[contextly_sidebar id=”wTtalececHS7juNFMfI7dA7qgHWczG0R”]El Ejecutivo propone, el Congreso aprueba… pero Hacienda dispone. Aunque la Cámara de Diputados se encuentra inmersa en la discusión del Proyecto de Presupuesto 2015 desde hace varias semanas, lo cierto es que no son los legisladores quienes tienen la última palabra en materia del gasto público.
De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del ejercicio del presupuesto de salud, en el primer semestre de este año, la Secretaría de Hacienda modificó varias partidas del gasto sanitario, fortaleciendo áreas que no habían sido tomadas en cuenta por los legisladores y debilitando a otras que sí habían sido consideradas.
“Todos los programas a cargo de la Secretaría de Salud fueron objeto de ampliaciones o reducciones por un monto global de 4 mil 50.5 millones de pesos, de los cuales 2 mil 124.4 millones de pesos afectaron positivamente las asignaciones originales y mil 925.9 sumaron las mermas a los recursos de 25 programas. La diferencia entre ambas cantidades genera una asignación neta adicional por 198.5 millones de pesos sobre la programación original”, indica el documento Ramo 12 Salud: Ejercicio del Gasto al segundo trimestre del 2014.
Según el documento, elaborado con información proporcionada por la propia Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados, de los 37 programas que tiene la Secretaría de Salud, 12 fueron modificados al alza y 25 a la baja.
Una de las áreas más afectadas fue el Centro Nacional de Prevención y Atención de VIH/Sida y otras ITS (Censida), cuyo presupuesto pasó de los 172.5 millones que los diputados aprobaron originalmente a 69 millones de pesos, es decir, sufrió una reducción de 60%. Los recursos se destinan a campañas de prevención del VIH y al financiamiento de proyectos de organizaciones civiles dirigidos a población vulnerable.
En tanto, programas dirigidos a trabajar en en temas que la propia Secretaría de Salud ha considerado prioritarios, como el combate a las adicciones, la obesidad, la mortalidad materna o las enfermedades crónicas también sufrieron recortes: el Programa para la Prevención de la Obesidad pasó 312 millones a 282 millones; Reducción de la Mortalidad Materna de 487 a 387 millones de pesos; Programa de Prevención y Atención contra las Adicciones tuvo un recorte de 20% y quedó con 540 millones de pesos; mientras que el Programa de Promoción de la Salud, Prevención y Control de Enfermedades Crónico Degenerativas y Transmisibles y Lesiones tuvo un recorte del 18%.
A pesar de que el Seguro Popular es el programa de salud con mayor cobertura y presencia en el país, se le recortaron cerca de 500 millones de pesos, quedando con un presupuesto de 31 mil 381 millones.
Otros programas afectados con recortes en el primer semestre fueron el Sistema Integral de Calidad en Salud, que perdió 24% de sus recursos; el Programa de Vigilancia Epidemiológica, responsable de monitorear la aparición de enfermedades en los diferentes estados del país, el cual perdió 13% de sus recursos; el Calidad en Salud e Innovación, con 21.6% menos; los Proyectos de Inmuebles, es decir, de inversión de oficinas administrativas, se redujo más del 76% y quedó con 10.5 millones de pesos; mientras que el Programa de Mantenimiento de Infraestructura pasó de 109.8 millones a 24.9 millones.
Incluso la Secretaría determinó que el Programa para el Fortalecimiento de las Redes de Servicios de Salud no recibiría ninguno de los 60 millones de pesos que los legisladores le asignaron para los primeros meses de 2014.
En contraste, el Programa para el Fortalecimiento de la Calidad de los Servicios de Salud tenía asignados para el primer semestre del año 773.1 millones y finalmente recibió 2 mil 349.4 millones de pesos, del cual gastó la totalidad; el Programa de Desarrollo Comunitario “Comunidad DIFerente”, pasó de de 5.2 millones a 163.8 millones de pesos, mientras que el Programa de Enfermedades Prevenibles por Vacunación vio crecer su presupuesto de 29.3 a 207.1 millones de pesos.