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[contextly_sidebar id=”haOV5cFpwQ6VkUFf8wKVzZHbUHNnFSVA”]El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, anunció la noche de este domingo que la casa de estudios presentó una denuncia penal por la agresión que un elemento de la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJ-DF) hiciera contra un estudiante el mediodía del sábado, luego de ser increpado mientras tomaba fotos al Auditorio “Che Guevara”.
En conferencia de prensa, Narro Robles pidió justicia para el estudiante baleado y aseguró que la violencia sólo engendra mayor encono y más desgracia. “No es deseable la fuerza pública”, dijo el rector al pedir al GDF que no se repitan hechos violentos en las instalaciones de la UNAM.
El gobierno capitalino anunció esta tarde que ya se inició una investigación contra un elemento de la PGJDF para deslindar las responsabilidades por la agresión suscitada ayer en la Ciudad Universitaria.
GDF se disculpa por entrada de policías a la UNAM; remueven a funcionario a cargo del operativo
El secretario de Gobierno del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Héctor Serrano Cortés, pidió una disculpa por los hechos del sábado en las inmediaciones de la Facultad de Filosofía y Letras en la Ciudad Universitaria de la UNAM, cando en dos momentos distintos, agentes de PGJ-DF y SSP-DF entraron al campus.
Sobre la acción de la policía capitalina la noche del sábado, cuando agentes de la SSP-DF entraron a CU, Serrano Cortés afirmó que ya fue removido del cargo el Director General de la Zona Sur, Luis Martín Rodríguez Jiménez, a quien se investigara exhaustivamente para deslindar la responsabilidad correspondiente.
A nombre del GDF, el secretario de Gobierno ofreció a a la comunidad universitaria, a sus autoridades y a la opinión pública, “su más sentida disculpa por los hechos acontecidos y garantizó que se actuará con estricto apego a la ley, refrendando su respeto a la autonomía universitaria, así como su más alto reconocimiento a tan prestigiada casa de estudios”, mencionó un comunicado oficial.
Sobre la acción en la que la tarde del sábado agentes de la PGJ-DF supuestamente realizaban una diligencia relativa a una averiguación previa por el robo de un teléfono celular, Serrano afirmó que ya se abrió una acción penal contra el policía de investigación de la PGJ-DF, Luis Javier Aguinaga Saavedra, involucrado en lesiones, abuso de autoridad y no observar el cuidado en el uso de la fuerza.
“Diligencia” de la PGJ-DF a la UNAM termina en balacera y entrada de la policía a CU
Al medio día del sábado en Ciudad Universitaria, el Colegio de Pedagogía tenía programada una reunión en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y la entrada a la Biblioteca Central lucía como cualquier sábado, sin embargo, en unos minutos el panorama cambió: el sonido de los balazos perpetrados por por un policía de investigación contra jóvenes rompió con la normalidad en el campus y aumentó el enojo de la comunidad estudiantil, la cual ha organizado paros en diversas escuelas desde hace un mes, como parte de las protestas por la desaparición de 43 normalistas en Iguala, Guerrero.
Un automóvil Sentra color plata con placas 982-WGE -con cuatro hombres a bordo- se adentraba en el circuito universitario; al llegar a la Facultad de Filosofía detuvo la marcha para tomar fotografías al auditorio Justo Sierra –rebautizado como Che Guevara en el movimiento estudiantil de 1968–. Los vendedores de artesanías, alertaron a los jóvenes integrantes del colectivo Okupa Che que mantiene el control del inmueble desde hace 14 años, sobre la presencia de extraños.
Como lo hacen cada vez que una persona intenta tomar imágenes del auditorio, los jóvenes los increparon. Cuando les exigieron que dejaran de tomar fotos, estos se sintieron intimidados y, de acuerdo con testimonios, tres de ellos pudieron huir en un taxi, dejando a uno en el circuito universitario. Fue seguido por poco menos de diez jóvenes, según se observa en un video difundido a través de Youtube.
Una mujer alertaba que el sujeto al que perseguían “trae un arma”, luego gritaba que le quitaran la cámara. Otro de los jóvenes decía “dispara, puto, dispara”, mientras el hombre, a unos metros de distancia, camina de espaldas. Ya en los límites de Ciudad Universitaria se oyeron las detonaciones; Miguel Ordaz Agustín, de 31 años, resultó herido en el muslo derecho y un perro que acompañaba a los jóvenes también fue lastimado y murió más tarde.
Minutos después de la trifulca, los estudiantes encontraron el gafete de uno de los hombres que venía en el auto. Se trataba de Rodolfo Lizárraga Rivera, oficial secretario del Ministerio Público de la Agencia Poniente de la Procuraduría capitalina.
Hasta las 16:45 horas, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJ-DF)emitió un comunicado para informar que los hombres en el auto eran un abogado de la UNAM, un oficial secretario del MP, un policía de investigación y dos peritos, quienes “acudieron a realizar una diligencia, en las inmediaciones de la Facultad de Filosofía y Letras de dicha institución educativa, derivado de una denuncia por robo de teléfono celular perpetrado contra una estudiante al interior de dicha casa de estudios el pasado 12 de Noviembre”, se explicó.
El hombre que disparó es el policía ministerial Luis Javier Aguiñaga Saavedra, quien después de las detonaciones fue golpeado por los jóvenes, por lo que fue trasladado al hospital Mocel para ser atendido, aunque se encuentra en calidad de detenido, según la información oficial.
En el comunicado, la PGJ-DF afirmó que los servidores públicos “fueron agredidos de forma verbal y física, por un grupo de aproximadamente 20 personas, quienes pretendían retenerlos. El elemento de la Policía de Investigación dijo haber realizado disparos al aire para evitar el ataque”.
El joven Ordaz Agustín fue trasladado a la Clínica 32 del IMSS e interpuso una denuncia en el Ministerio Público de Coyoacán 1 por lo ocurrido. En tanto, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) inició una queja de oficio por la agresión y emitió medidas precautorias dirigidas a la Procuraduría capitalina.
A las 17:30 horas, la UNAM emitió un boletín de prensa en el que confirma que la “diligencia” estuvo avalada por autoridades universitarias a través de la participación de “personal de la Unidad de Apoyo Jurídico”.
La máxima casa de estudios condenó “cualquier hecho de violencia independientemente de quien lo genere”, se informó en el documento.
La indignación estudiantil
Esto sucedió en medio de una organización estudiantil que ha incrementado el apoyo en el último mes, derivado de la desaparición de 43 jóvenes normalistas en Iguala, Guerrero el 26 de septiembre.
Desde el 15 de octubre, al menos 40 escuelas y facultades de la UNAM realizaron un paro de 48 horas, lo que dio origen a la Asamblea Interuniversitaria, integrada con líderes estudiantiles representantes de diversas instituciones como la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, el Instituto Politécnico Nacional, La Universidad Autónoma de Chapingo, de Zacatecas, Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, entre otras.
Así, consiguieron que el cinco de noviembre 115 planteles de todo el país detuvieran labores a manera de protesta mientras que escuelas privadas como la Universidad Iberoamericana, el ITAM, el Colegio de México, el Claustro de Sor Juana también han hecho actos de protesta.
Los estudiantes, además, han difundido, organizado sus contingentes y participado en las manifestaciones multitudinarias en la Ciudad de México, como parte de la iniciativa que se ha nombrado en redes sociales “Acción global por Ayotzinapa” para exigir la presentación con vida de los estudiantes normalistas.
Este sábado, mientras se registraba la balacera en la UNAM, la Asamblea Interuniversitaria sesionaba en la UACM San Lorenzo Tezonco y discutía la propuesta de un paro nacional para el 20 de noviembre.
Al enterarse de lo sucedido, emitieron un posicionamiento en el que advierten como “sumamente grave que este ataque se dé en el marco de un enorme movimiento nacional que grita al unísono la exigencia de presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala por la policía municipal”.
“Este ataque no es un hecho aislado, todos sabemos que fue el Estado que utiliza sistemática la violencia y las fuerzas represivas para criminalizar a la juventud y a la protesta social”, explicaron en el documento.
Además, responsabilizaron al rector de la UNAM, José Narro; al jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y al titular de la policía capitalina, Jesús Rodríguez Almeida, sobre el “ataque a la integridad de los compañeros, así como de cualquier otra agresión contra la juventud organizada y el movimiento estudiantil”.
Inseguridad en CU
Como parte de la autonomía, la Universidad puede establecer sus mecanismos de gobierno, incluyendo la seguridad, que en este caso está a cargo de los poco más de 2 mil elementos de Auxilio UNAM, quienes no portan armas y son los primeros en recibir el reporte de algún ilícito para auxiliar a las víctimas.
De acuerdo con el reglamento, ellos se encargan de reportar los hechos a la Dirección General de Servicios Generales sobre los supuestos delitos, para luego ser turnados a la oficina del abogado general de la UNAM, quien da asesoría y acompaña a la víctima a denunciar el ilícito a la agencia del MP en Coyoacán.
Sin embargo, es la primera vez que se tiene conocimiento de una diligencia como la ocurrida la tarde de este sábado para atender una denuncia por robo de celular, sobre todo cuando las estadísticas de incidencia delictiva se mantiene constante. Según estadísticas de la Procuraduría capitalina, en 2007 se denunciaron 498 delitos cometidos en Ciudad Universitaria, para 2012, hubo 419 y en 2013, se registraron 378 averiguaciones previas.
Además, la “diligencia” se enfocó en el auditorio Justo Sierra o Che Guevara, un inmueble con historia. Además de ser sede de asambleas durante paros estudiantiles, también era parte de los recintos para difusión cultural; sin embargo, en 1999 fue tomado por los estudiantes paristas en la huelga de 10 meses, la más larga ocurrida en la UNAM.
En febrero de 2000, la recién creada Policía Federal Preventiva, ingresó al campus universitario para recuperar las instalaciones y detener a los estudiantes, pero al regresar a clases, el grupo Okupa Che continuó con la toma del inmueble.
Desde entonces, instalaron un comedor, una galería y permiten guardar la mercancía de algunos vendedores que se ubican en el pasillo hacia la Facultad de Filosofía. Sin embargo, el uso del auditorio está restringido para el resto de la comunidad estudiantil, por lo que la recuperación ha sido una demanda constante, incluso desde el rectorado de Juan Ramón de la Fuente, predecesor de José Narro.
En 2009, un joven con antecedentes penales de narco menudeo, murió tras recibir dos balazos en el estacionamiento de la Facultad de Filosofía, lo que originó un nuevo debate sobre la inseguridad en Ciudad Universitaria y las implicaciones de tener un espacio como el auditorio en manos de unos cuantos.
El rector José Narro ha sostenido que la recuperación del inmueble sería complicado, pero en marzo pasado afirmó que “nos tenemos que poner de acuerdo entre todos, pero particularmente se debe de reintegrar a la comunidad universitaria. No es posible, son demasiados años. El proceso ha demostrado que lo único que se ha ganado con eso es que se deteriore esa instalación y que se sustraiga del uso de la comunidad universitaria.”
Y es que el 19 de diciembre del año pasado, un grupo autodenominado “anarquista” desalojó por la fuerza a los grupos que se mantenían al interior del auditorio. Tres meses después, jóvenes con el rostro cubierto también por la fuerza recobraron el auditorio, por lo que los integrantes de Okupa Che mantienen el control actualmente.
**Nota publicada el 16 de noviembre.