[contextly_sidebar id=”Sq6f8tJ4BcANbfbqcmbtbUB3lWLuJ7JL”]Es un tema que suele causar polémica en México. Legalmente los miembros de agencias extranjeras de seguridad, incluso quienes colaboran en el combate al narcotráfico, no pueden estar armados mientras se encuentren en el país.
En todas las ocasiones que el asunto se ha planteado, especialmente por el gobierno de Estados Unidos, ha encontrado fuerte rechazo de los mexicanos.
Y ahora volvió a surgir la controversia.
El presidente Enrique Peña Nieto propuso una enmienda legal para permitir que agentes de aduanas, migración y escoltas de mandatarios visitantes puedan usar sus armas de cargo cuando trabajen en México.
El texto de la iniciativa se refiere especialmente a Estados Unidos, el principal socio comercial de México.
La propuesta se analiza en el Senado de la República, y ya encuentra oposición de legisladores y especialistas.
Algunos como el senador Alejandro Encinas dicen que es “inaceptable” para el país.
Otros como Javier Oliva Posada, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), insisten en que el gobierno estadunidense también debería aceptar en su país a agentes mexicanos armados.
“Si no hay reciprocidad me parece un grave error porque se está viendo un gesto de desconfianza”, le dice a BBC Mundo.
Nuevas reglas
Más allá de la polémica, ¿por qué autorizar armas para agentes extranjeros?
Para facilitar el comercio y la migración, asegura el gobierno en la iniciativa enviada al Senado.
De aprobarse la enmienda agentes de aduanas de otros países podrán revisar en territorio mexicano las mercancías de exportación, lo cual ahorraría trámites en su lugar de destino.
Un proceso similar se espera con las personas: en los puertos de salida los responsables de migración de cada país revisarían la documentación de los pasajeros antes de iniciar el viaje.
No está claro por qué necesitarían armas los agentes asignados a instalaciones de seguridad nacional, como las aduanas o puntos migratorios que son vigiladas indistintamente por el Ejército, la Marina y la Policía Federal.
El secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, dice que es parte de su trabajo.
“Los agentes aduanales y migratorios en los tres países tienen como parte esencial de su función la portación de armas”, asegura.
Pero Javier Oliva tiene otra versión. “Es un gesto de desconfianza, responde a una dinámica muy propia de las autoridades estadunidenses, no digo que es bueno o malo sino que así es”.
Algunos especialistas creen que de aprobarse la iniciativa puede abrirse la puerta para que integrantes de otras agencias de seguridad extranjeras porten armas durante su estancia en el territorio.
Historias
La polémica por los agentes extranjeros armados fue particularmente intensa desde 1985, tras el asesinato en Jalisco de Enrique Camarena Salazar, integrante de la agencia antidrogas estadunidense, la DEA.
En distintos momentos el tema se abordó en el Congreso, hasta que en julio de 1992 se estableció en la Ley Federal de Armas la prohibición expresa para su portación por parte de personas no inmigrantes.
¿Cumplieron con la norma los miembros de agencias extranjeras de seguridad?
Sí, de acuerdo con la Cancillería. Tal vez, según las versiones frecuentes que se publican en medios mexicanos y estadunidenses.
En 2012, por ejemplo, se divulgó que Jaime Zapata, el agente del Servicio de Inmigración y Aduanas asesinado un año antes por el cartel de Los Zetas, estaba armado al momento que fue agredido.
Y en noviembre pasado el diario The Wall Street Journal aseguró que alguaciles de Estados Unidos participan, con armas en operaciones encubiertas realizadas en territorio mexicano.
Historias como éstas son parte de la nueva polémica, aderezada con el histórico recelo de los mexicanos hacia su vecino del norte.
“Nada más falta que autoricemos que los agentes de migración, que matan a connacionales que intentan cruzar la frontera, ahora puedan actuar en nuestro territorio armados”, sentencia el senador Encinas.
Control
La propuesta del presidente Peña Nieto implica modificar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y pretende, además, establecer reglas para los cuerpos de seguridad que acompañan a jefes de estado y diplomáticos en sus visitas a México.
El personal de seguridad extranjero tendrá derecho a portar armas calibre .40, aunque en caso necesario pueden llevar a México otro tipo de armamento y municiones.
Las autorizaciones para su uso e importación serían tarea de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En México existen restricciones legales para poseer armas. Por ejemplo, el arsenal de todas las policías es supervisado por el Ejército que también se encarga de otorgar el permiso para utilizarlas.
La Sedena debe vigilar los rifles y pistolas utilizadas en competencias deportivas, la fabricación de juegos pirotécnicos así como la compra y uso de explosivos en la industria de la construcción.
Los ciudadanos tienen derecho a contar con una pistola en su casa sólo para protección. El calibre máximo autorizado es .38.
Para tener una de estas armas es necesario solicitar un permiso especial ante la Sedena.