El procurador general, Jesús Murillo Karam, aseguró que soldados utilizaron las armas de algunos presuntos delincuentes muertos para asesinar a otros que aún quedaban vivos tras una confrontación en Tlatlaya, Estado de México, en un caso que ha sido visto por algunas organizaciones internacionales como una ejecución extrajudicial masiva.
[contextly_sidebar id=”4lWhk7sYHsjpGxjlueHZDq4HSbBSaH5g”]En una entrevista en MVS Radio, el funcionario dijo este viernes 10 de octubre que tres soldados ya fueron acusados de homicidio por esos hechos ocurridos el 30 de junio en San Pedro Limón, una comunidad de la municipalidad de Tlatlaya en el Estado de México, y que un teniente que se supone estaba a cargo de los militares es señalado de encubrimiento.
Murillo Karam dijo que la mayoría de los 22 presuntos criminales que fueron reportados fallecidos ese día ya habían muerto tras unos primeros tiroteos, pero que al menos ocho habrían quedado vivos y que luego fueron asesinados con las propias armas de algunas de las víctimas por los tres soldados.
Aseguró que las balas por las que murieron algunos de los presuntos criminales “no correspondían a las armas del ejército”, pero al seguir las investigaciones se determinó que “les disparan con las armas de los muertos”.
Murillo Karam había dicho el martes 7 de octubre que tenían una nueva versión sobre lo que sucedió en junio en Tlatlaya y señaló que hubo dos intercambios de fuego.
Las autoridades han sostenido que en el incidente participaron siete soldados y un teniente, todos los cuales también son procesados en la justicia militar por violaciones a las normas castrenses.
Murillo aseguró que una testigo coincidió con esa versión en una declaración que hizo el martes ante la Procuraduría General de la República, entidad encargada de adelantar las investigaciones penales en el país.
Hace unas semanas, no obstante, la mujer había dicho a The Associated Press y a la revista Esquire Latinoamérica, en entrevistas por separado, que 21 de los presuntos criminales fueron asesinados después de que se habían rendido.
La testigo dijo a la AP que vio cómo soldados mataron a su hija de 15 años que yacía herida en el suelo. Ella ha hablado bajo condición de anonimato por temor a represalias y no pudo ser contactada el viernes.
La historia sobre lo que pasó en la bodega ha tenido varios giros en los últimos tres meses, incluido el hecho de que autoridades federales no investigaron la escena del crimen hasta mediados de septiembre y tampoco habían entrevistado a la testigo hasta este martes, según lo admitió Murillo Karam el martes pasado.
El ejército dijo inicialmente que los 22 presuntos delincuentes murieron en un solo enfrentamiento y que, en el lugar, se liberó a tres mujeres que estaban secuestradas. Pero la versión fue cuestionada debido al resultado del supuesto tiroteo: la Secretaría de la Defensa Nacional dijo que sólo uno de los soldados fue herido.
Además, periodistas de la AP visitaron la bodega días después del incidente y encontraron pocas evidencias de que se hubiera librado un enfrentamiento prolongado: en las paredes había una serie de marcas de disparos a la altura del pecho de una persona, lo cual sugería disparos a corta distancia.
Sin embargo, el procurador aseguró ahora en MVS Radio que fue el propio ejército el que le notificó unos días después del incidente que había detectado irregularidades y violaciones a sus protocolos, por lo que se inició una investigación.
*AP