Las principales sustancias químicas utilizadas para la creación de drogas sintéticas se comercializan y trafican en territorio mexicano. Pero además, es un mercado que se fortalece y evoluciona de ser exclusivamente para importaciones a uno interno, advirtió la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su Informe 2014 presentado este martes.
Y aunque la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en ingles) dijo el año pasado que desde 2010 en México aumentó el tráfico de metilamina -un precursor para la manufactura de estimulantes de tipo anfetamínico- en este último reporte se advierte de la presencia notable de otros precursores y sustancias químicas.
Además de metilamina, México lidera el tráfico de precursores como la P-2-P que se utiliza en la fabricación de anfetaminas y metanfetaminas sustituyendo el uso de efedrinas como materia prima.
En el periodo 2004-2013, el 93% de los decomisos de P-2-P se realizaron en siete países: China, México, Polonia, Canadá, Bélgica, Rusia y los Países Bajos. La mayor cantidad, dijo el JIFE, en los primeros dos.
[contextly_sidebar id=”ZhKkBclHRYMHwvp2f3qcjy6NsuKLdLzu”]Sólo en 2013, México informó que incautó 2 mil 800 litros de ese precursor además de 3 mil 320 kilogramos de ácido fenilacético, considerado una sustancia que puede utilizarse en lugar del P-2-P y que sólo se incautó en cantidades similares en China.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes advierte del fortalecimiento del tráfico de precursores en México para la creación de drogas sintéticas. Como ejemplo cita que en Estados Unidos -donde está el mercado más importante de metanfetaminas que es abastecido por organizaciones mexicanas– el 95% de metanfetaminas incautadas en 2014 se fabricaron con P-2-P y ácido fenilacético.
A ello se suma la confirmación de que en territorio mexicano se trafica fenilacetato de etilo y fenilacetamida, ambos precursores para la creación de drogas sintéticas; así como ácido tartático, sustancia química necesaria para la purificación de la metanfetamina y que sirve para obtener un nivel de potencia similar al logrado a partir de la efedrina y la seudoefedrina.
“Todas las incautaciones comunicadas por las autoridades mexicanas en 2013 se realizaron en laboratorios clandestinos y ninguna en la frontera, de lo que se desprende que ya había existencias de esas sustancias químicas en el país”, cita el Informe 2014 de la JIFE.
Según los datos que entregó México, los decomisos de precursores químicos ya no ocurren en la frontera, sino al interior del país, por lo que se advierte del fortalecimiento de un mercado interno.
Y aunque el tráfico de esos precursores es el más importante en México en cuanto a sustancias químicas, hay otros que la Junta Internacional también califica como importantes y de cuidado como el anhídrico acético, que se utiliza para convertir la morfina en heroína; o el safrol o isosafrol, utilizados también para metanfetaminas.
En términos generales, la Junta Internacional detalla cómo México se convierte en un país clave en el tráfico de precursores para drogas sintéticas y el ejemplo de ello es que en ningún país del mundo se decomisan más metanfetaminas.
“La fabricación de metanfetamina en México ha aumentado, y los Estados Unidos siguen siendo el mercado más grande de esa sustancia. Las incautaciones de metanfetamina en la frontera de los Estados Unidos y México han aumentado notablemente, de poco más de 2 toneladas en 2008 a más de 10 toneladas en 2012. Según la Dirección de Lucha contra la Droga, el incremento de la disponibilidad de metanfetamina en los Estados Unidos ha hecho que los precios se hayan reducido en un 70% desde 2007 y que la pureza haya aumentado en un 130% en ese mismo período”.
Estupefacientes para fines médicos
Mientras en el país avanza el tráfico de precursores, la Junta Internacional advierte que no hay progreso para garantizar la disponibilidad de estupefacientes y sustancias psicoactivas para fines médicos.
“El nivel de consumo de opioides y analgésicos en México sigue siendo muy bajo. Como los procedimientos administrativos para obtener acceso a esos medicamentos siguen siendo costosos, su disponibilidad aún es limitada, muchos profesionales de la salud siguen sin tener acceso a formación sobre prácticas de prescripción responsables y los farmacéuticos suelen ser reacios a almacenar y dispensar estupefacientes y sustancias sicotrópicas”.
La recomendación de este organismo internacional es que México avance en garantizar que “pacientes con necesidades terapéuticas legítimas” tengan acceso a opiáceos como opción de tratamiento.