[contextly_sidebar id=”431f5a794bf9b8c3c783a948b538dbcf”]Un vehículo nuevo comprado en México contamina de 8 a 10 veces más que uno nuevo comprado en Estados Unidos, así lo denunciaron organizaciones ambientalistas para exigir medidas al gobierno. El país vecino actualizó en marzo su legislación en materia de combustibles y tecnologías vehiculares al Tier 3, un nuevo estándar basado en una gasolina más limpia mediante la reducción de azufre y de las emisiones de gases a casi cero. México todavía está en la Tier 1 ya que no actualiza su legislación en materia de emisión de contaminantes para vehículos ligeros nuevos, la NOM-042, desde 2005.
Aunque esta normativa debió actualizarse en 2010, todavía no existe ni siquiera un grupo de trabajo para hacerlo. Fruto de ello, México está más de 10 años atrasado con respecto de Estados Unidos en cuanto a normatividad de control de emisiones. La nueva legislación estadounidense supone una reducción del 80% del Monóxido de Carbono (COv) y de Óxidos de Nitrógeno (NOx) de un estándar mucho más alto del que ya tiene México.
Según los resultados del Cuarto Almanaque de Datos y Tendencias de la Calidad del Aire en 20 Ciudades Mexicanas, la Zona Metropolitana del Valle de México es la más contaminada, seguida de Gualajara, León y Monterrey. El autotransporte es el principal responsable de la polución que respiramos, con el 90% de las emisiones de Monóxido de Carbono (COv) y del 45% de Óxidos de nitrógeno (NOx). Y son los vehículos ligeros los que emiten el 74% de CO.
Esto podría reducirse drásticamente si se endurecieran los estándares de calidad de los combustibles y los parámetros establecidos para la tecnología de los nuevos coches que salen de fábrica. Aunque algunos autos nuevos ya cuentan con mejoramientos de la oxigenación del combustible, controles electrónicos para motores, catalizadores de oxidación para motores a Diesel o catalizadores de tres vía, las organizaciones sociales critican que se requieren muchas más tecnologías y que algunas de ellas no son compatibles con el alto contenido de azufre en los combustibles. Tan solo el 20% de la gasolina que se consume en México es de bajo contenido en azufre, la tipo Premium, y aún así es tres veces más alta que la baja en azufre del país vecino, al tener 30 partes de azufre por millón. Los altos niveles de azufre reducen el rendimiento de los convertidores catalíticos, y aumentan las emisiones de partículas y contaminantes del aire.
Organizaciones ambientalistas como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, CTS Embarq México y el Consejo Internacional por un transporte limpio (ICCT por sus siglas en inglés) instan al Gobierno Federal, a través de la Semarnat, para que actualice su legislación y exiga nuevos estándares a las empresas automotrices así como que Pemex distribuya combustibles de bajo contenido en azufre en todo el país. “Estos nuevos estándares suponen cambiar componentes del vehículo que podrían armarse a un bajo costo como ya se arman para Europa o Estados Unidos, no supone aumentar los precios de los coches y los beneficios son muy altos”, señala Kate Blumberg, del ICCT. “Las emisiones suben con la vida del vehículo, pero si cambiamos la legislación no solo tendremos vehículos limpios cuando estén nuevos, también cuando estén un poco más viejos”, agregó .
El número de vehículos a gasolina está creciendo en promedio un 4.8% anual, por lo que las emisiones crecen a la par. De acuerdo a datos de CTS Embarq sí la Semarnat revisara los estándares de la NOM-042 tan solo a la tecnología TIER-2 se reducirían 2,4 millones de toneladas de contaminantes locales al 2035. Esto equivale a detener toda la circulación vehicular de la Zona Metropolitana del Valle de México por más de un año.
En cambio, la segunda fase del Hoy No Circula que se aplica desde el 1º de julio, solo reduce, según los datos del gobierno del Distrito Federal, 141 mil toneladas anuales de estos contaminantes con el parque vehicular actual.
Las tres organizaciones que convocaron el evento no quisieron entrar en la polémica sobre la segunda fase del Hoy No Circula, pero sí señalaron que la calidad del aire no ha sufrido una reducción significativa por este programa. “Necesitamos tener políticas de largo plazo para control de emisiones, la calidad de nuestro aire está bastante lejos de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud”, espetó Leticia Pineda, analista de Política Pública de CEMDA. Aún así concluyeron que ante la falta de una legislación gubernamental a nivel federal, la Ciudad de México está probando posibles soluciones.
“Hay otros sectores que también contaminan pero el autotransporte es la fuente principal de contaminación en las ciudades, y el incremento en la tasa de motorización nos afecta no solo en la salud sino en el uso del espacio público. Necesitamos priorizar el transporte público y tener soluciones de movilidad no motorizadas, pasos peatonales, ciclovías,… son alternativas que nos van a ayudar a mejorar la calidad de vida y reducir las emisiones, además de la modificación de la legislación federal”, concluyó Pineda.