Es considerado como una de las leyendas que dio origen a los grandes cárteles del narcotráfico en México. De hecho, en la década de los ochenta era considerado como “el narco de narcos”, y uno de los principales exponentes de la segunda generación de narcos en México. Al momento de su detención se decía que la fortuna de este hombre era de 650 millones de dólares.
Originario de La Noria, Sinaloa, Rafael Caro Quintero fundó el llamado Cártel de Guadalajara junto con su amigo y compadre Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto”.
Al igual que muchos de los capos de esa época, Caro Quintero provenía de una familia de campesinos con pocos recursos, él era el mayor de tres hermanos y a los 18 años decidió salir de su casa.
Su primer trabajo fue como chofer de un camión. Posteriormente, conoció a personajes que le ofrecieron darle una buena paga si en los terrenos de su padre sembraba mariguana, y fue así que comenzó el negocio.
Tras recibir buena paga, Rafael Caro Quintero y su hermano Jorge Luis comenzaron a rentar fincas y sembrar droga, situación que le otorgó capital suficiente para comprar terreno e incrementar el número de cultivos.
Ya con ese dinero se asoció por un tiempo con quien fuera su maestro en las actividades del narcotráfico y el primer gran capo mexicano: Pedro Avilés Pérez, de este hombre Caro Quintero aprendió todo el negocio.
Esta situación le permitió asociarse con su amigo y tío Ernesto Fonseca Carrillo Don Neto, y con el aún hombre más buscado por las autoridades mexicanas y de Estados Unidos: Juan José Esparragoza Moreno El Azul.
Ya con sus nuevos socios, Rafael Caro Quintero inició con el soborno a elementos policiacos tanto federales como estatales, y llegó a conformar un gran número de elementos que trabajaban para él.
Esto le permitió formar el cártel de Guadalajara junto con Ernesto Fonseca y Miguel Ángel Felix Gallardo, considerado el zar de la cocaína en México, y así crear de 1979 a 1984 un gran imperio en el cual dominaban el tráfico de drogas del país.
[contextly_sidebar id=”f594c6bdb08410a26ef14b2bc2d6d048″]Sin embargo, para 1984 inician las investigaciones de la policía federal y la Drug Enforcement Administration (DEA), y en un gran operativo en el rancho el Búfalo logran darle un golpe que le cuesta a la organización más de 2 millones de dólares en pérdidas.
Caro Quintero y Ernesto Fonseca investigan quién es el responsable de la investigación y detectan que se trata del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar. Producto de ello, el 7 de febrero de 1985 el agente y su piloto fueron secuestrados, torturados y asesinados dos días después.
Tras estos hechos, Rafael Caro Quintero huyó a Costa Rica junto con su novia Sara Cosío, hija del entonces secretario de Educación de Jalisco y a su vez sobrina del gobernador de esa entidad.
En un operativo las autoridades de Costa Rica logran detener en su cama y casi semidesnudo a Rafael Caro Quintero, quien fue extraditado a nuestro país por delitos de narcotráfico y el asesinato del agente de la DEA.