“Si Guerrero está de pie, como dicen, es porque no le quedó ni una silla tras Manuel”
Cada vez que los habitantes de la Montaña de Guerrero escuchan a autoridades municipales, estatales y federales decir que el estado “está de pie” pese a la devastación que dejó la tormenta tropical Manuel en septiembre pasado, no pueden más que mirar los campamentos al aire libre en los que viven desde hace un mes y seguir contando los días a ver si el apoyo llega.
“No puede decir el gobierno o los medios de comunicación, no pueden decir que Guerrero está mejor que antes, que está de pie, que la Montaña está de pie, a lo mejor sí tienen un poquito de razón, pero es porque no tiene en dónde sentarse. Si Guerrero está de pie como dicen es porque no le quedó ni una silla tras Manuel. No pueden decir que ya están haciendo algo, que esto ya se terminó, que lo atendieron”, dijo Salvador Feliciano, representante del municipio de Tlacoapa.
Salvador Feliciano es parte de los cuarenta integrantes del Consejo de Comunidades Damnificadas de la Montaña —integrado por más de 100 comunidades de la región— que viajaron 72 horas para presentarse este miércoles ante medios de comunicación y para tener una reunión con el subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Luis Enrique Miranda, con quien discutirían cómo ser parte del Consejo para la Reconstrucción de Guerrero, que fue presentado por el presidente Enrique Peña Nieto el pasado 15 de octubre.
Sin embargo, el funcionario faltó a la cita y Gobernación confirmó que Francisco Yáñez Centeno, titular de la Unidad de Enlace con organizaciones civiles, fue el encargado de recibir el pronunciamiento del consejo y más de 120 peticiones de apoyo de las comunidades afectadas.
“Aquí no ha llegado ningún gobierno, de ninguno de los niveles, nadie que preste atención a lo que ocurre en las comunidades y que haga algo por los que vivimos en el lodazal y en el abandono”, insistió Hermenegildo Morán Villan, del municipio de Melinaltepec.
A nombre del Consejo, Mauro Bruno García de Acatepec dijo que según sus cálculos, solo requieren 1.5 toneladas de maíz por familia para sobrevivir por un año, pero que su petición ha sido ignorada por autoridades federales. “Sólo les pedimos maíz y de ahí nosotros vamos a ver por nosotros de salir adelante, pero necesitamos maíz, vivimos del maíz”.
[contextly_sidebar id=”8528580c72d424a16e4672be749cf8ff”]La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) rechaza esta denuncia, pues informó que desde el mes pasado se comenzaron a surtir en la región 117 toneladas de maíz destinadas exclusivamente para comunidades indígenas. Esa instancia de gobierno dijo que la meta es repartir mil toneladas antes de que acabe el año para apoyar a los afectados a través de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
Sin embargo, Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, cree que en la región se tienen “autoridades alejadas de la tragedia” que ni siquiera han visitado a las comunidades afectadas, pues los promotores, los encargados de los censos y los funcionarios de gobierno, sólo han llegado al borde de la carretera, lejos de los poblados de la región alta.
“Tenemos un gobierno con reacción lenta, insensible, que quiere resolver las cosas mediáticamente, inequitativo porque para ellos lo más importante es Acapulco, no las zonas más deprimidas del país. Hay lentitud, burocratismo, insensibilidad de cómo estar en una región en donde la gente ha perdido todo y que tiene que haber un trato respetuoso, con capacidad de escuchar a la gente, hay que llorar con ellos. Es un gobierno lejano, distante del dolor de la gente”.
En Sedesol insistieron en que desde hace un mes hay 385 jóvenes que hablan tlapaneco, mixteco y nahua levantando censos para que el gobierno federal pueda beneficiar a las familias con el Programa de Empleo Temporal Inmediato y el Programa de Enseres Domésticos, y con la entrega de diferentes apoyos en especie.
Hasta este mes, Sedesol reportó la entrega de 100 mil despensas en la zona de la Montaña, distribuidas por el Ejército.
Acusan corrupción
El Consejo de Comunidades Damnificadas de la Montaña también denunció que —sin distinción— los presidentes municipales de la Montaña han evitado que la poca ayuda que envía el gobierno federal llegue a la zona.
Citaron el caso de Acatepec, en donde denunciaron que un grupo de indígenas se enfrentó a autoridades del ayuntamiento porque en la bodega municipal se acumularon despensas y se negó el apoyo a los damnificados. Según sus testimonios, ocurre lo mismo en los poblados de Netlatono, Cochapa, Copanatoyac, Atlamajalcingo o Metlatonoc.
“Es lamentable ver en los municipios que hay centros de acopio para que llegue la ayuda a la Montaña Alta, pero las autoridades municipales y estatales han almacenado los víveres y nunca ha llegado ese apoyo. Queremos decirle al Presidente que vaya al corazón de la Montaña y que vaya municipio por municipio para que constate el daño. Que no vaya solo a Tlapa, que la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, no llegue solo a Tlapa, que camine la Montaña y sienta la necesidad que tenemos”, dijo Mauro Bruno de Acatepec.
La titular de Sedesol, Rosario Robles, ha tenido al menos dos reuniones con autoridades estatales y municipales en Tlapa para tratar el tema de la reconstrucción en la Montaña, pero no ha acudido a otras comunidades.
Sin embargo, según esa instancia de gobierno, se ha trabajado con “absoluta coordinación y transparencia para beneficiar a quienes lo necesitan”.
El Consejo de Comunidades Damnificadas solicitó a las autoridades federales, a través del documento que entregaron el miércoles en Gobernación, no permitir intermediarios en la entrega de apoyos y hacer válidos los dichos de visitar “casa por casa”.
“Mientras la Montaña está destrozada, se están aprovechando políticos y funcionarios que quieren ser presidentes municipales, diputados, tener un puesto. Que entreguen de mano en mano como dijeron y que eso no se quede sólo en palabras”, dijo por su parte Antonio García de Atlamajalcingo del Mote.
Según datos de la Sedesol, hasta el 27 de septiembre —casi diez días después del paso de Manuel— sólo había cuatro municipios de la Montaña totalmente incomunicados y sin apoyos. Sin embargo, habitantes de la región indican que son 19 municipios que no han sido atendidos y permanecen en campamentos, con viviendas dañadas y sin alimentos.
Las denuncias
En el escrito que entregaron en Gobernación este miércoles, los habitantes de la Montaña de Guerrero dividieron en seis rubros “los temas de preocupación” en los que exigen especial atención:
–Campamentos. Los habitantes de comunidades como Filo de Acatepec, Unión de las Peras, El Tejocote, La Lucerna, Moyotepec, El Tepeyac y San Miguel Amoltepec permanecen en calidad de desplazadas, viviendo en precarios campamentos crecidos a las orillas de los caminos.
–Caminos. Habitantes de la región denuncian que la carretera Tlapa– Marquelia, de Tres Marías a El Rincón y el camino intermunicipal que conecta a Huehuetepec, municipio de Atlamajalcingo del Monte, con Chilixtlahuaca, municipio de Metlatónoc continúan con graves daños.
–Vivienda. Los padrones de daños que se levantan bajo la coordinación de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) únicamente están considerando las casas que sufrieron pérdida total y no aquellas donde se generó una afectación estructural permanente.
–Alimentación. Solicitan diseñar un programa emergente de distribución extraordinaria de maíz para evitar que las familias se vean obligadas a migrar como jornaleros agrícolas a Estados Unidos.
–Uso político de los apoyos. Las denuncias sobre el uso político de los programas emergentes son recurrentes. Autoridades municipales acumulan arbitrariamente los apoyos que requiere la población.
