[contextly_sidebar id=”66c3ccaf04f54af947ccd37603dcdd76″]De la noche a la mañana, el periódico británico The Guardiany el estadounidense The Washington Post publicaron sorprendentes afirmaciones sobre el alcance de la vigilancia de las comunicaciones en la web por parte del gobierno de Estados Unidos.
Los diarios sostienen que, bajo un programa llamado PRiSM (siglas en inglés de Métodos Sustentables de Integración de Proyectos), las agencias de inteligencia tienen acceso directo a los servidores de las firmas más grandes de la web, incluidas Google, Microsoft, Facebook, Yahoo, Skype y Apple.
Pese a lo dicho en los reportes periodísticos, todas esas empresas han negado cualquier conocimiento de este programa, al insistir que sólo entregan datos cuando reciben una citación relacionada con individuos mencionados, en vez de ofrecer acceso general.
Facebook, por ejemplo, dice que no brinda acceso a ninguna organización gubernamental y que cualquier solicitud de información por parte de organismos de cumplimiento de la ley son tratados sobe una base individual de acuerdo a la ley.
Pero, a diferencia de la historia del jueves sobre la vigilancia general de los clientes estadounidenses de la telefónica Verizon, estas últimas revelaciones plantearán problemas fuera de EU.
[contextly_sidebar id=”c1937043cf9552daf13e74ecbf5c6386″]Cuestión de ciudadanía
James Clapper, director de Inteligencia Nacional, ha tratado de tranquilizar a la población al decir que la operación de monitoreo de internet sólo está dirigida a “personas no estadounidenses”.
No hay mucho de qué preocuparse entonces, a menos que uno sea ciudadano de cualquier otro país.
Y en ese caso, sólo importa si uno hace uso de los servicios de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, AOL, Skype, YouTube o Apple. Lo cual implica prácticamente a todos los que tienen una presencia en línea.
Lo que esto pone de relieve es el modo en que ahora encomendamos nuestros datos y nuestra privacidad casi enteramente a compañías estadounidenses, almacenándolas en sus “nubes”, que son inmensos centros de información localizados en EE.UU.
Skype, que fue fundado en Europa, actualmente es propiedad de Microsoft.
Puede que sean rigurosos en su control de esos datos y nuestros derechos de privacidad, o puede que se sientan obligados a cooperar con las exigencias de su gobierno de darle mayor acceso. Es difícil saber la verdad.
Desde Oriente o desde Occidente
Y no es sólo EE.UU. el que ahora juega un papel crucial en la supervisión de nuestras actividades comunicacionales.
El jueves, el Comité de Inteligencia y Seguridad del parlamento británico manifestó su preocupación sobre del papel clave de Huawei -el fabricante de equipamiento de redes y equipos de telecomunicaciones de China- en la infraestructura británica de telecomunicaciones.
Así que nuestros datos quedan en manos estadounidenses, mientras que los chinos controlan el equipo usado para conectar nuestras llamadas de teléfonos celulares y banda ancha.
Uno puede o no sentirse feliz con eso. Mi punto de vista es que la vida es demasiado corta para preocuparse si el FBI está leyendo mis correos electrónicos o escaneando mis actualizaciones en Facebook, o si el Ejército Rojo de China está escuchando mis llamadas telefónicas.
Pero la mayoría de la gente estará de acuerdo en que la privacidad y la seguridad de nuestra información debería ser nuestra elección personal, sobre la cual tenemos por lo menos un grado de control.
Da la impresión de que hemos dejado ese control a empresas de EE.UU. y China y, a menos que uno quiera retirarse del mundo digital, es muy poco lo que se puede hacer al respecto.