Valle de Bravo, “un pueblo sin ley”: Militares denuncian que taxistas extorsionan y secuestran a turistas
[contextly_sidebar id=”sJ4kcDkRtWe8KAmHSn9VTumIOqxkVV32″]La seguridad en el municipio de Valle de Bravo es relativa. Si bien hay presencia de cuerpos policíacos federales, estatales y militares, ellos mismos denuncian que aún persisten las extorsiones, los asaltos y otros delitos de alto impacto en los que las autoridades mexiquenses no los apoyan.
“Perdone usted, pero yo ya estoy hasta la madre de los delincuentes y la falta de apoyo de las autoridades locales. Como militar no me corresponde hablar, pero no es justo que nos tengan como policías de rancho, vigilando las carreteras. Al momento de denunciar las irregularidades, sólo nos contesten que no hay separos suficientes para encerrar a los taxistas, que son los que en realidad están secuestrando y extorsionando a la población”, afirmó un elemento del Ejército colocado en uno de los retenes.
El militar, junto con algunos elementos de la Policía Federal, narraron a Animal Político la dificultad que tienen para poder hacer detenciones o incluso denunciar a los elementos policíacos estatales que, a partir de las seis de la tarde, “se ponen a beber en sus módulos, dejando de vigilar sus zonas”.
En los retenes se puede observar cómo pasan vehículos sin placas, con permisos vencidos y sobre todo taxis sin rotular y con vidrios polarizados que, al momento, de ser detenidos afirman no estar cometiendo ningún delito federal.
Al dar parte a las policías estatales de las irregularidades, estos les aseguran tener órdenes del presidente municipal, Francisco Reynoso, de no detener a los taxistas para evitar manifestaciones y problemas.
“Nosotros hemos ido con el presidente municipal a explicarle lo peligroso que resulta no tener regulados a los taxistas, pero él nos asegura que ese no es nuestro problema. Aquí en Valle de Bravo no se sanciona ni multa a nadie, es un pueblo sin ley y eso nos hace más difícil proteger a la población”, explica un elemento de la policía federal que tiene dos semanas en el municipio.
Los elementos militares aseguran que requieren que las autoridades locales regularicen a los taxis, pues han detectado que varios están cometiendo extorsiones. En una semana detuvieron a tres taxistas que estaban extorsionando a pobladores y turistas de la entidad.
“Estos taxistas tienen radios y teléfonos con los que van extorsionando y se trasladan a distintos lugares para cobrar ciertas cantidades de dinero. A los que hemos ubicado, hemos logrado detenerlos y enviarlos a prisión”, contó.
En el tema de secuestros, los elementos federales y militares aseguran que han logrado que los delincuentes salgan de la zona, pues señaló que “en Valle de Bravo es imposible que se cometa en estos momentos un secuestro, tenemos custodiadas las tres entradas que hay al municipio, y la entrada de la Gendarmería nos ayudará a trabajos de inteligencia que nos permitirán detener a cualquiera que intente cometer un delito del orden federal”.
De hecho, los elementos aseguran que las bandas de delincuentes que estaban operando en la zona huyeron a la zona de Otzoloapan, Zacozonapan, Temascaltepec y Luvianos, también en el Estado de México.
En tanto, en las calles y lugares turísticos de Valle de Bravo, los comerciantes siguen abriendo sus locales, pero afirman que los turistas dejaron de llegar desde hace semanas.
La Gendarmería inicia labores de inteligencia
Fue este jueves 28 de agosto que los diversos elementos de la Gendarmería nacional iniciaron labores de inteligencia y se fueron desplegando a las zonas claves de Valle de Bravo, lugar en donde su principal objetivo es reactivar la vida económica de la entidad.
Enrique Galindo, comisionado de la Policía Federal, señaló que Valle de Bravo no se encuentra en crisis. “Aquí se vive un problema coyuntural por la asistencia de la delincuencia“, dijo.
Al poner en marcha las labores de los 350 elementos que están desplegados en la entidad, Galindo reconoció que desde hace tiempo la gente dejó de visitar Valle de Bravo por la inseguridad. “La misión es muy concreta: que la confianza en los ciudadanos regrese y pueden ejercer el turismo y actividades propias de la región”, comentó.
Con la Gendarmería, más los activos de la Marina, el Ejército y la Policía Federal suman ya 700 elementos vigilando este municipio.
