Durante las protestas realizadas el domingo 1 de septiembre en la Ciudad de México, con motivo del primer informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, tanto los grupos juveniles más beligerantes que participaron en la manifestación, como los policías encargados de contenerla exhibieron estrategias de acción y confrontación renovadas, tras acumular ambos bandos experiencias y conocimiento sobre el rival en los pasados disturbios del 1 de diciembre y del 10 de junio.
A continuación, te presentamos algunas de estas nuevas tácticas instrumentadas tanto por los jóvenes manifestantes como por los policías del DF, con base en distintos videos en los que quedaron registrados la protesta y los choques violentos de este fin de semana en la capital del país.
Acorralamiento
Durante las protestas del 1 de diciembre –con el arribo de Peña Nieto a Los Pinos– y del 10 de junio –en la conmemoración de la matanza estudiantil del Jueves de Corpus–, la policía capitalina destacamentó a sus granaderos a varios metros de distancia de la manifestación, lo que dio pie en ambos casos a que los grupos beligerantes tomaran control momentáneo ya sea de los puntos de la vía pública por los que transitaban en marcha, o de aquellas zonas en las que se detenían. Esto dio pie, en ambas ocasiones, a que los manifestantes agresivos vulneraran tanto los negocios de estos puntos bajo su control, así como el mobiliario urbano, tal como ocurrió en el Zócalo, la Alameda y San Lázaro.
Este 1 de septiembre, sin embargo, la policía aplicó un estrecho cinturón de seguridad en torno a la vanguardia de la manifestación, donde venían los jóvenes más radicalizados –anarquistas y la agrupación estudiantil denominada Frente Oriente–, manteniéndolos dentro de un corral formado con los escudos antimotines, sin darles espacio de movilidad, de tal forma que cada paso que avanzaban los manifestantes era un paso cedido por los granaderos.
Esta estrategia provocó, desde el inicio de la manifestación, crispación entre los jóvenes y roces con la policía, que a empujones los mantenía dentro del cinturón de seguridad.
#1SMX corral policiaco
Uso y abuso de la fuerza
Tal como documentan videos difundidos por la ciudadanía, las detenciones de manifestantes iniciaron al menos dos horas antes de que iniciara la manifestación juvenil del domingo, en la que, cabe destacar, sólo una fracción mantenía intercambio de agresiones con la policía, mientras el resto, se manifestaba de manera pacífica e, incluso, artística.
Este es el caso de Ana Berenice Cruz, una estudiante de 23 años, dedicada a las artes escénicas, quien fue arrestada a las 9:15 horas (dos horas antes de que iniciara la manifestación), con el argumento de que portaba artefactos que podrían usarse para agredir (el material de utilería con el que, junto a otros estudiantes, pensaba realizar una representación teatral durante la protesta), y por resistirse al arresto, lo cual, como muestra un video captado por ciudadanos, es falso.
Además, la policía también realizó capturas inmediatamente después de recibir ataques o provocaciones de los manifestantes beligerantes, aunque también en video pudo documentarse que hubo casos en los que el detenido o detenida no habían participado en la agresión.
En al menos un caso, luego de ser atacados por jóvenes encapuchados, los policías detuvieron a un menor de edad, que no había participado en la agresión, y al que, en cambio, golpearon y patearon entre varios policías, tan pronto como fue detenido.
En este tipo de arrestos, los videos muestran que las mujeres del cuerpo de granaderos eran las encargadas de hacer formalmente el arresto, luego de que sus compañeros varones tundían al detenido.
#1SMX Uso de la fuerza
Ocultamiento
Tal como en los operativos del 1 de diciembre y 10 de julio pasados, los policías de la Secretaría de Seguridad Pública que participaron en el operativo de contención de este domingo fueron apertrechados únicamente con equipo de protección (casco, escudo, chaleco antibalas y parapetos para extremidades) es decir, no se les asignaron armas letales o no letales.
Sin embargo, varios uniformados portaban toletes oculto bajo los chalecos, con los que agredieron a los jóvenes manifestantes, o con los que repelieron sus ataques.
Cabe destacar que, luego de que a través de videos de prensa y ciudadanos se documentarron distintas irregularidades y abusos por parte de los policías durante el operativo del 1 de diciembre pasado, durante las acciones de este fin de semana los agentes una actitud particularmente hostil con la prensa, así como ciudadanos que grababan o tomaban fotografías con sus teléfonos o cámaras personales.
De hecho, dos fotorreporteros, uno del diario Milenio y otro del El Universal, fueron golpeados por policías cuando tomaban imágenes del operativo, y en ambos casos la agresión fue la misma: encajarles la orilla del escudo plástico en la cuenca del ojo.
Además, el reportero independiente Gustavo Ruiz, del colectivo informativo SubVersiones, fue detenido cuando documentaba el arresto de varios jóvenes, en Calzada de Tlalpan, es decir, ya que había concluido la protesta y cuando se hallaban en camino a sus viviendas.
#1SMX Ocultamiento
Dispersión
La misma tarde del domingo, la Secretaría de Seguridad Pública del DF informó que, en total, fueron 16 las detenciones durante las protestas, todas las cuales se realizaron en las delegaciones Cuauhtémoc, donde inició la manifestación, y Venustiano Carranza, donde concluyó.
A pesar de que, por ley, todo detenido por un presunto delito debe ser presentado de manera inmediata a la agencia del MP más cercana, ninguno de los arrestados con motivo de la manifestación del 1 de septiembre fue presentado ante el Ministerio Público de las delegaciones donde se dio la captura, sino que fueron diseminados en agencias de Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac y Magdalena Contreras.
Esta situación, señalaron las familias de los detenidos, busca dificultar una defensa unificada, así como impedir que eventuales protestas se concentren en un sólo lugar, tal como ocurrió en los disturbios de diciembre y junio, cuando la agencia 50 del Ministerio Público –oficina central de la Procuraduría General de Justicia del DF, ubicada en la delegación Cuauhtémoc– se convirtió en punto de protesta de los jóvenes que demandaban la liberación de sus compañeros, todos detenidos en esas instalaciones.
Provocaciones juveniles
Identificados como estudiantes de orientación anarquista, y otros como integrantes del Frente Oriente –que aglutina a alumnos de distintos planteles públicos de educación media-superior y superior del oriente de la ciudad–, los jóvenes que protagonizaron las trifulcas con la policía este 1 de septiembre, y que no eran más de 50, acudieron mayoritariamente equipados con cascos y máscaras antigás, lo que no fue común en las anteriores protestas, y algunos, incluso, llevaban los antebrazos protegidos con espuma plástica.
A diferencia de las refriegas previas, además, esta vez sin excepción todos los integrantes del grupo beligerante se cuidaron de mantener los rostros bien cubiertos, con camisas, pasamontañas y paliacates, además de que varios mudaron de prendas a lo largo de la marcha, para dificultar su identificación y, al igual que los policías, este grupo mantuvo una actitud hostil con la prensa, aunque sin llegar a agredir físicamente a ningún reportero o camarógrafo.
En su trayecto –que pasó por avenida Juárez, Eje Central y Fray Servando–, el grupo beligerante de manifestantes, que se adelantó a la vanguardia de la marcha estudiantil, protagonizó al menos una decena de reyertas con la policía, en las que emplearon básicamente piedras, pequeñas la mayoría, por falta de obras públicas o excavaciones en la ruta, aunque también arrojaron contra los granaderos cohetes, botellas y al menos dos bombas molotov: una en la calle de Venustiano Carranza y otra en Fray Servando, a la altura del Mercado Sonora, ya en las cercanías de la Cámara de Diputados, donde el paso les fue definitivamente bloqueado por el contingente de uniformados, conformado por varias centenas.
Cabe destacar que la mayoría de estos choques duró sólo algunos segundos, salvo la confrotación final, suscitada alrededor de las 16:30 horas, cuando el contingente de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación anunció que se retiraba al Zócalo, momento que los jóvenes aprovecharon para lanzar una última embestida contra los granaderos que los rodeaban, que duró cerca de cinco minutos y luego de la cual, entre el caos desatado, los jóvenes se dispersaron.
Así, aún antes de que la CNTE terminara de organizar su retirada del lugar, este bloque beligerante que había estado luchando con la policía, prácticamente, se esfumó.
#1SMX Provocaciones juveniles