia”.
El presidente de Judicial Watch considera que Estado Islámico y otras organizaciones terroristas se “aprovechan” del “control” que los carteles del narcotráfico tienen del área cercana a la frontera con EE.UU., “donde el gobierno mexicano es débil”.
Y remata que no es inusual escuchar historias sobre el extremismo islámico en la frontera entre México y Estados Unidos “porque son ciertas”.