[contextly_sidebar id=”a1CZBk7nhYfce2pzi4SMh6di6KzeFa9A”]Lo que causó el enfrentamiento de este martes 16 de diciembre en La Ruana, Michoacán, no fue una enemistad personal entre Hipólito Mora y Luis Antonio Torres El Americano, sino el interés de matar a quien se opone a que las Policías Rurales, creadas en la entidad con integrantes de las autodefensas, se involucren en “delitos y con criminales”, dijo en entrevista el sacerdote de esa comunidad, José Luis Segura Barragán.
[contextly_sidebar id=”jnmeCokQYuFY0JeLMdE9CNc592lISNjj”]“Al que quieren matar es a Hipólito. ¿Por qué? Porque él nunca aceptó ni aceptará lo que se llaman arrepentidos: los Templarios que huyeron o que eran parte del cártel y que luego los perdonaron, pudieron volver al pueblo y les devolvieron sus propiedades. Hipólito no admite arrepentidos y no sale de La Ruana, porque dice que él se levantó (como autodefensa) para proteger a La Ruana y nada más y no para andar conquistando y dominando otras partes del Estado. En cambio, se hizo ese cártel H3 del Americano con los Templarios arrepentidos y el problema es que Hipólito les estorba para tener todo el control”.
Según el sacerdote, los hechos del martes no deben describirse como un enfrentamiento si no como un ataque directo para “desaparecer” a un grupo específico: al de Hipólito Mora.
En la balacera registrada en La Ruana fallecieron 11 personas, entre ellos uno de los hijos de Hipólito Mora. La versión del Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, es que “una rivalidad histórica y asuntos personales” entre Hipólito Mora —fundador de las autodefensas y ahora líder de la policía rural en La Ruana— y Luis Antonio Torres, El Americano —exjefe de las autodefensas de Buenavista y ahora comandante de la Fuerza Rural— es lo que la provocó. Incluso dijo que se trató de algo similar “al encono en una fiesta”.
Mientras que El Americano dijo que su grupo respondió a una agresión de los miembros de la Gendarmería, que acompañaban a Hipólito Mora.
“Todo eso son mentiras. Lo que a mí me dicen los testigos y sobrevivientes es que Hipólito con su gente, que eran 36, estaban en el retén que está a la entrada del pueblo viniendo de Tepalcatepec o de Buenavista pasando el crucero de La Ruana, enfrente del Rancho Los Palmares en donde hicieron un jacalito, un tejaban con unas barditas de un metro de alto cuando llegaron a atacarlos y llegaron a matarlos. Los que atacaron fueron los H3 y los que se defendieron fueron los de Hipólito”, explica Segura Barragán.
El sacerdote confirma que él no estuvo en La Ruana cuando ocurrió el enfrentamiento pero cuenta que cuando intentó ingresar a la comunidad un grupo de policías rurales le impidió el paso y solo dejaron avanzar a un convoy.
“Yo vi 40 camionetas con entre 8 y 10 personas armadas cada una que avanzaron hacia La Ruana cuando a nosotros ya no nos dejaron pasar porque ya había iniciado el ataque. Luego hoy (miércoles) hablé con un sobreviviente al que le quitaron como 20 esquirlas de granada de la espalda, lo que me muestra que los atacaron con fuerza. Esos testigos son claros y dicen que lo único que querían los del H3 (el grupo del Americano) era matarlos a todos”.
La Fuerza Rural
Para el sacerdote de La Ruana, el principal responsable de enfrentamientos como el del martes es el comisionado Alfredo Castillo por crear a las policías rurales y no tener control sobre ellos.
“Lo que ocurrió no fue entre civiles como dice el comisionado, que lo diga bien, fue entre Fuerzas Rurales que él mismo aprobó y que él mismo legalizó, fue entre Fuerzas Rurales de Buenavista y de La Ruana que él mismo permitió que estuvieran armados pero lo más grave, permitió que se incluyeran todo tipo de personas”.
En mayo pasado, exintegrantes de los grupos de autodefensas que surgieron en la entidad en febrero de 2013 iniciaron operaciones como policías rurales, por lo que recibieron uniformes, patrulla y armamento de autoridades gubernamentales.
Según el Comisionado, que los hechos hayan sido por “cuestiones personales” no exime que se realice una investigación, por lo que además de realizar pruebas periciales se tomó la declaración de al menos 50 personas, entre ellos Hipólito Mora y Luis Antonio Torres.
Pero independientemente de la investigación que pueda realizarse, el sacerdote de La Ruana advierte que la calma en la región sólo durará unos días.
“Toda la gente después de este evento estamos como petrificados, pero ya me han dicho y sabemos que luego vendrá una reacción. Hay muchas familias implicadas y son de aquí mismo. Estamos a la espera de los cadáveres, luego ya tendremos el sepelio y el novenario, pero después es cuando ya no va haber ningún impedimento para que las familias de esos muertos busquen desquitarse. De un lado y del otro van a querer vengarse con quienes mataron a sus familiares y ya veremos qué hará el señor Comisionado o si seguirá diciendo que es un pleito entre dos”.