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El lenguaje de la corrupción
El lenguaje de la corrupción
Cuartoscuro
5 minutos de lectura

El lenguaje de la corrupción

12 de julio, 2013
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 

¿Qué tienen en común un “cafecito” en Brasil, “una copa de vino” en París, y “pequeñas carpas” en Praga? ¿Comidas típicas? Sí, pero también eufemismos para hablar de sobornos.

El lenguaje de la corrupción varía de un país a otro, pero hay similitudes. David Henig, de la Universidad de Kent y Nicolette Makovicky, de la Universidad de Oxford, lo ilustran con los siguientes ejemplos.

turquia1. Efectivo para una sopita

Si usted es detenido por la Policía del Tránsito en el norte de África, el oficial podría pedirle que patrocine su próxima taza de “Kahwe”, o café.

En Kenia probablemente le pidan que contribuya con “té para los ancianos” (“chai ya wazee” en swahili).

Pero en Turquía, la policía le pedirá “dinero en efectivo para la sopa” (“chorba parasitemia”), ese caldo reponedor que se come tradicionalmente después de una noche de juerga

2. Respeto y favores

Ya sea a vista y paciencia de todos en la calle, o a puertas cerradas en una sala de juntas, la corrupción se basa en el abuso de poder y el privilegio.

Pero eufemismos populares suelen negar esta realidad y presentar un comportamiento corrupto como altruista. Algo así como “favores” para los amigos.

En Azerbaiyán, el término comúnmente utilizado para sobornos (“hurmat”) es intercambiable con la palabra “respeto”. Un funcionario solicitando un soborno (“hurmatimi ela”) le pedirá que “le haga un favor”.

Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

3. Un pez empieza a apestar por la cabeza

La frase “el pez empieza a apestar por la cabeza” (“balik bashtan kokar”) proviene de Turquía y nos recuerda que los pequeños sobornos a nivel de calle van, en general, acompañados de una mayor corrupción en las cúpulas de las organizaciones e instituciones.

Los funcionarios públicos mexicanos que buscan una comisión por organizar un negocio exigirán “una mordida”, mientras que sus homólogos colombianos harán lo propio con un “serrucho” de los contratos que adjudicados.

4. Gente “agradecida”

El término corrupción implica no sólo un comportamiento ilegal, sino también inmoral.

Pero en algunas regiones, lo que técnicamente es ilegal puede ser visto como un comportamiento aceptable o incluso moral.

En Hungría, los médicos y las enfermeras pueden esperar una “propina” (“haalapenz”) de sus pacientes en la forma de un sobre con dinero.

En Polonia, los regalos tienen la habilidad de volver burócratas sin rostro en “conocidos” (“znayamoshch”), capaces de “arreglar las cosas” (“zalatvich spravi”) para usted en el futuro.

En China, los trabajadores de la salud y los funcionarios del gobierno esperan una “pequeña muestra de gratitud” (“Yidian xinyi”) por sus servicios.

Y como se dice en Rusia, “las ‘gracias’ no entran en el bolsillo”. (“spasibo v karman ne polozhish”).

5. Por debajo de la mesa

Las frases más populares en el lenguaje de la corrupción son generalmente metafóricas.

[contextly_sidebar id=”f5edc75c0390c5f06388465a3ddb4991″]Incluso en inglés, la frase “por debajo de la mesa” es ampliamente conocida a la hora de hablar de pasar dinero escondido. También existe en francés (“dessous de table”), persa (“zir-e mize”) y sueco (“pengar bajo bordet”).

En Hungría, el “dinero aceitado” (“kenepenz”) se le paga a los funcionarios para engrasar las ruedas de la burocracia, mientras que los rusos saben que a veces hay que poner algo en la palma de la mano de un funcionario (“polozhit na ladon” o “dat na lapu “) con el fin de agilizar las cosas.

6. Algo pequeño

Muchos eufemismos de la corrupción y el soborno buscan minimizar su importancia. La expresión swahili “kitu kidogo” (algo pequeño) es un buen ejemplo.

En Costa de Marfil, la policía pide una “pourboire” (el costo de un trago), comparando el tamaño del soborno con una pequeña propina.

El término brasileño para soborno “um cafezinho” (un cafecito) es tanto un soborno, como una propina en sentido convencional.

te7. Dinero para el té

La popularidad universal de té y el café como metáforas de sobornos apunta a otra forma eufemismos, que funcionan para ocultar la verdadera naturaleza de una transacción corrupta.

En Afganistán e Irán, la expresión de un soborno es “”poul-e-chai” o “dinero para el té”. En ambos países beber té es una parte esencial de la vida social. Pedir “dinero para el té” conlleva la idea de que el soborno se compartirá con otros.

Algunas expresiones como “judías para los niños” apelan a la caridad, dándole al soborno un sentido casi benéfico, para alguien que “se lo merece”.

corrupcion8. Efectivo por preguntas

La corrupción a gran escala tiene su propio vocabulario, a menudo creado por los medios de comunicación.

Es el caso del escándalo político británico “Cash for questions” (Efectivo por preguntas), de mediados de los años 1990, tras la denuncia de que uno de los más exitosos grupos de lobby, Ian Greer Associates, había sobornado a dos miembros conservadores del Parlamento a cambio de preguntas parlamentarias y otras tareas, a pedido del magnate egipcio Mohamed Al-Fayed.

Otro de los escándalos mediáticos que sentaron precedente en el lenguaje corrupto fue “Tangentopoli” en Italia.

Éste es un término acuñado para describir la corrupción generalizada en el sistema político italiano entre 1992 y 1996 a partir del pago de comisiones al adjudicar proyectos de Obras Públicas. El hecho desató la crisis en el partido de la Democracia Cristiana, entonces dominante en Italia.

nokia9. La caja Nokia

En Hungría, el término “caja Nokia” se convirtió en un símbolo de la corrupción en 2010 después de que el jefe de la empresa de transporte público de Budapest, Zsolt Balogh, fuera capturado entregándole dinero en efectivo al alcalde subrogante de la capital húngara, Miklos Hagyo, en una caja de Nokia.

Desde entonces, “caja Nokia” también se convirtió en una especie de unidad de medida:15.000.000 de florines (unos US$65.000), la cifra del soborno de Balogh.

carpa10. Pequeña carpa

En la República Checa, los términos “pequeña carpa” (“kaprzhici”), o “pescado” (“ryby”), fueron utilizados como un lenguaje codificado para un gran escándalo de corrupción en el fútbol checo.

En las conversaciones entre los directivos, árbitros y jugadores, una “pequeña carpa” era usada como unidad de medida y significaba 1.000 Coronas checas (unos U$50) por “pez”. El eufemismo “pequeña carpa” hoy es en la República Checa un sinónimo de corrupción.

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