Cuando se cumplieron 40 años de la primera publicación de “Cien años de soledad”, la novela cumbre de Gabriel García Márquez, el periodista de BBC Mundo Max Seitz habló con el primer editor de la obra, el argentino Francisco “Paco” Porrúa*.
En el número 19 hay una casa de fachada blanca copada de plantas de enredaderas. A primera vista parece una vivienda igual a la de cualquier barrio de clase media en América Latina.
Pero no lo es. En ese lugar, entre 1965 y 1966 Gabriel García Márquez escribió la que se considera su obra maestra, la novela “Cien años de soledad”.
Durante 18 meses y utilizando sólo sus dedos índice el premio Nobel de Literatura escribió seis horas al día, casi siempre por la mañana, un texto que originalmente tuvo 2.000 hojas y que con las revisiones finales se redujo a 590.
Fueron meses difíciles y llenos de carencias económicas que, ha contado el escritor, muchas veces se cubrieron con la generosidad de amigos que llegaban a la casa por la noche con el pretexto de hablar de revistas o libros y llevaban “canastas de mercado que parecían casuales”.
[contextly_sidebar id=”c69a2b92be1f69c7f92cca2d06e83f5a”]Y es que Gabo, como suele firmar las dedicatorias de sus libros, renunció a sus empleos –editor de las revistas Sucesos y La Familia, redactor de frases publicitarias- para dedicarse por completo a su novela.
Cuando quedaron pocos amigos “para exprimir” su esposa Mercedes Barcha Pardo se endeudó con el carnicero, el panadero y los vendedores de verduras de la colonia San Ángel Inn, donde se encuentra la casa, para alimentar a los dos hijos de la pareja.
“Gabriel está escribiendo un libro y está medio Lorenzo (loco); cuando termine seguramente le podrá pagar”
Mercedes Barcha
¿Se hubiera escrito “Cien años de soledad” sin la casa de La Loma 19? Tal vez no.
El mismo García Márquez ha dicho que la novela nació gracias a la solidaridad de sus amigos pero también a la comprensión de su casero, Luis Coudurier quien en ese entonces era oficial mayor de la alcaldía de Ciudad de México.
Y es que en la concepción y parto de la novela Mercedes y Gabriel no pudieron pagar el alquiler durante nueve meses.
En marzo de 1966, cuando se debía un trimestre de renta, Coudurier tomó el teléfono y llamó a sus inquilinos. Contestó Mercedes y después de unos minutos de plática le dijo que podrían pagarle toda la deuda en seis meses.
“Perdone señora, ¿se da cuenta de que entonces será una suma enorme?”, preguntó el casero. “Mire”, respondió sin un temblor en la voz, “Gabriel está escribiendo un libro y está medio Lorenzo (loco); cuando termine seguramente le podrá pagar”.
Al “buen licenciado”, recuerda Gabo, “tampoco le tembló la voz para contestar: Muy bien, señora, con su palabra me basta. Y sacó sus cuentas mortales: La espero el siete de septiembre”.
No fue así. El escritor recibió un cheque de US$500 enviado por la Editorial Sudamericana como adelanto por los derechos de su novela, que le permitió pagar el alquiler antes del plazo acordado.
Cuando nació el texto la vida en La Loma 19 cambió radicalmente. García Márquez, que a sus 38 años de edad había publicado cuatro libros que le abrieron las puertas del círculo cultural de Latinoamérica, empezó a convertirse en un escritor de culto.
Al parejo de su fama también creció el valor de la casa en San Ángel Inn, a la que pronto cambió por una propiedad más grande en Coyoacán también en el sur de la capital mexicana.
A finales de la década de los años 80 Gabo quiso comprar la vivienda de La Loma, pero su ex casero no aceptó la oferta. “No se la vendo porque esa casa no tiene precio. Ahí se escribió ‘Cien Años de Soledad'”, dijo Coudurier.
Durante algún tiempo en la fachada de la casa se colocó una placa metálica para recordar que allí se escribió la épica novela, pero una noche alguien se la robó y desde entonces no se ha sustituido. La vivienda está habitada por una familia que sabe la historia pero no conoció al escritor, ni tampoco autorizó a BBC Mundo conocer el interior de inmueble.
A unas calles de la casa se encuentran los estudios de Televisa San Ángel, donde se produce la mayoría de las telenovelas, musicales y algunos de los programas más polémicos de la televisora como el que conduce Laura Bozzo, a quien algunas organizaciones mexicanas acusan de promover la discriminación en el país.
Como otras zonas de Ciudad de México, el barrio ha sufrido problemas de seguridad que son evidentes en las calles cerradas con rejas o bien en los guardias privados que las custodian.
En 1965 la zona se encontraba prácticamente en los suburbios de la capital, pero al paso de los años San Ángel Inn fue rodeada por barrios populares construidos incluso dentro de cañadas y sobre algunos cerros.
Allí casi nadie sabe que a unos metros nació la novela que según especialistas le valió a García Márquez el premio Nobel de Literatura. Para quienes viven en esta zona, que padece delincuencia y escasez de agua potable, las preocupaciones cotidianas son otras.