De manera inusual y contrario a las tradiciones diplomáticas, el ombudsman nacional Raúl Plascencia acudió a Ginebra, Suiza, para ser orador de la delegación oficial mexicana durante el Examen Periódico Universal (EPU), la evaluación que realizan entre sí los estados miembros de la ONU en materia de derechos humanos.
Algunas organizaciones de la sociedad civil que presenciaron el discurso de Plascencia durante el EPU como observadoras -la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos y JASS Asociadas por lo Justo- señalaron su sorpresa por la defensa que el ombudsman hizo de las fuerzas armadas.
Fuentes de la delegación mexicana que acudió a Ginebra relataron que la presencia del ombudsman generó incomodidad en el grupo porque, en primer lugar, Plascencia no acudió al EPU en 2009, y en segundo, porque no asistió como observador, sino que buscó ser parte de la delegación oficial.
Durante los días previos a la participación de la delegación mexicana ante el Consejo de Derechos Humanos, hubo señalamientos: que el ombudsman representa a un órgano autónomo y no forma parte de los poderes de la unión, por lo que no tendría que formar parte del grupo oficial y menos ocupar un lugar en la tribuna.
A Plascencia no sólo se le dejó hablar, sino que varios integrantes de la delegación mexicana le cedieron minutos en el foro para que pudiera hacerlo. Su participación no estaba considerada.
El director de la Red Internacional de Derechos Humanos, Ramón Muñoz, explicó a Animal Político que en el EPU es una regla no escrita que los organismos de derechos humanos no compartan el espacio con la delegación oficial.
“Solamente en el EPU de Venezuela se vio ese caso. Trajo al defensor del pueblo a hablar de las políticas del gobierno, pero en otras ocasiones jamás un ombudsman ha estado en la tribuna con el Estado que está siendo examinado”, detalló Muñoz.
[contextly_sidebar id=”8aedc4370941a653bd1a72106f7195fb”]“No es normal. Se supone que es una institución independiente y su presencia oficial muestra que la institución de derechos humanos (en México) está controlada por el gobierno. No es el defensor del gobierno, debería ser el defensor del pueblo”, aseveró el director de la RIDH.
Muñoz explicó que los ombudsman de cada uno de los países tienen un espacio en el EPU: pueden enviar sus informes a la ONU, como lo hace la sociedad civil, e incluso acudir a Ginebra a presentarlos en marzo, cuando se prepara el examen de cada país.
El ombudsman colombiano, por ejemplo, viajó a Ginebra para presentar su informe y sostuvo una reunión con la oficina de la Alta Comisionada meses previos a la sesión oficial, más no durante el día del EPU ni en tribuna.
Los estados que revisaron a México hicieron notar la necesidad de que el organismo trabaje en su independencia.
“Se han expresado preocupaciones sobre el funcionamiento independiente de las instituciones nacionales de derechos humanos. En ese sentido, recomendamos que México considere dar pasos apropiados para asegurar que la Comisión Nacional de Derechos Humanos funcione de manera independiente e imparcial”, señaló la delegación de la India en la sala del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Serbia apuntó una observación similar: “Recomendamos a México que continúe con sus esfuerzos para asegurar la autonomía de las instituciones nacionales responsables de los derechos humanos”.
¿Qué dijo Plascencia?
En su discurso de 4 minutos, el ombudsman no hizo mención a la deuda del Estado Mexicano de reformar el código de justicia militar, como lo han señalado y recomendado diversos organismos de las Naciones Unidas y otros países en las dos ediciones pasadas del EPU.
Plascencia sólo dijo que actualmente los casos son conocidos por la autoridad civil: “uno de los avances que deriva de las observaciones y recomendaciones del primer EPU es el relativo a la justicia civil frente a la militar, que ha sido mencionado aquí por Canadá, Francia, y otros países. Hoy todos los casos investigados por la institución nacional de derechos humanos están en conocimiento de la autoridad civil, por lo que ya no persiste la antigua práctica de que los delitos cometidos contra la población por parte de militares sólo eran conocidos por la justicia militar”.
Sobre este tema, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos y JASS Asociadas por lo Justo señalaron que mientras no haya una orden explícita en el código militar, el traslado de casos del fuero castrense al fuero civil seguirá siendo discrecional.
Durante su intervención, Plascencia también dijo que aún falta “mucho por hacer” en temas como salud, violencia contra las mujeres, niños, adultos mayores, agravio a periodistas y defensores de derechos humanos, migrantes, desplazados, pueblos y comunidades indígenas y también en la investigación de abusos por parte de fuerzas de seguridad y el esclarecimiento de los casos de los desaparecidos.
La sorpresa
Cuando concluyó la sesión del EPU y la delegación mexicana revisó la prensa, se enteró que, según los medios, el ombudsman distribuyó en el país un informe que dijo haber entregado a la ONU, en el cual señala que la situación de derechos humanos en México está en crisis.
En el estudio publicado en primera plana de un diario nacional se señala que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tiene en su poder 2 mil 352 expedientes que registran indicios de nexos de servidores públicos con la desaparición de personas y 7 mil 253 casos de tortura en el sexenio de Felipe Calderón.
Sin embargo, ninguno de estos datos fueron mencionados por Plascencia ante los estados miembros en la ONU.
Durante el Examen Periódico Universal celebrado en Ginebra, Plascencia participó en la segunda ronda de intervención del Estado mexicano después del gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, quien acudió como representante de los gobiernos estatales y presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago).