Ada Lilia Gaxiola es una maestra de educación física que ha ganado trofeos, premios en futbol y tablas rítmicas para una secundaria en Cuernavaca. También es la profesora expulsada de su aula a insultos y empujones por un grupo de padres de familia supuestamente por no dar clases, ni enseñar a los niños a patear un balón y por sus preferencias sexuales.
[contextly_sidebar id=”67ad62041331c9b602704d2a8adc7c15″]Aunque la asociación de padres de familia de la secundaria general número 13 “Rosario Castellanos” acudió con las autoridades educativas de Morelos para pedir que investiguen a Ada Lilia y la separen de sus funciones, el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) todavía no encuentra elementos para iniciar un proceso administrativo en su contra.
El director del IEBEM, Óscar Fuentes Benítez, dice a Animal Político que por seguridad de los involucrados no puede dar detalles del caso hasta que pronuncie una resolución definitiva, y explica que no es de su competencia resolver si Ada Lilia ha sido discriminada.
Lo que sí es de su competencia es investigar –por segunda vez- si la profesora Gaxiola Peraza ha incurrido en irregularidades en el desempeño de su trabajo.
La primera fue en marzo pasado, cuando algunos padres de familia –entre ellos el excandidato a diputado local por el PAN, Jorge Óscar Medina Rodríguez- presentaron una serie de escritos al IEBEM para solicitar una investigación en su contra.
En aquella ocasión, como en ésta, Óscar Fuentes fue el encargado de llevarla a cabo. Después de revisar listas de asistencia, horarios, calificaciones y otros documentos proporcionados por la entonces directora Martha del Carmen Tavera, el funcionario concluyó que no había elementos para sancionar a Ada Lilia Gaxiola ni para iniciar un proceso administrativo en su contra, como consta en el oficio número D.J/2215/2014.
Por lo que dure la investigación, la maestra Ada Lilia fue separada de sus funciones en la “Rosario Castellanos”.
Como prueba de que no había incurrido en ninguna irregularidad, Gaxiola Peraza recibió el oficio 2440/2013-2014 expedido por el jefe del departamento de secundarias del IEBEM, Rubén Segura Castellanos, quien pidió su reubicación en la escuela.
Así, Ada Lilia regresó a dar clases el lunes 1 de julio. Al día siguiente, unas diez personas entraron al salón en que trabajaba, la rodearon y la sacaron del aula a empujones y gritos, todo frente a sus alumnos.
Cuatro meses después de la primera investigación, la historia se repite.
Mientras las autoridades educativas llevan a cabo una segunda investigación en su contra, Ada Lilia fue separada del plantel y hoy labora en las instalaciones del IEBEM tomando llamadas y ordenando documentos, por tiempo indefinido.
“Están investigando lo mismo”, cuenta Ada Lilia. “Si yo asisto a la escuela, si cumplo con mi trabajo (…) Yo confío en que va a salir el mismo resultado, a mi favor”, dice la maestra que lleva 28 años como docente en la “Rosario Castellanos”.
Aunque le pagan un sueldo normal, como si estuviera dando clases, a Gaxiola Peraza le incomoda que la decisión de mantenerla realizando labores administrativas en el IEBEM haya sido entre las autoridades educativas y los padres de familia.
“Lo que hicimos fue separarla temporalmente del plantel, no definitivamente, para salvaguardar su integridad física porque las condiciones sociales no las hay para que ella accese ahí. Está tan álgida la situación política y social de la escuela como para exponerla a un conato de violencia. Sería irresponsable del IEBEM confrontar a la maestra con los padres de familia”, dice Óscar Fuentes.
Sin embargo, las declaraciones de Fuentes Benítez son muy distintas a las que la directora del IEBEM, Marina Aragón Celis, ofreció a medios de comunicación la semana pasada sobre la agresión que sufrió Ada Lilia por parte de los padres de familia.
“La maestra volvió a ingresar (a la escuela), sabía perfectamente que tenía que retirarse. Ella ingresó y eso provocó la molestia de los padres de familia porque se había llegado a un acuerdo”, dijo.
Pero Ada Lilia asegura que ella no cometió ningún desacato. Tiene un oficio que lo prueba.
“¿Quiénes son ellos (los padres de familia) para sacarme de mi trabajo, para decir que no visto adecuadamente, que estoy dando mal ejemplo a mis alumnos, que estoy impedida para trabajar? Eso es discriminación”.