[contextly_sidebar id=”4ece71251626f6d8331e54d20cc83106″]Son cinco mujeres y un hombre y desde el pasado 17 de febrero están en huelga de hambre para protestar contra la detención de sus familiares. Migrantes que, en algunos casos, llevan más de dos años presos a la espera de ser deportados desde el Centro de Detención Eloy, en Phoenix, Arizona.
Asimismo, tal y como explica Carlos García, director de Puente Movement, organización civil que apoya en la huelga de hambre a José Luis Valdez, Anselma López, Lourdes Hernández, Hermina Gallego, Jovana Rentería, y Alejandra Sánchez, el ayuno tiene también como objetivo reclamar a las autoridades que aprueben la reforma migratoria, que pondría freno a las 400 mil deportaciones que, como promedio, tienen lugar cada año desde que Barack Obama llegó a la Casa Blanca.
Checa aquí la primera parte de las historias de las seis personas que, desde el pasado día 17 de febrero y hasta el próximo 3 de marzo, están en huelga de hambre para demandar que sus familiares no sean deportados:
José Luis Valdez
“Me gasté todo mi dinero en tres abogados diferentes y ninguno hizo nada para liberar a mi hijo. Sólo nos sacaron el dinero”
El hijo de José Luis Valdez, quien es originario del estado de Michoacán, fue detenido por manejar bajo la influencia del alcohol (DUI, por sus siglas en inglés: drinking under the influence), infracción por la que estuvo en la cárcel ‘Durango’ del estado de Arizona. Sin embargo, poco antes de que terminara su sentencia, Jaime Valdez fue trasladado al Centro de Detención Eloy del ICE, en espera a ser deportado a México tras permanecer más de 15 años Estados Unidos.
“Mi hijo lleva un año y tres meses en espera de que se decida si es o no deportado. He intentado todo lo legal cuanto está en mi mano para que no lo expulsen del país. Me gasté todo mi dinero en tres abogados diferentes y ninguno hizo nada para liberar a mi hijo de esa prisión. Sólo nos sacaron el dinero”, cuenta en entrevista telefónica con Animal Político Jose Luis, quien este martes 25 de febrero cumple su noveno día en huelga de hambre, lo que supone más de 200 horas de ayuno.
“Por eso hacemos esta huelga de hambre frente a las oficinas del ICE, en Phoenix, para que nos escuchen los representantes políticos y quienes hacen las leyes migratorias. Porque somos seres humanos y como migrantes también tenemos derechos. Pagamos impuestos con nuestro trabajo y tenemos derecho a exigir que se paren de una vez las deportaciones. Estamos cansados de vivir con miedo y con seres queridos tras las rejas”, señala el activista.
Cuestionado sobre qué piensa hacer si su hijo pasa a ser una de las 400 mil personas que, como promedio, son deportadas al año de Estados Unidos desde que Obama llegó a la Casa Blanca, Valdez asegura que continuará luchando para exigir a las autoridades que paren las expulsiones y se apruebe en el Congreso la reforma migratoria.
“Seguiremos luchando por toda esa gente que tiene miedo a venir aquí, a apoyarnos. Porque en Arizona hay mucho miedo a las deportaciones. Pero primero espero continuar hasta el término de la huelga, el próximo 3 de marzo. Creo que con la fuerza de todos los que vienen y nos apoyan, lo vamos a lograr”, asegura.
“Pagamos impuestos y tenemos derecho a exigir que se paren de una vez las deportaciones. Estamos cansados de vivir con miedo”
Anselma López
“Los agentes nunca nos informaron por qué detuvieron a mi hijo Elder. Sólo dijeron que lo habían arrestado porque tenía una orden, pero aún no sabemos de qué”
Anselma López y su familia llegaron a Phoenix, Arizona, hace 11 años procedentes de la ciudad de Guatemala. Ella, junto con la ONG local Puente Movement, ideó la iniciativa de realizar una huelga de hambre durante dos semanas frente a las instalaciones de la oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), para que el gobierno de la Casa Blanca escuche los casos de sus familiares y no los deporten.
Durante la entrevista con Animal Político, Anselma explica que su hijo Elder Gómez-López lleva más de dos años recluido en el Centro de Detención Eloy sin posibilidad de pagar una fianza que lo deje libre, y sin que la autoridad le haya informado de cuáles son los cargos por los que fue detenido.
“Nunca nos dijeron nada. Sólo que lo habían arrestado porque tenía una orden, pero no sabemos de qué“, señala la centroamericana, que al respecto cuenta que un día su hijo salió muy temprano con dirección a la parada del autobús para llegar a su empleo, y acabó en la cárcel.
“Como no le encontraron nada en sus antecedentes lo dejaron salir, pero poco después vinieron a mi casa los agentes de migración y lo detuvieron para llevarlo a Eloy (el centro de detención del ICE)”. Desde entonces, dice Anselma, han pasado ya casi tres años de “mucho sufrimiento”, y en los que la salud de su hijo se ha ido deteriorando de manera preocupante.
Cabe señalar que, según el perfil de las familias en huelga de hambre y de los detenidos en el Centro Eloy que publica la web Not one more deportation, Elver López padece problemas graves de salud, que además son permanentes, luego de que el año 2000 recibiera un disparo en el estómago por pandilleros mientras vivía en Guatemala, lo cual le genera gastritis, úlceras e infecciones de estómago, y le impide además comer alimentos sólidos.
“Mi hijo se encuentra muy mal de salud, porque además está haciendo la huelga de hambre conmigo. Por eso pido al Gobierno de Obama y a las autoridades migratorias que lo suelten, está muy enfermo”, exige.
Checa aquí el video en el que Puente Movement convoca la huelga de hambre: