[contextly_sidebar id=”e6f4fe3ff5f55a21a52eca15941cc28c”]Mientras este domingo se clausuraba en el municipio de Paracho, Michoacán, el octavo concurso nacional de globos Cantoya Fest 2013, amigos y familiares de los tres jóvenes capitalinos que hace un año fueron raptados por un grupo armado en esa localidad –a la que habían acudido para impartir cursos infantiles sobre elaboración de globos de papel– se congregaron en la Catedral Metropolitana, en la Ciudad de México, para orar por su regreso y para denunciar la falta de resultados en la investigación realizada a nivel estatal, así como la protección brindada en esa entidad a los grupos del crimen organizado.
“Desde abril pasado –informó Alicia Guadalupe Nava, mamá de Luis Enrique Nava y tía de Diego Antonio Maldonado, dos de los desaparecidos–, la PGR decidió atraer la investigación, porque a las autoridades estatales de Michoacán, y las municipales de Paracho, no hicieron nada por nuestros hijos. Yo misma me reuní tres veces con el procurador de Justicia de Michoacán y el señor nunca supo ni de lo que le estaba hablando, y luego de esas reuniones, cada vez que hemos vuelto para allá, nos han ignorado”.
De hecho, subrayó la señora Nava, fue el mismo gobierno del estado, a través de Jesús Reyna García –mandatario interino de la entidad– “quien nos mandó a la PGR, porque allá, en Michoacán, no hay interés de las autoridades y con el gobernador constitucional, Fausto Vallejo, nunca nos pudimos entrevistar, porque siempre estaba enfermo”.
A lo largo de este año transcurrido desde la desaparición forzada, ocurrida el 22 de julio de 2012, alrededor de las 4:00 horas, cuando un grupo armado ingresó al hotel donde se hospedaban los tres jóvenes, para extraerlos por la fuerza, “la Procuraduría de Justicia de Michoacán integró un expediente de mil 500 fojas –señaló por su parte el papá de Ana Belém Sánchez, la tercer víctima–, sin embargo, son mil 500 fojas en las que se concluye que no se sabe nada de los muchachos, y eso es un poco increíble”.
Paracho
En julio de 2012, Luis Enrique, Diego Antonio y Ana Belem fueron contratados por el gobierno municipal de Paracho, Michoacán, encabezado por el perredista Nicolás Zalapa Vargas, para impartir cursos a niños de la región, en el marco de la pasada edición del Cantoya Fest.
Ahí pasaron tres días, hospedados en el hotel Santa Fe –ubicado a corta distancia del palacio municipal–, y en la madrugada del 22 de julio, día en que se disponían a volver al DF, un grupo de hombres y mujeres armados ingresó al hotel, para raptarlos, sin que hasta la fecha se conozca su paradero.
“Dicen que (los atacantes) se quisieron llevar a la chica –narra la señora Nava– y cuando salieron mis hijos a defenderla, se los llevaron a los tres. Es lo único que nos han dicho. Se los llevaron en ropa interior, porque ya estaban acostados, el chico de la recepción dice que los iban golpeando en las escaleras, y que Ana iba pidiendo ayuda, pero nadie los ayudó.”
Esa misma semana, los familiares de los tres jóvenes acudieron a Michoacán para interponer la denuncia por el rapto, y ahí fueron informados de que la autoridad municipal tuvo conocimiento del hecho tan pronto como ocurrió y, sin embargo, no hizo nada para emprender la búsqueda.
“Yo hablé con el jefe de la policía de Paracho –narra el padre de Ana Belem–, y me dijo que él había ido en la madrugada del 22 de julio, porque le habían llamado del hotel, porque había problemas, dijo que tardó 15 o 20 minutos, en lo que se vestía, y que al pasar frente al establecimiento no notó nada anormal, por lo que reportó al presidente municipal que todo estaba tranquilo”.
Desde septiembre del año pasado, la madre de Luis Enrique Nava denunció que esta actitud de las autoridades municipales denotaba una intencional respuesta dilatoria por parte del alcalde Nicolás Zalapa, ya que, los mismos testigos afirman que los jóvenes fueron golpeados fuera del hotel, justo en el momento en el que el jefe de la policía afirma haber acudido al lugar.
Además, señaló, ninguno de los dos funcionarios municipales han aclarado cómo tuvieron conocimiento del rapto, en el momento en el que se desarrollaba.
La búsqueda
Al cumplirse 25 días del rapto de los tres jóvenes, el 14 de agosto de 2012, los presuntos secuestradores fueron hallados muertos en la sierra de Paracho. “Supuestamente –narra el papá de Ana Belem– se mataron entre ellos… Pero un día después, el 15 de agosto, mi hija me llamó por teléfono, o sea que ella todavía estaba viva… nada más me dijo ‘papi, soy yo’, y se cortó la comunicación. Pero era ella, sin duda.”
Desde que esa llamada fue realizada han pasado más de 11 meses y, hasta la fecha, las autoridades afirman seguir rastreando desde dónde fue realizada.
En marzo reciente, además, la Procuraduría de Justicia de Michoacán anunció haber encontrado pertenencias de los tres jóvenes, en bancos de arena de la zona conocida como Meseta Purhépecha, aunque no fue localizada ninguna pista que permitiera dar con el paradero de las víctimas.
“Es ya mucha la frustración –afirma la mamá de Luis Enrique–, el dolor se vuelve frustración y mucho coraje, este lunes se cumple un año de que se los llevaron y para las autoridades no ha pasado nada. El presidente municipal de Paracho, sigue invitando gente a Paracho, primero a la feria de los globos de Cantoya (celebrada este fin de semana), y luego al Festival de la Guitarra, pero no da ninguna protección a la gente que va para allá, no hay seguridad ni siquiera para la gente que llaman para participar en las actividades oficiales, como ocurrió con nuestros hijos, a los que se llevaron a trabajar allá, pero nadie los protegió. Nicolás Zalapa dice mentiras, dice que hay paz, pero eso no es verdad, hemos ido a muchos lugares de Michoacán, y en todos está horrible… no puede ir la gente joven para allá, porque corre mucho peligro.”