“Arturo Montiel tiene dinero, no poder”, me dice, retadora, la francesa Maude Versini, quien durante los cinco años que estuvo casada con el ex gobernador del Estado de México (1999- 2005) no sólo compartió el mismo techo con este hombre treinta años mayor que ella, sino que, en su papel de Primera Dama mexiquense, la otrora corresponsal del Paris Match también fue testigo de los secretos mejor guardados del político priista que aspiraba a la presidencia de México en 2006.
No es la primera vez que hablo con la ex señora de Montiel desde que regresó a vivir a Francia tras su polémico divorcio. En enero de 2012, sostuvimos una conversación telefónica para Animal Político en la que ella, desde París, contaba su versión sobre el pleito sostenido con Montiel Rojas por la custodia de los tres hijos que procrearon durante su matrimonio de 2002 a 2007.
La versión de Maude era que su ex marido tenía “retenidos de manera ilegal a sus hijos” y lo acusaba de “secuestro”, mientras que los argumentos de Montiel eran que su ex mujer “maltrataba física y psicológicamente” a Sofía y Adrián, de siete años, así como al pequeño Alexi, de seis, por lo que solicitó a las autoridades mexicanas la custodia de los tres pequeños.
Ahora Maude Versini está en México. Me escribe un correo electrónico para avisarme y coordinar un encuentro. Acordamos vernos el jueves 13 de septiembre a las 17:00 horas en el lobby del Hotel Camino Real de Santa Fe. Pero no llega sola. En esta cuarta ocasión que pisa tierra azteca –desde que inició el proceso judicial para recuperar a su hijos– Maude viene acompañada de su esposo Phillip Lancry, con quien contrajo nupcias en 2008; de la hija que procrearon juntos, Tara, de cuatro años; de la abogada de Maude, Marissa Mosso Celaya, del bufete Mosso Abogados y de un equipo de tres personas de un canal de televisión francés que “están haciendo un documental sobre mi caso”, señala Versini.
Con sus 38 años sobre sus zapatos de diseñador, Maude nos conduce a todos –con bolsa Goyard en mano– a su habitación localizada en el último piso del moderno edificio. Sus connacionales instalan su equipo, su abogada se sienta junto de ella, su hija se acuesta en la cama a jugar con su iPad y su marido pide algo de comer para después convertirse en espectador de la escena. “Venimos del Tribunal del Estado de México, desde Toluca, con las peores noticias de mi vida. Según los magistrados, el proceso para recuperar a mis hijos puede tardar hasta dos años más. Es una pesadilla, no tengo las fuerzas ni físicas ni p
sicológicas. No aguanto más”. Vestida con pantalón y blusa negra acompañada de un saco blanco, la francesa luce mucho más delgada: “He bajado más de cinco kilos en estos nueve meses sin mis hijos”.
Una batalla larga
¿Maude, en qué va el caso por recuperar a tus hijos?
En febrero pasado hubo un juicio que yo gané, luego él (Montiel) apeló en mayo y yo gané en julio. En julio se amparó, recibió el amparo el 9 de agosto y hoy estamos en eso. Tres magistrados fueron nombrados para tratar este amparo, un amparo en el Tribunal Federal del Estado de México, en Toluca, y acabo de ir a presentarme ante estos tres magistrados que no conocía para darles mi versión de los hechos, sobre todo decirles cómo me siento porque una cosa es el procedimiento judicial y el amparo que hay que tratar, pero otra cosa es el hecho de que me impidan ver a mis hijos. Eso es lo que, para mí, no es soportable”.
Con su acento extranjero, Versini de Lancry levanta la voz: “A la justicia mexicana la quiero respetar con mucho gusto, entiendo que los procedimientos son largos, que hay muchos recursos que se pueden hacer para dilatarlos, cosa que está haciendo muy bien el licenciado Montiel, pero el hecho de que me prohíban ver a mis hijos no lo entiendo. Es una violación de mis derechos, una violación a los derechos de los niños y una violación a la Convención de La Haya”.
¿Ha habido un acercamiento con el papá de tus hijos para poder negociar?
Lo intenté muchas veces, pero él no quiere. Estoy frente a una pared.
Hay una anécdota donde una juez les prestó su oficina para poder llegar a un acuerdo.
Pero él no quiso venir. Mandó un abogado porque dijo que no era de ninguna manera el momento para hacer una convivencia con los niños porque dijo que los niños no estaban preparados para volverse a enfrentar con su madre, que había que hacer una preparación psicológica a los niños. ¿Pensó en esa preparación psicológica cuando me los secuestró a mí, cuando se los llevó a la fuerza a México sin decirme nada, sin dejarme oportunidad de explicarles que se iban a ir mucho tiempo sin verme? No, me pusieron frente a una pared, se los llevaron y me dejaron así, plantada. ¡Eso es una burla! ¡Es una burla!
¿En este tiempo has podido hablar con tus hijos?
Yo hablo casi del diario para poder localizarlos, pero pocas veces me toman la llamada. El buzón del señor (Montiel) está lleno, no puedo dejar recados. Le mando un mail y me lo contesta diez días después porque “está muy atareado”. Le pedí citas muchas veces porque quiero reunirme con él y tomar buenas decisiones como padres responsables, por el bien de nuestros hijos. Él aquí está actuando como un egoísta, piensa en él, en tener sus hijos con él, entonces lo demás le vale. Pero de eso no se trata, se trata del bien de los niños, de su bienestar psicológico, de dejar que estos niños crezcan sin tener más adelante huellas que nunca se puedan borrar. No vamos a dejar niños desequilibrados, inestables, pero ahorita es lo que está haciendo. Está dañando a sus propios hijos.
¿Las veces que has tenido comunicación con tus hijos ha sido vía telefónica, webcam?
Vía telefónica. En nueve meses los he visto dos veces en webcam y por teléfono un promedio de una vez cada veinte días por tres minutos.
¿Y qué te han dicho?
A todas las llamadas está el señor soplándoles. Una vez me dicen cosas agradables, otras veces me dicen cosas horriblemente feas. Entonces, dependiendo del mensaje que me quiere hacer pasar el papá, los niños dicen: “Mamá no queremos regresar contigo porque allá en Francia nos pegan y son muy malos con nosotros y no nos aman y nada más aman a la chiquita, Tara”. Y otras veces dicen: “Ay mamá te queremos mucho, te extrañamos mucho”. Depende, pero las veces que me llaman en buen plan cortan en unos segundos. Cada vez que cuelgo puedo colgar feliz o llorando.
Las pruebas del supuesto maltrato a los niños, tengo entendido, ya habían sido descartadas por las autoridades mexicanas y francesas.
Sí, las pruebas las tuvimos nosotros porque hubo una averiguación en Francia por parte de la Procuraduría, quien recopiló testimonios en la escuela de los niños, en los centros deportivos, con cada uno de sus doctores, con los vecinos, con los amigos, con los padres de familia. Todos ellos testimoniaron que nunca vieron ni golpeados ni tristes, ni infelices, ni llorando a los niños.
¿De cuántas personas estamos hablando?
En total fueron más de 120.
¿Y qué pasó con las pruebas de las nanas de los niños?
Ellas hicieron sus testimoniales que mandaron a las autoridades mexicanas y él (Arturo Montiel) basó toda su defensa sobre las acusaciones de estas niñeras que de los doctores que siguen a mis hijos desde un principio.
¿Buscaste al presidente Felipe Calderón para hablar de tu caso?
No. No, lo he buscado porque yo pensé que esto se iba a acabar pronto. Nunca pensé que iba a tardar tanto. Yo pensé, para qué lo voy a molestar. Después de nueve meses que llevo no sé cómo lo hago.
¿ Las autoridades francesas de qué manera se han involucrado para agilizar el proceso legal en México?
Hasta el momento, la embajadora de Francia en México (Elisabeth Beton-Delegue) ha querido que este asunto se quede como un asunto de Consulado. Ella es nueva, entró en julio y yo vine a mediados de julio a presentarme. En aquella época prefirió que se mantuviera como un asunto consular, es decir, que todavía no se involucrara la Embajada a menos de que no tenga otra opción. Pero ahorita ya es otra cosa. Yo ya pedí una cita formal con el nuevo ministro de Relaciones Exteriores en Francia, Lauren Fabius, con el fin de que mi asunto se agilice.
¿Por qué no te has venido a México a vivir mientras todo el caso de tus hijos se está llevando a cabo?
Porque tengo una niña todavía, de cuatro años, Tara, que va a la escuela; porque tengo a mi esposo francés que trabaja en Francia y venirme aquí, sola, no sé si tendré las fuerzas de aguantar una estancia en México. Venirme con mi esposo y con mi hija es una opción, pero es complicado organizarlo.
¿Cuál es tu agenda en esta nueva visita a México?
El Tribunal, Relaciones Exteriores, la escuela de mis hijos, el domicilio del licenciado Montiel, donde tengo ganas de ir a tocar la puerta, nada más que fuimos hoy, pero vi cuatro guaruras por delante y no dieron ganas de ir y de que me boten o que vayan a pensar que yo llego para secuestrar a mis hijos y me vayan a tirar un balazo. Yo no sé de qué sean capaces. Tengo miedo. De hecho los primeros meses, de enero a mayo, no quise venir así que mandé a mi mamá y a mis hermanas. No quise venir porque tenía pavor.
¿Por qué tienes miedo de Montiel?
Porque creo que es capaz de todo. Yo creo que se siente arriba de las leyes, que no tiene miedo de nada y que es capaz de todo para guardar a sus hijos.
¿Incluso de matar?
Matar no sé, pero no le voy a dar… No sé, quizás tiene ganas de hacerlo porque se resolverían las cosas, pero tampoco te voy a decir que lo va a hacer. No estoy tranquila.
¿Tú has recibido algún tipo de amenazas en este tiempo?
Ahorita no, consejos de gente por internet (en su correo electrónico) diciendo: “Ten mucho cuidado hasta en París, no te vaya a pasar nada”, sí.
¿Gente conocida o anónima?
Anónima.
¿Piensas que Arturo Montiel no te quiere regresar a tus hijos por la pensión alimenticia que les pasaba?
Pienso que pueden ser varias cosas. Primero, que es una venganza porque nunca aceptó que lo haya dejado, que me haya ido, que haya vuelto a hacer mi vida y que haya vuelto a tener una hija. Yo creo que eso nunca lo aceptó y que fue para él muy difícil. Que se quiso vengar desde un principio cuando lo dejé, sí, lo quiso hacer porque en 2007 me secuestró a mis hijos. Que puede haber una cuestión de dinero, sí, lo pienso también (…) Yo creo que ahorita va a hacer todo lo posible para impedirme ver a mis hijos y para que los recupere, como (Montiel) se cree el presidente electo, el licenciado Peña, (Arturo) puede parecer muy cercano pero no creo que lo sea realmente, pero lo pretende de alguna forma
¿Por qué dices que la relación de Peña y Montiel no es tan cercana?
Porque Montiel ahorita no ha sido ningún apoyo para Enrique Peña, al contrario, yo creo que han usado mucho a Montiel para pegarle al licenciado Peña. Quizás (Arturo) lo metió en buenas manos en un principio, cuando lo dejó como candidato a la gubernatura, pero desde entonces la cuenta que ha tenido que pagar Peña ha sido bastante costosa.
¿Y los lazos familiares no ayudan en algo?
No, la relación que tuvieron nunca ha sido realmente de familia. Era una cercanía, un reconocimiento, unas gratitudes, pero lazos familiares realmente nunca hubo. En estos seis años de vida con el licenciado Montiel nunca lo he sentido, nunca lo he visto. Eso es mi opinión, yo he vivido con el licenciado Montiel y nunca los he visto a Peña y a él como padrinos o como tíos y sobrinos.
¿Tú buscaste a Enrique Peña Nieto para solicitarle ayuda con el tema de tus hijos?
Sí, le mandé una carta la cual no me contestó (…) Pero voy a pedirle una cita ahorita, yo creo que es el momento.
Se habló mucho de que tenías información confidencial que ibas a sacar a relucir durante la época electoral en el caso de no recuperar a tus hijos.
Yo nunca lo dije a nadie. Yo no sé de dónde salió esto, no fue algo que salió de mi boca.
¿Y sí? ¿Tienes suficiente información para vengarte de Montiel en el caso de que no te regrese a tus hijos?
Mira, información, no sé si se trata de información, pero… no. No es algo de lo cual quisiera tratar ahorita. Espero nunca llegar a hacer unas cosas así (…) Yo he procurado dejar en mis hijos una muy buena imagen de su padre (…) esa era la imagen que yo quería que Montiel dejara a sus hijos, entonces ahorita no tengo ganas de hacer otra cosa, de decir ante todos Montiel es un ladrón, no lo voy a decir. No quisiera llegar a nada de eso, la verdad.
¿Pero pudieras llegar?
No lo sé. No lo sé. De momento no se trata de eso.
¿A cuánto asciende la pensión alimenticia que Montiel le daba a cada uno de tus hijos?
Si me permites, la guardo secreta.
Porque a lo mejor es una gran cantidad que dice “ya no quiero que se vaya de mis arcas”.
No, es algo muy razonable, muy razonable.
¿En euros?
Claro, es una pensión que paga en Francia en euros.
¿Y ya no la paga desde que los niños están con él?
No, nada.
¿En el contrato de divorcio que tuviste con él incluía una manutención para ti?
No. El acuerdo sólo contempla la pura manutención de mis hijos, la pura pensión alimenticia (…) Yo no recibí ningún dinero para poder firmar mi convenio de divorcio. Eso fue pura invención.
¿Nunca? ¿De ningún tipo?
Sí, hubo un trato en el que yo me quedaba con las partes del departamento de París mientras que él se quedaba con las partes de nuestra casa en Valle de Bravo, punto. Nada más. Fue un intercambio.
Difícil caso ¿no?
Es horrible, es una pesadilla (…) Porque no estoy viviendo aquí y cada vez que vengo es complicado y cada vez que vengo pienso que puedo ver a mis hijos y no los puedo ver, así que es muy frustrante.
¿Hasta dónde te hacen llegar tus impulsos de madre?
Muchas cosas. A veces sueño muchas cosas que le podrían llegar a pasar a este señor. No en serio, no sé. Estoy muy enojada con él. Es un hombre al que yo he amado mucho y ahorita lo odio. A Montiel lo odio. Nunca pensé poder odiar a una persona tanto como a él.