La posible compra de un nuevo avión presidencial de más de 9 mil millones de pesos (750 millones de dólares) por parte del gobierno federal ha causado controversia en las últimas semanas por el alto precio de la aeronave, cuyo mayor atributo es, al parecer, evitar escalas para recargar combustible en viajes largos.
Las cuestiones que más han generado controversia alrededor del que será el nuevo avión presidencial son los argumentos esgrimidos por la Sedena para adquirirlo y el sobreprecio al que sería comprado, debido a que el precio comercial del Boeing 787-8, de acuerdo con la página de la empresa, es de 206.8 millones de dólares, mientras el proyecto del gobierno plantea adquirirlo a un costo de cerca de más de 667 millones de dólares más aproximadamente 83 millones de dólares de mantenimiento, que dan un total de 750 millones de dólares.
En un inicio, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) justificó su intención de comprar el avión trasatlántico argumentando que respondía al “cumplimiento de un exhorto del Congreso de la Unión” para “renovar la flota aérea a cargo de la Fuerza Aérea Mexicana”.
Sin embargo, en la justificación del Proyecto y Programa de Inversión (PPI), enviada a la Secretaría de Hacienda el 4 de julio, la Sedena no habla de la petición parlamentaria ni de alternativas, sino de la decisión de adquirir “una aeronave nueva de transporte estratégico con capacidad de realizar vuelos de largo alcance (trasatlánticos) que cumple con los requerimientos y regulaciones de la normativa aeronáutica nacional e internacional”.
Pese a que la Sedena también dijo que la decisión de adquirir el nuevo avión presidencial será tomada por la próxima administración federal, hace unos días trascendió que el gobierno federal aprobó la compra de la aeronave destinada para las giras internacionales del Presidente de la República, que tendrá un costo de 750 millones de dólares, casi 10 mil millones de pesos.
El secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, explicó en rueda de prensa que la compra del nuevo avión presidencial tiene, antes que todo, “características de seguridad nacional”, y que si bien el proceso de adquisición del aparato recaerá en la próxima administración, el trabajo preparatorio, dijo, se ha realizado con “absoluta transparencia y claridad”.
¿Pero cuál es y qué características tiene el avión que se ha convertido en la manzana de la discordia? Aquí te lo decimos:
Pasajeros
El que podría ser el nuevo avión presidencial es un Boeing 787-8, perteneciente a la línea 787, que, de acuerdo con la empresa fabricante, es una aeronave “supereficiente” que transporta entre 210 y 250 pasajeros en rutas de entre 14 mil 200 kilómetros y 15 mil 200 kilómetros.
Eficiencia en combustible
Una de las características más reconocidas del Boeing 787 es su eficiencia en cuanto consumo de combustible, que le permite utilizar un 20% menos de combustible que cualquier otro avión de su tamaño en misiones similares.
Velocidad
El avión viaja a una velocidad parecida a la de los actuales aviones de fuselaje ancho más rápidos, es decir Mach 0.85 (912 Km. /h). Lo que permite a las aerolíneas disponer de más ingresos por carga.
Dimensiones
El Boeing 787-8 tiene una envergadura de 60.1 metros, una longitud de 56.7 metros, una altura de 16.9 metros y tiene un alcance de entre 7 mil 650 y 8 mil 200 millas náuticas.
Interior
El Boeing 787 cuanta con un sistema de iluminación dinámico, grandes ventanas y una menor altura en la cabina que permite una mejor absorción de oxígeno.
Aerolíneas que lo utilizan
Hasta el momento, el Boeing 787 es utilizado por un total de 46 aerolíneas, entre las que destacan All Nippon Airways, AirCanada, United Airlines, Virgin Atlantic, Saudi Arabian Airlines y Aeroméxico, quien a finales de julio encargó 90 aviones de un pasillo Boeing 787-9.
Precio
El precio comercial del Boeing 787-8 es de 193.5 millones de dólares, de acuerdo con la página en internet de la empresa, aunque según el proyecto de la Sedena tendrá un costo de cerca de más de 667 millones de dólares, más alrededor de 83 millones de dólares de mantenimiento, que da un total de 750 millones de dólares.