A un año de su detención, Alejandra Gil Cuervo, conocida popularmente como “La Madame de Sullivan”, recibió hoy una sentencia de 15 años de prisión por el delito de trata de personas.
Hasta antes de su detención, Gil Cuervo fungía como presidenta de la Asociación en Pro Apoyo a Servidores (Aproase), organización que aseguraba defender los derechos de los y las sexoservidoras, y asistía a foros de defensa de derechos humanos.
En 2013, la presidenta de la comisión Antitrata del Senado, Adriana Dávila, invitó a Gil Cuervo a un panel de expertos para discutir la legislación contra trata de personas, aprobada en el sexenio del expresidente Felipe Calderón.
En dichas discusiones, Gil Cuervo se manifestó contra el artículo 41 de la ley y dijo que trabajar a favor de las sexoservidoras podría considerarse como facilitar la trata de personas. “Quisiera pedir que se haga una consciencia en este artículo, de que se reconozca el trabajo de algunas organizaciones (…) Si no tuviéramos transparencia no estaríamos dando la cara”.
Las penas previstas en los delitos de este Título se aplicarán también a quien los prepare, promueva, incite, facilite o colabore.
Esta ley contempla penas desde 5 y hasta 25 años de prisión para quien cometa el delito de trata, lo facilite o promueva.
Después de la detención de “La Madame de Sullivan”, la senadora Adriana Dávila negó tener nexos con Alejandra Gil, aseguró que nunca se reunió en privado con ella y que tampoco tomó en cuenta sus propuestas para la reforma.
En febrero de 2014, el juez 19 penal con sede en el Reclusorio Oriente dictó auto de formal prisión contra los Gil, quienes fueron acusados por dos mujeres de obligar a jóvenes a ejercer la prostitución en calles de la delegación Cuauhtémoc.
Los Gil y otras personas relacionadas con el delito de trata de personas fueron detenidos después de un operativo en que la policía capitalina de investigación rescató a unas 100 víctimas en las inmediaciones de la delegación Cuauhtémoc.
Según investigaciones de la procuraduría capitalina, Alejandra Gil controlaba la trata de personas en Sullivan y La Merced desde hace 30 años y tenía contacto con tratantes de Tlaxcala y Puebla, quienes cooptaban a mujeres en dicho estado y las trasladaban al Distrito Federal.