[contextly_sidebar id=”u1cLXPZuthCyp9Fc8plNBC6kzkwH6V8O”]El mapa del narcotráfico en México nunca es estable. Se encuentra en constante recomposición, unas veces silenciosa, otras estruendosa. El grupo de los Guerreros Unidos forma parte de las últimas oleadas de cambio.
Esta organización criminal, que opera con especial fuerza en los estados de Guerrero y Morelos –en el oeste del país–, es señalada de estar detrás de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre
Esto ha puesto a los Guerreros Unidos, que algunos califican como un “minicartel”, en el centro de la atención mexicana e internacional.
Pero ¿quiénes son?
Para conocer la historia de los Guerreros Unidos hay que conocer la de los Beltrán Leyva, otrora un poderoso cartel, pero hoy bastante golpeado y disminuido.
La organización fue fundada por los hermanos Arturo, Carlos, Alfredo y Héctor, quienes trabajaron con el Cartel de Sinaloa por varios años, hasta que, en enero de 2008, vino la violenta separación.
“Es cuando capturan a Alfredo Beltrán, apodado ‘el Mochomo’. Según sus hermanos, quien lo entregó fue Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán. Dicen que lo hizo a cambio de que liberaran a su hijo Iván Archivaldo, que estaba preso”.
Así lo expresa para BBC Mundo José Reveles, un conocido periodista mexicano, experto en narcotráfico y quien ha escrito varios libros sobre el tema, entre ellos “El cartel incómodo: el fin de los Beltrán Leyva y la hegemonía del Chapo Guzmán”.
En los meses posteriores a la ruptura fue asesinado Edgar Guzmán López, de 22 años, otro hijo de “El Chapo”.
A partir de 2008 el de los Beltrán Leyva fue considerado como un cartel aparte, que forjó alianzas con los más jurados enemigos de Guzmán Loera: Los Zetas y el Cartel del Golfo.
El 16 de diciembre de 2009, elementos de la infantería de marina dieron de baja a Arturo Beltrán Leyva.
Catorce días después fue arrestado Carlos.
Fue entonces que el grupo de los Beltrán Leyva empezó a desmoronarse. De ese desmoronamiento surgieron grupos como los Guerreros Unidos.
Según Roberto Arnaud, consultor en seguridad nacional, análisis estratégico y crimen organizado, los Guerreros Unidos eran los operadores de Arturo Beltrán Leyva en Estado de México, Morelos y Guerrero.
“En la estructura del cartel esta célula era liderada por un tipo llamado Cleotilde Toribio Renteria ‘El Tilde’, quien le rendía cuentas a Édgar Valdez ‘La Barbie’, quien a su vez era el encargado de las operaciones de los Beltrán Leyva en el centro del país y en Guerrero”.
Arnaud explicó a BBC Mundo que, con el debilitamiento de los Beltrán Leyva, “La Barbie” crea su propia organización, pero es capturado no mucho después, en agosto de 2010.
Se inicia entonces otra ronda de fragmentación y disputas.
“Surgen ahora el Cartel Independiente de Acapulco (CIDA), Los Negros, La Mano con Ojos, Los Rojos y otros grupos menores”.
“‘El Tilde’ se asocia con el Cartel Independiente de Acapulco, aunque la sociedad dura poco porque surgen diferencias entre ‘El Tilde’ y Moisés Montero ‘El Coreano’, líder del CIDA. Para hacer frente al CIDA, ‘El Tilde’ funda La Barredora, y a principios de 2011 deja La Barredora para fundar Guerreros Unidos”.
Todo esto en espacio de tres años.
Como dice la companía de inteligencia Stratfor Intelligence en un reporte de 2013, el cartel de los Beltrán Leyva se ha convertido en una “sombrilla” que alberga grupos como los Guerreros Unidos y Los Rojos, que mantienen conflictos entre sí.
Este modelo de “sombrilla” es, por lo demás, el mismo que utilizan los Zetas y el cartel de Sinaloa.
El debilitamiento de los Beltrán Leyva sólo parece haber aumentado: hace dos semanas fue capturado Héctor, el último hermano que seguía libre o con vida.
En su conversación con BBC Mundo, el periodista José Reveles dijo que había descubierto por la zona de Iguala, “más hacia la sierra, que se llama el Filo Mayor o Filo del Caballo”, “cocinas” –laboratorios– de heroína de la más pura que se ha producido México.
“Heroína blanca, del tipo de la de Afganistán. Antes en México se producía una heroína de menor calidad, ‘café’ le llamaban, muy fuerte pero no de mucha calidad. Entonces parece que el mercado está obligando a que aquí se produzca heroína de mejor calidad”.
Pero como otros carteles mexicanos, los Guerreros Unidos no sólo se dedican al tráfico de estupefacientes, tienen un “portafolio” de actividades que incluyen secuestro, extorsión, contrabando, cobro de cuotas, etc.
“Hacen cualquier negocio que les deje dinero”, asegura Reveles.
Pero los distingue algo más: son ultraviolentos. “Son grupos que, más que numerosos, son violentos. Son los dueños de las rutas y de las vidas de la gente”, remata Reveles.
Al respecto, Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, le dijo a la agencia de noticias AFP: “Son básicamente sicarios de entre 16 y 25 años, remanentes de otros grandes carteles, que mantienen sus armas y conocen el modus operandi” del crimen organizado.
Los capos de los Guerreros Unidos no han estado mucho tiempo al frente de la organización. “‘El Tilde’ fue detenido en julio de 2012, y a partir de ahí todos los que han ocupado su lugar han sido detenidos o abatidos, como Mario Casarrubias ‘El Sapo Guapo'”, dice Arnaud.
Monte Alejandro Rubido, jefe de de la Comisión Nacional de Seguridad de México, dijo a medios internacionales que después de la detención de “el sapo guapo”, exmiembro de seguridad de los Beltrán Leyva, el grupo se quedó sin un jefe claro y su actividad está fragmentada.
Tal vez por eso se ha mencionado como líder a Benjamín Mondragón, alias “El Benjamón, quién murió esta semana en un operativo de las autoridades en el estado de Morelos.
Sin embargo, las primeras informaciones indican que se trataba sólo de un jefe de plaza en un municipio de Morelos.
Mientras, diversos medios mexicanos han dicho que la orden de atacar a los estudiantes provino de un tal “Chucky”, supuesto líder de los Guerreros Unidos, de quien no se tienen más referencias.
Lo que parece estar más allá de toda duda es que detrás de la desaparición de los estudiantes están los Guerreros Unidos.
Esta semana, el Procurador General (fiscal) Jesús Murillo Karam dijo que 14 integrantes de la policía municipal de Cocula, cerca de Iguala, también fueron detenidos, pues confesaron que habían entregado a los jóvenes a la organización criminal.
Tampoco parecen existir dudas sobre el grado de penetración de este grupo en el municipio de Iguala.
Las investigaciones han revelado que varios de los policías arrestados estaban a servicio de la organización. Y el alcalde del municipio, Luis Abarca, y su esposa, María Pineda Villa, se encuentran prófugos de la justicia.
“Guerreros Unidos está conformado por individuos particularmente ambiciosos y conflictivos, que siempre acabaron en malos términos con sus antiguos líderes. Son un grupo con un gran poder corruptor heredado de los Beltrán Leyva, que dan un gran valor a la cooptación del poder político y de las instituciones de seguridad para proteger sus intereses”, dice Roberto Arnaud.
Entretanto, los 43 estudiantes siguen sin aparecer, probablemente en manos de un grupo del que, hace 15 días, pocos fuera de México habían oído hablar.